Defensa de la filosof¨ªa

Creo que ni un alumno de BUP o COU que deteste la filosof¨ªa ser¨ªa capaz de hacer una cr¨ªtica tan superficial sobre la misma como la que Alfonso Lafora hace en EL PA?S del mi¨¦rcoles 23 de agosto. Primero, porque nadie tiene la culpa de que este a?o el examen de selectividad de filosof¨ªa en Madrid haya sido dif¨ªcil. Otros a?os se han puesto cuestiones muy complejas en matem¨¢ticas, f¨ªsica, dibujo t¨¦cnico o ingl¨¦s. As¨ª que no veo nada especial en que este a?o el hueso haya sido la filosof¨ªa. ?0 es que si el examen dif¨ªcil hubiera sido el de matem¨¢ticas todo ser¨ªa correcto?Segundo, porque, desde el punto de vista de Alfonso Lafora, tanto inter¨¦s tiene para un bi¨®logo conocer los devaneos mentales de Heidegger como para un m¨¦dico resolver una integral, para un abogado conocer los problemas de la unificaci¨®n itali¨¢na, o para un arquitecto los teoremas sobre subespacios vectoriales. Y tercero, porque a m¨ª Kant tambi¨¦n me parece un simplista de tomo y lomo, pero seguramente por motivos m¨¢s conscientes, divertidos y justificados.

La filosofia no da soluciones (ni siquiera la ciencia las da). La filosof¨ªa es un modo de pensar, una estrategia para enfrentarse a las cosas de una manera m¨¢s l¨²cida, cr¨ªtica y penetrante. El art¨ªculo no habla de filosof¨ªa, sino de la propia incapacidad para aceptar otras ideas que vayan m¨¢s all¨¢ de mi casa, mi coche, mi mercado, mi seguridad, mis miserias, mi peque?o mundo y mis cuatro cositas (no me las toqu¨¦is que se me caen los esquemas).-