Saharauis, la ilusi¨®n de la independencia
El IX Congreso del Polisario debate en Tinduf si vuelve a las armas o concede un ¨²ltimo plazo a la ONU para celebrar el refer¨¦ndum
En la hamada argelina, la parte m¨¢s ¨¢spera, pedregosa y despiadada del desierto sahariano, no viven ni los zorros. Pero los saharauis no son zorros. Han sabido adaptarse a esa gigantesca sart¨¦n de arena y roca, una planicie a merced del sol m¨¢s despiadado y de vientos como el sim¨²n, que cuando sopla convierte el polvo de cuarzo en un juego de dardos con las caras de los vivos. En ese lugar sin prestigio en los mapas, al sur de Argelia y a escasos kil¨®metros de la frontera con el antiguo S¨¢hara espa?ol, los refugiados saharauis -"nuestros bosnios", en palabras de un avergonzado peninsular- cumplen 20 a?os de exilio. Y nada hace pensar que su destino vaya a cambiar. El IX congreso del Frente Popular de Liberaci¨®n de Saguia el Hamra y R¨ªo de Oro, m¨¢s conocido como Frente Polisario (FP), debate en su IX congreso c¨®mo alterar la inercia de las cosas: volver a las armas frente al invasor marroqu¨ª o dar un ¨²ltimo plazo a las Naciones Unidas -que podr¨ªa vencer en marzo- para que se empe?e en¨¦rgicamente en el eternamente aplazado refer¨¦ndum sobre el porvenir del S¨¢hara Occidental.Exprimiendo su met¨¢fora en medio de una hecatombe inm¨®vil de m¨¢s de 45? a la sombra, uno de los much¨ªsimos alcaldes de peque?os y medianos municipios espa?oles que han decidido echarse sobre los hombros la verg¨¹enza de los gobiernos espa?oles y apoyar con todas sus energ¨ªas la causa del Polisario, no s¨®lo llama a los saharauis "nuestros bosnios", sino que apunta que el rey de Marruecos, Hassan II, "supo hacer muy bien el serbio en 1975, cuando aprovech¨® la enfermedad de Franco para lanzar la marcha verde e iniciar la pol¨ªtica de hechos consumados que le ha reportado buenos dividendos en el S¨¢hara Occidental".
Muchos atlas, sobre todo los dibujados en Francia, ya ni siquiera marcan con el trazo discontinuo de la mala conciencia la frontera entre lo que fue Marruecos y era el S¨¢hara en disputa, sino que pintan de uniforme amarillo el espacio que va desde Melilla hasta m¨¢s abajo de Dajla, la antigua, Villa Cisneros, en Mauritania. "A Hassan II", sigue nuestro interlocutor, que quiere permanecer al margen de los focos, el tiempo de momento le ha dado la raz¨®n, hasta el punto de que sectores influyentes del Gobierno de Madrid, que han inspirado grandes negocios de venta de armas tergiversando los Fondos de Ayuda al Desarrollo, juegan ya con la hip¨®tesis de que el refer¨¦ndum no se celebrar¨¢ y que, en cualquier caso, Marruecos se quedar¨¢ con el territorio".
A eso, el alcalde canario de Santa Luc¨ªa, Carmelo Ram¨ªrez, que preside la mancomunidad de m¨¢s de 200 municipios espa?oles y asociaciones volcadas con el pueblo saharaui y sus derechos, le llama, sin medias tintas, "la segunda traici¨®n de Espa?a". Y reclama: "No lavaremos nuestra verg¨¹enza hasta que los saharauis recuperen lo que leg¨ªtimamente les pertenece, sobre todo despu¨¦s de 20 a?os de sufrimientos incontables en el exilio del desierto argelino".
A la estrategia marroqu¨ª y a las opciones que se abren ante el retraso del refer¨¦ndum se refiri¨® el presidente de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) -recientemente reconocida por Malaui y Sur¨¢frica-, en la presentaci¨®n de lo que llam¨® "informe moral". Mohamed Abdelaziz critic¨® "las tentativas marroqu¨ªes de desviar [el ref¨¦r¨¦ndum] y as¨ª seguir obteniendo ventajas del alto el fuego". El refer¨¦nd¨²m previsto para 1992, un a?o despu¨¦s de que el Polisario y Marruecos silenciaran sus armas, ha sido continuamente aplazado a causa de la insoportable lentitud con que se lleva a cabo el registro de los votantes, un retraso que, seg¨²n la ONU, hay que atribuir en su mayor parte a Marruecos.
Mientras que en los campos de refugiados instalados en las cercan¨ªas de Tinduf habitan cerca de 250.000 saharauis hasta el momento apenas se han inscrito 40.000 votantes.
El registro es la clave de b¨®veda de todo el proceso puesto en marcha por la ONU en una operaci¨®n que le cuesta m¨¢s de 12 millones de pesetas diarios. Marruecos ha realizado en los ¨²ltimos a?os otras dos marchas verdes con el resultado de instalar en el territorio del antiguo S¨¢hara espa?ol a m¨¢s de 150.000 colonos con la pretensi¨®n de alterar el mapa demogr¨¢fico e impedir por todos los medios que el refer¨¦ndum, si alguna vez llega a celebrarse, le sea desfavorable. Muchos saharauis, abocados a un callej¨®n sin salida, recuerdan con amargura el discurso que Felipe Gonz¨¢lez pronunci¨® en los campamentos, hace casi 20 a?os. "Mi compromiso no es s¨®lo con vosotros, sino con la historia", dijo. "Las l¨¢grimas de emoci¨®n que derram¨¦ entonces", confiesa Rajmani Sidi Mohamed, "me saben hoy a hiel".
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