El Atl¨¦tico se hace con el liderato
Los madrile?os despiertan tras el descanso y golean a un Racing en inferioridad
Todo ocurri¨® en la segunda mitad. El discutido penalti de Merino a Simeone marc¨® el signo de la goleada atl¨¦tica. Encajado el primer gol, el Racing perdi¨® todos los papeles y hasta buena parte de su cl¨¢sica deportividad. Cay¨® en la trampa del antif¨²tbol y perdi¨® justamente a dos jugadores expulsados por agresi¨®n. La chisp la encendi¨® la decisi¨®n del jiennense Prados Garc¨ªa, debutante en la categor¨ªa, al indicar ¨¦l m¨¢ximo castigo. Sin embargo, el Atl¨¦tico demostr¨®, a pesar de su mediocre primer tiempo, ser bastante m¨¢s equipo que el Racing. La diferencia exagerada de goles s¨®lo se encuentra en las facilidades recibidas por un equipo que jug¨® 20 minutos con dos m¨¢s que su rival.Racing y Atl¨¦tico se enfrentaron con dos precedentes bien distintos. Los c¨¢ntabros ven¨ªan de sufrir una goleada en San Mam¨¦s y los madrile?os de propin¨¢rsela a la Real. La primera mitad no justific¨® tal pr¨®logo. Los locales apenas tuvieron oportunidades y los visitantes, aunque dominaron no s¨®lo crearon una. En el Racing hab¨ªa obsesi¨®n por conseguir la victoria para evitar empezar la campa?a tan mal como el a?o pasado. El Atl¨¦tico anunciaba. que se presentaba como un equipo con otro aire, pero al menos en la primera fase no fue as¨ª.
Cierto es que el Atl¨¦tico domin¨®, pero tambi¨¦n que s¨®lo tuvo una oportunidad de gol y fue en un c¨®rner. Era el minuto 35 y el cabezazo de Roberto era salvado bajo los palos por Popoy. ?se fue el ¨²nico peligro ante la porter¨ªa de Ceballos, a pesar de jugar m¨¢s tiempo en su media parcela que en la cancha propia. El Racing prefiri¨® esperar atr¨¢s, tocar mucho el bal¨®n y buscar en el contragolpe romper de un solo y largo toque la defensa en l¨ªnea de los rojiblancos.
El Atl¨¦tico jug¨® adelantado y carg¨® sobremanera el juego por las alas. Su error estuvo en que insisti¨® demasiado por la derecha, hacia donde se dejaba caer el serbio Pantic. All¨ª estaba un Popov Iento y poco defensivo, pero su espalda era suficientemente cubierta como para anular todo peligro. El desacierto atl¨¦tico estuvo en enfrascarse en la lucha por el mando del centro de la cancha y olvidarse de Caminero y Simeone. El primero pr¨¢cticamente se limit¨® a pasear por la banda izquierda y Simeone opt¨® por buscar el bal¨®n en zonas donde resultaba escasamente eficaz.
El Racing se dejaba dominar. Dos ex atl¨¦ticos, cargados de a?os y de f¨²tbol de alta escuela, Quique Seti¨¦n y Tom¨¢s, se encargaban de intentar romper la defensa en l¨ªnea de los rojiblancos. Cerca estuvieron. de conseguirlo por medio de Torre o Mutiu. En realidad, s¨®lo hab¨ªa que driblar a un defensa para quedarse delante de Molina, pero los santanderinos casi nunca lo consiguieron porque no llegaban bien hilvanados y r¨¢pidos sus contraataques desde atr¨¢s.
No pareci¨® el Atl¨¦tico el mismo de la pretemporada. Careci¨® de ritmo y velocidad y pec¨® de esperar demasiado a que alguna de sus figuras resolviera por s¨ª sola. Pero todo se puso de cara para ¨¦l en el segundo periodo. En la grada qued¨® la discusi¨®n sobre si fue o no el penalti de Merino a Simeone. Lo que no cabe discutir es el error santanderino de perder la compostura frente a un rival superior t¨¦cnicamente y con una ambici¨®n nueva de la que careci¨® en la primera mitad.
El resultado puede ser enga?oso porque el segundo periodo estuvo de cara totalmente para el Atl¨¦tico. Precisamente cuando Miera empezaba a arriesgar (dio entrada a Txema y Suances por Quique, Seti¨¦n y Torrecilla), llegaron todos Ios problemas. Con uno menos desde el minuto 63, el Racing casi se entreg¨®. Y s¨®lo el trabajo brillante de Ceballos evit¨® m¨¢s goles
El Racing ya estaba grogui antes, tan pronto como le surgi¨® la adversidad del primer gol (m. 47). Justito de fuerzas, trat¨® de sobreponerse, pero sin la cabeza fr¨ªa y la precisi¨®n que se necesita en estos casos. Los rojiblancos supieron accionar con comodidad y seguridad desde atr¨¢s y remachar, por velocidad, t¨¦cnica y superioridad num¨¦rica en el ¨¢rea santanderina. Lo peor de todo fueron sus malos modos. Por ellos, por una patada de Txema, Caminero acab¨® en el hospital (contusi¨®n en el tend¨®n de Aquiles) y lo fue aplicada una inyecci¨®n antiinflamatoria.
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