El gran vodevil electr¨®nico
Gates monta un aparatoso espectaculo para presentar al p¨²blico espa?ol su ¨²ltimo invento
Un p¨²blico abrumadoramente masculino, severo y encorb¨¢tado al viejo estilo oficinista, llen¨® ayer el teatro Madrid para asistir a la presentaci¨®n del sistema operativo Windows 95'realizada por Bill Gates, en carne y hueso, presidente de Microsoft. El encierro de prolong¨® durante tres sopor¨ªferas horas en lasque ni siquiera la m¨²sica de los Rolling Stones, especialmente escogida por Gates para el lanzamiento de esta variedad de software, alivi¨® la adormilera general.El m¨ªtico Gates lleg¨® rodeado de macroguardaespaldas provistos con rat¨®n-porras, e hizo su trist¨ªsima aparici¨®n en el centro de un escenario al estilo de la ruta del bakalao. Vestido como un mec¨¢nico de su propia compa?¨ªa (polo azul marino, pantal¨®n a juego, calcetines igualmente azules como el color de sus ojos, y un peinado con raya y flequillo que daba a su rostro barbilampi?o un aire extremadamente infantil) se dirigi¨® a la concurrencia con voz atiplada, las manos juntas como una imagen de la Pur¨ªsima y movimientos suaves de mon¨®tono predicador, para ofrecer una clase magistral, o tal vez un cuento de hadas, acerca de su nuevo producto que se anuncia como la soluci¨®n global que va a cambiar el mundo y resolver todos nuestros problemas. (Erase una vez, hace 20 a?os, un mundo sin ordenadores... hasta que Caperucita se adentr¨® en el bosque rojo de la inform¨¢tica y...).
Entonces Bill Gates simul¨® tener un problema con su PC port¨¢til alojado en el atril y solt¨® un par de gallos llamando a Sany. Esper¨¢bamos que Sany fuera un cursor ventia?ero de la realidad virtual, pero no. Se trataba de un icono de ocho a?os toda ella azulada y repipi, que mantuvo un absurdo coloquio con Gates, algo barato y sin imaginaci¨®n. Esta ni?a prodigio se fue y nos dej¨® d¨¦ nuevo a solas con el desfalleciente predicador de las famosas ventanas, quien explic¨® que su invento es el mejor veh¨ªculo intuitivo para correr por las autopistas de la informaci¨®n, sin chocar, y divirti¨¦ndose. Aunque no lo dijo, supimos (por papeles repartidos entre el p¨²blico). que en los tres a?os del desarrollo del sistema operativo los 400 empleados que trabajaron en ¨¦l consumieron 2.283.600 tazas de caf¨¦ y m¨¢s de 2.155 kilos de palomitas de ma¨ªz. Tambi¨¦n procrearon 63 seres humanos, por lo que cabe deducir que el sistema de las windows no est¨¢ re?ido con las infusiones, la fritanga, ni la copulaci¨®n extra-network.
Gates afirm¨® que sus ventanas se utilizar¨¢n como balcones por la clase pol¨ªtica cuyos l¨ªderes se pondr¨¢n as¨ª en contacto electr¨®nico directo, con sus electores. O a falta de ¨¦stos, con sus electrodos. Qued¨® claro que con. algo han de ponerse en contacto los pol¨ªticos.
A su perorata siguieron dos tandas de hipn¨®ticos v¨ªdeoanuncios proyectados en grandes pantallas, a cargo de los prelados de empresas colaboradoras, quienes felicitaron a Gates por haber consumado su prometedor milagro tecnol¨®gico. Esta pl¨²mbea, sesi¨®n d¨¦ anuncios, en la que tambi¨¦n vimos al presidente de Telef¨®nica adulando al pont¨ªfice, result¨¢ una prueba dur¨ªsima: despu¨¦s de aguantar al papa nos, metieron entero al cuerpo cardenalicio.
A continuaci¨®n el Gateshow deriv¨® en una especie de rueda de prensa en la que varios periodistas televisivos seleccionados para el evento preguntaron algunas cosas (la mitad no se o¨ªan por fallos t¨¦cnicos) al creador del sistema operativo, sin que las respuestas de ¨¦ste guardaron casi nunca relaci¨®n directa con las preguntas de aquellos. Pero Gates brind¨® una serenata autista llena de ambig¨¹edades asomando siempre su prodigioso flequilo por el ventanuco trasero.
Se le pregunt¨® que importancia tiene para ¨¦l el dinero, sabiendo que a sus 39 a?os se trata del hombre m¨¢s rico de Estados Unidos. Ni por esas. Melifluo y desganado, agradeci¨® que se le reconocieran los millones. Y a?adi¨® que en USA el sistema cuesta casi la mitad que en Espa?a porque no esperaba que los vendedores de all¨ª lo ofrecieran tan barato.
La ¨²ltima parte del vodevil corri¨® a cargo de una "pareja de canarios morenos" -as¨ª fueron presentados los persianeros de Microsoft llegados de las Canarias- quienes hicieron una de mostraci¨®n a doble teclado del producto, aplicado a la oficina y al hogar. La pareja lo, hizo muy" bien, r¨¢pidos y brillantes en todo momento, pero aquel montaje recordaba a esas. Vendedoras de pelapatatas que se ponen a las puertas de los grandes almacenes y forman un corro Verdulero. Sin embargo, por los rostros de los oficinistas invitados el concierto para dos pianos produjo ¨¦xtasis general, aunque una de las pantallas se bloque¨® en el momento ¨¢lgido y el t¨¦cnico no tuvo m¨¢s remedio" que arrojar la toalla
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