Un vecino se atrinchera en su casa y recibe a tiros al Samur y a la polic¨ªa
El barrio de La Estrella, situado al sureste de Madrid, junto a la M-30, vivi¨® ayer una madrugada de pesadilla. Un vecino de 27 a?os de edad se encerr¨® en su vivienda de la calle Sirio y realiz¨® decenas de disparos de escopeta a partir de la una de la ma?ana. Los primeros tiros alcanzaron a tres miembros del Samur (el servicio de urgencia municipal) y a un agente de la Polic¨ªa Nacional. Los cuatro hab¨ªan acudido a la vivienda para trasladar a un joven a la unidad de psiquiatr¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n, de donde se hab¨ªa fugado a media tarde. A las cuatro de la madrugada, el joven continuaba realizando disparos desde una ventana de la casa.El vecino, Juan Vicente V¨¢zquez Chocomel, hab¨ªa ingresado ayer en el citado hospital, aquejado de una crisis nerviosa, hecho que ya se hab¨ªa producido en anteriores ocasiones. Tras huir del hospital sin haber recibido la correspondiente alta m¨¦dica, el joven se dirigi¨® a su domicilio, ubicado en el tercer piso del n¨²mero 60 de la calle Sirio.
PASA A LA P?GINA 3
Los geos fueron llamados para desalojar al atrincherado
VIENE DE LA P?GINA 1Horas despu¨¦s, su propia familia avis¨® al Samur del delicado estado en que se encontraba el enfermo, por lo que solicitaron que fueran a recogerle. Hacia la una de la madrugada, tres miembros de ese servicio de urgencia, acompa?ados de un polic¨ªa nacional, acudieron al domicilio. Poco despu¨¦s de abrirles la puerta, el joven empu?¨® una escopeta de caza y apunt¨® con el arma al polic¨ªa y a los miembros del Samur. Uno de ¨¦stos cerr¨® bruscamente la puerta y logr¨® desviar el disparo. Los cuatro emprendieron la huida por la escalera mientras eran perseguidos a tiros. Fue entonces cuando los cuatro funcionarios fueron alcanzados por perdigones.
Seg¨²n los primeros datos, los impactos no fueron directos, sino que proced¨ªan de rebotes de los perdigones, por lo que, en principio, se afirm¨® que las heridas que sufr¨ªan no revest¨ªan gravedad.
Una vez en la calle, los miembros del Samur y el polic¨ªa se quedaron en el jard¨ªn adyacente al edificio, por temor a que, si sal¨ªan a cielo abierto fueran alcanzados por nuevos disparos efectuados desde la ventana. Cuando abandonaron el lugar, uno de los heridos afirm¨® que el joven les hab¨ªa intentado matar.
En los minutos siguientes, la polic¨ªa acordon¨® la zona, mientras los vecinos de las viviendas pr¨®ximas se agolpaban en la calle. Entre tanto, y con intervalos de diez o quince minutos, el joven realizaba un disparo hacia alg¨²n lugar de la calle. As¨ª, varias se?ales de tr¨¢fico resultaron alcanzadas por los perdigones, as¨ª como algunos veh¨ªculos.,
Pasadas las dos de la ma?ana, acudi¨® al lugar el concejal de Bomberos y Protecci¨®n Civil, Carlos L¨®pez Collado, quien estuvo puntualmente informado de todo lo que estaba ocurriendo. A esa hora, la polic¨ªa hab¨ªa logrado ponerse en Contacto telef¨®nico con el joven, quien asegur¨® que no estaba dispuesto a salir y que continuar¨ªa realizando disparos hasta que se le agotara la munici¨®n.
Tambi¨¦n a esa hora, agentes policiales se pusieron en contacto con psiquiatras del Gregorio Mara?¨®n para que alg¨²n facultativo acudiera a la casa para convencer al paciente de que abandonara su actitud.
Minutos despu¨¦s, la polic¨ªa asegur¨® que el joven se hab¨ªa atrincherado y que hab¨ªa colocado en puertas y ventanas todo tipo de muebles para impedir la entrada a los agentes.
A las tres y media, segu¨ªan escuch¨¢ndose disparos espor¨¢dicos y la polic¨ªa aseguraba que estaban a punto de llegar los Geos para sacar al joven de la vivienda. A esa hora, nadie pod¨ªa asegurar si en la vivienda se encontraba s¨®lo, el presunto desequilibrado o si, por el contrario, ¨¦ste manten¨ªa retenidos a algunos miembros de su familia.
A las cuatro de la madrugada, acudi¨® a la casa el padre del joven para intentar convencerle de que saliera de la vivienda y se entregara a la polic¨ªa.
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