El exceso de visitantes obliga a una profunda reparaci¨®n del envejecido Centro Pompidou
El ¨¦xito imprevisto del edificio parisino origina unas obras que durar¨¢n 18 meses
El Pompidou, el Beaubourg o, si se prefieren las denominaciones solemnes, el Centre d'Art Contemporain Georges Pompidou, en todo caso el primero, m¨¢s famoso y m¨¢s visitado edificio dedicado al arte contempor¨¢neo de todo el mundo, va a ser operado, en vivo y en directo, durante 18 meses. "La refiner¨ªa", "la charanga" o "Notre Dame de las tuber¨ªas", como le llaman sus detractores, debido a una arquitectura pol¨¦mica que ha terminado por integrarse al paisaje urbano parisino, necesita ser reparada, v¨ªctima de un ¨¦xito imprevisto que ha provocado un envejecimiento acelerado del edificio.
En 1971 se convocaba un concurso internacional para crear en el coraz¨®n de Par¨ªs un lugar capaz de albergar un museo, una biblioteca, varias salas de exposiciones, cines, teatros, talleres para ni?os, restaurantes, despachos y los inevitables espacios multifuncionales. El concurso lo ganaba un proyecto del italiaho Renzo Piano y el brit¨¢nico Richard Rogers que se inauguraba en 1976. Previsto para acoger entre 5.000 y 6.000 personas diarias, es visitado por m¨¢s de 25.000. Los 136 millones de personas que han entrado en ¨¦l a lo largo de estos a?os ten¨ªan, en un 70%, menos de 35 a?os de edad y eran, en un 50%, estudiantes.Las obras de reparaci¨®n que se han iniciado resultan muy aparatosas -una gran lona blanca, a lo Christo, envuelve la zona en reparaci¨®n- porque se ha optado por mantener el centro y los alrededores abiertos al p¨²blico durante los trabajos. Las paredes de cristal han sido recubiertas de una fina pel¨ªcula transparente para evitar que se rayen o cualquier filtraci¨®n de part¨ªculas. La estructura met¨¢lica ser¨¢ repintada con un producto nuevo que tiene una gran capacidad' de protecci¨®n ign¨ªfuga.
Los principales problemas a resolver son los causados por la sobreutilizaci¨®n del centro. Los tiempos han cambiado y en ese cambio hay que incluir la proliferaci¨®n de mendigos, la multiplicaci¨®n por cinco de los delitos y el hecho de que los turistas sigan siendo v¨ªctimas propiciatorias de los robos. El f¨®rum, a ciertas horas de d¨ªa, es un lugar inquietante, al menos para un cierto tipo de p¨²blico. De alguna manera lo que se pretende, reordenando el espacio exterior del Pompidou, es hacer m¨¢s selectivo el acceso, evitar que la planta baja se llene de pedig¨¹e?os que se protegen del fr¨ªo o del calor -los dirigentes de la m¨¢xima instituci¨®n del arte contempor¨¢neo en Francia no quieren ser confundidos con hermanitas de la caridad-, y privilegiar al visitante real por encima del estrictamente tur¨ªstico, que ocupa las escaleras mec¨¢nicas s¨®lo porque quiere hacerse una foto desde lo alto y finalmente no desea visitar exposici¨®n o colecci¨®n alguna.
El espacio interior tambi¨¦n ser¨¢ objeto de un gran cambio. En el Beaubourg trabajan 1.879 personas. Todo ese personal, debido a los criterios ultrademocr¨¢ticos vigentes en el momento de la concepci¨®n del proyecto, anda entremezclado con los visitantes, que son cinco veces m¨¢s que los previstos. La biblioteca, el laboratorio de idiomas, la discoteca, la videoteca, todos esos servicios padecen del exceso de ¨¦xito, la misma fatiga que sienten esas azafatas del servicio de informaci¨®n que, cuando hay una exposici¨®n de ¨¦xito, tienen que responder a 4.000 preguntas diarias.
Todos esos trabajos, as¨ª como la creaci¨®n de un nuevo aparcamiento subterr¨¢neo para autocares y, sobre todo, la recreaci¨®n del atelier Brancusi, que lleva a?os cerrado esperando una remodelaci¨®n, los pagan entre el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Par¨ªs y la sociedad que explota el aparcamiento. El montante es desconocido -se sabe que el presupuesto de funcionamiento del centro es de 597 millones de francos, el segundo de las instituciones culturales galas, detr¨¢s de la ¨®pera-, pero admite c¨¢lculos aproximativos desde el momento en que se habla de 1.000 millones de francos (25.000 millones de pesetas) para reparar el Grand Palais, el Palais de la Decouverte, el Palais Tokyo y el Beaubourg. El Grand Palais absorbe 300, el de la Decouverte 200 y los 500 restantes se tienen que repartir, pero con la seguridad de que la parte del le¨®n es para el Beaubourg.
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