La pugna en la c¨²pula del SPD alem¨¢n hunde al partido en los sondeos
La ejecutiva del Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD) ha tratado de resta?ar las heridas, pero la tarea resulta casi imposible, para regocijo del canciller democristiano, Helmut Kohl (CDU). Las diferencias entre el presidente del SPD y el jefe del grupo parlamentarlo en el Bundestag, Rudolf Scharping, de 47 a?os, y el presidente de Baja Sajonia, Gerhard Schr?der, de 51 a?os, parecen insalvables y dejan por los suelos a la socialdemocracia (SPD) en los sondeos sobre intenci¨®n de voto del electorado.
En el debate parlamentario sobre los presupuestos, escenario tradicional en el Bundestag para un ajuste de cuentas entre Gobierno y oposici¨®n, el canciller Kohl (CDU) se reprimi¨® a duras penas de caer en la tentaci¨®n de hacer befa y escarnio de su oponente, Scharping (SPD): "La imagen que usted ofrece es lamentable".Los analistas se preguntan ya en Alemania si Kohl (CDU) gobierna sin contrincantes. El semanario liberal Die Zeit titulaba esta semana en primera p¨¢gina: "Scharping y Schr?der, en permanente disputa. Nunca hubo tan poca oposici¨®n".
Scharping (SPD) no da la talla como jefe de la oposici¨®n, y su compa?ero de partido en la direcci¨®n del SPD, Schr?der, uno de los miembros de la famosa troika dirigente, no cesa de serrarle el piso bajo los pies. Scharping tom¨® la decisi¨®n de destituir a Schr?der como portavoz del SPD en asuntos econ¨®micos, y esto significa de hecho el final de la troika, creada en su d¨ªa con la intenci¨®n de derribar a Kohl.
Consorcio de mediocres
Schr?der no cesa en sus provocadoras declaraciones, en las que deja a la altura del bet¨²n a Scharping y compa?eros de partido. La semana pasada calific¨® en el semanario Stern a un grupo de diputados en la fracci¨®n del SPD de "consorcio de mediocres", y, al alim¨®n con su inquieta esposa, afirm¨® que no se puede ser portavoz econ¨®mico del SPD para "anunciar banalidades o recitar las resoluciones del partido".Schr?der trata de imitar el estilo del ex canciller Helmut Schmidt (SPD), quien se hizo, con merecimiento, acreedor al mote de el bocazas. Tambi¨¦n Schmidt se permit¨ªa en sus buenos tiempos decir: "?Qu¨¦ hace Willy [Brandt] que no pone orden en la pocilga?" Con la pocilga, Schmidt se refer¨ªa al partido. La diferencia entre Schmidt y Schr?der, talla pol¨ªtica de cada uno aparte, es que el ex canciller hablaba desde la canciller¨ªa y el SPD lleva ahora m¨¢s de 13 a?os en la oposici¨®n.
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