El Sevilla y el Celta 'regresan' a Primera
La Liga aprob¨® por unanimidad una Divisi¨®n de Honor de 22 equipos
Marcos Fern¨¢ndez, presidente del Valladolid, estaba sudoroso, pero radiante, como si le hubiera tocado la loter¨ªa. Hace poco m¨¢s de dos semanas su equipo estaba en Segunda y ayer disfrutaba con un Valladolid en Primera y con una Liga de 22 equipos por dos a?os. Eran las 16.00 horas. Fern¨¢ndez se iba a comer, para celebrarlo, con el presidente del Atl¨¦tico y los del Valencia, Salamanca y M¨¦rida. El frente populista casi en pleno. Minutos antes hab¨ªa terminado la asamblea m¨¢s publicitada del f¨²tbol espa?ol, en la que se hab¨ªa readmitido en Primera al Sevilla y al Celta.Cuatro horas de intervenciones, propuestas y discusiones televisadas en directo de los 38 clubes de Primera y Segunda Divisi¨®n terminaron con una traca pirot¨¦cnica en una intervenci¨®n cr¨ªpticocifrada: "22-20, un a?o de carencia y 20-22; 18 cuando sea. Ram¨®n, ?est¨¢s de acuerdo? [Ram¨®n Mendoza, presidente del Madrid, asiente desde la presidencia]. T¨², s¨ª; yo, tambi¨¦n". Despu¨¦s de decir esto, Joan Gaspart, vicepresidente del Barcelona, da la mano a Mendoza. La asamblea explota en aplausos y aclamaciones.
Descifrada, la propuesta finalmente aprobada por la asamblea dice que en la temporada 1995/96 habr¨¢ una Primera Divisi¨®n con 22 equipos y una Segunda con 20. El mismo n¨²mero se mantendr¨¢ en la temporada siguiente. En la 1997/98, la Primera se reducir¨¢ a 20 equipos y la Segunda aumentar¨¢ a 22. "Esto es una gran chapuza", clamaba Ant¨®n Parera, gerente del Barca, al tiempo que recriminaba a Francisco Mora, presidente del Racing y proponente de la idea aclamada -"te la has cargado, te has cargado la Liga"- y al presidente del Valladolid -"di directamente que hab¨¦is venido a chupar y ya est¨¢"-. La Primera espa?ola es, desde ayer, la m¨¢s larga de Europa: 42 jornadas. La inglesa, hasta la pasada temporada de 22 equipos, se ha reducido a 20 a partir de ¨¦sta. El tiro hab¨ªa salido por la culata. Los clubes poderosos, los ejecutivos de la Liga y el CSD, que hab¨ªa puesto el se?uelo del dinero de las quinielas, hab¨ªan intentado transformar la asamblea del perd¨®n y la solidaridad en la asamblea de la reducci¨®n. Quer¨ªan una Liga de 18 equipos en 1997 y se encontraron con una de 22 por dos a?os.
Las primeras intervenciones de los asambleistas fueron variaciones sobre un solo tema. Los hubo primarios -"son unos capullos estos del Gobierno y del CSD; el Compostela no aceta, pero traga, pero que no nos la envaine Cort¨¦s Elvira ni ning¨²n capullo por ah¨ª", bram¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Caneda, presidente del Compostela-, demag¨®gicos -"solidaridad es no poner condiciones. ?Por qu¨¦ no avalan las grandes empresas p¨²blicas?" (Francisco Roig, Valencia)-, pol¨ªticos -"el CSD ha nacionalizado la Liga" (Augusto Lendoiro, Deportivo)- y aplaudidas m¨ªstico-religiosas -"como mujer y madre de familia numerosa votar¨¦ una soluci¨®n que traiga paz, orden, bien social y entendimiento para lograr alegr¨ªa y satisfacci¨®n para todos los patriotas" (Mar¨ªa Teresa Rivero leyendo a Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Mateos, Rayo Vallecano)-, pero todos anunciaron su si al Sevilla y al Celta.
Ni siquiera una propuesta de voto secreto, promovida por el Alav¨¦s y el Espanyol y apoyada por 14 clubes, hizo temer por un resultado positivo. Fue sin m¨¢s, el pr¨®logo a la Propuesta. Antonio Bar¨®, presidente de la LFP, se sac¨® unos folios de la carpeta y se los fue repartiendo a los asambleistas. All¨ª les llegaba lo que teman que votar para ejercer su solidaridad: nueve puntos consensuados con el CSD pero no con los presidentes de los equipos ni con la federaci¨®n, que inclu¨ªan la aceptaci¨®n del Celta y el Sevilla; la petici¨®n de inhabilitaci¨®n de sus directivas por falta muy grave; la solicitud de menos IVA, m¨¢s dinero de las quinielas y de la modificaci¨®n de la Ley del Deporte; la renuncia del Celta y el Sevilla al dinero de la televisi¨®n y al "valor de puntos Liga"; la reducci¨®n a 20 equipos el ano siguiente y a 18 despu¨¦s, con una ampliaci¨®n de la Segunda a 24 y a 32; e indemnizaciones econ¨®micas para los afectados. Murmullos, movin¨²entos de incomodidad y 20 minutos de descanso. Cabildeos de pasillo.
"?D¨®nde est¨¢ el t¨ªo Ram¨®n?", preguntaba Bar¨® antes de la reanudaci¨®n. Se sent¨® el presidente del Madrid y comenz¨® la revuelta de los pobres. Todos se opon¨ªan a ligar la aceptaci¨®n del Celta y el Sevilla con la futura reducci¨®n. "Si se vota ahora, ser¨¢ una gran chapuza" dijo el del Oviedo, Eugenio Prieto, cuya petici¨®n de un receso para comer y estudiar el asunto fue resuelto por Bar¨® recurriendo al falso alarmismo: "Hay miles de c¨¦lticos ah¨ª fuera. Y me dice la polic¨ªa que est¨¢n a punto de invadir la Liga". "Todos diremos que s¨ª por unanimidad a la, Liga de 22, lo dem¨¢s es anecd¨®tico", a?adi¨® Gil. La asamblea se le fue de las manos a Bar¨®. No encontr¨® argumentos para oponerse a la propuesta del Racing, mantener un a?o m¨¢s la Liga de 22, pese al apoyo de Lendoiro, que intent¨® convencer a la Segunda de que deb¨ªa apretarse el cintur¨®n. La Segunda estaba descontrolada y parte de la Primera, tambi¨¦n. Gaspart quem¨® el ¨²ltimo cartucho diciendo que ser¨ªa mortal para los aficionados tantos partidos los mi¨¦rcoles como supon¨ªa la Liga de 22. S¨®lo hizo de resorte para Gil, quien caz¨® al vuelo la oportunidad. "S¨®lo el Madrid y el Bar?a se oponen, dej¨¦mosles que voten en contra para que salven la cara Gaspart no le dio esa alegr¨ªa. Le dio la mano a Mendoza: "No te apuntes el tanto, Jes¨²s, el Madrid y el Bar?a asumen la responsabilidad". De ah¨ª a la aclamaci¨®n.
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