El mayor espect¨¢culo jur¨ªdico del mundo, en la recta final
El jurado de O. J. Simpson, al borde de la "insurrecci¨®n"
JOSE M. CALVO, El juicio de O. J. Simpson avanza hacia su fase final entre sobresaltos, golpes de teatro y esc¨¢ndalos. La semana pasada fue una de las m¨¢s intensas desde que comenz¨®, hace casi nueve meses, el juicio en el que el c¨¦lebre deportista est¨¢ acusado del doble asesinato, cometido el 12 de junio de 1994, en el que murieron su ex mujer, Nicole Brown Simpson, y un amigo de ella.. En la escena televisada que medio pa¨ªs todav¨ªa sigue, mientras el otro medio rechaza por pura nausea- acaban de lanzarse acusaciones de racismo, se han cuestionado pruebas b¨¢sicas, un testigo se ha negado a declarar y el juez parece desbordado por el caso.
El jurado, secuestrado desde hace 243 d¨ªas, ha estado en las ¨²ltimas dos semanas m¨¢s tiempo fuera de la sala que dentro. Sus miembros est¨¢n "al borde de la insurrecci¨®n", seg¨²n la defensa. De los 12 seleccionados inicialmente han cambiado 10, todo un r¨¦cord. El juez Ito trat¨® de tranquilizarles el viernes pasado y les dijo que las conclusiones de acusaci¨®n y defensa est¨¢n al caer. A pesar de las ¨²ltimas volteretas jur¨ªdicas, todo parece indicar que la credibilidad de testigos fundamentales para la fiscal¨ªa ha quedado hecha a?icos. La duda razonable sobre la culpabilidad de Simpson, y por tanto su inocencia, gana en los sondeos de opini¨®n que se hacen sobre el veredicto del jurado.
En los ¨²ltimos d¨ªas, el inspector Mark Fuhrman ha desplazado al propio Simpson que sigue el devenir del proceso como si la cosa no fuera con ¨¦l. El polic¨ªa encontr¨® un guante con sangre en la casa del deportista el d¨ªa despu¨¦s del doble asesinato, guante que era pareja de otro que estaba en la escena del crimen. Es una de las pruebas b¨¢sicas de la fiscal Marcia Clark, pero la defensa, dirigida por el abogado de raza negra John Cochran, dice que el polic¨ªa es un racista que puso el guante para incriminar a Simpson.
Polic¨ªa mentiroso
Fuhrman, un polic¨ªa blanco del muy criticado Departamento de Polic¨ªa de Los ?ngeles, hab¨ªa declarado en marzo, bajo juramento, que no era racista y que no hab¨ªa utilizado el t¨¦rmino despectivo nigger en los ¨²ltimos 10 a?os. Para su desgracia, varios testigos de la defensa dicen lo contrario. Con el jurado fuera de la sala, en largas sesiones, se escuchan grabaciones de entrevistas hechas a Fuhrman entre 1985 y 1994 en las que el polic¨ªa dec¨ªa nigger -la palabra que empieza con "ene", como se?alan pulcramente los periodistas- nada menos que 42 veces. Simpson sigue sin cambiar de expresi¨®n.
El pol¨¦mico juez Ito decidi¨® que el jurado pod¨ªa escuchar s¨®lo algunos fragmentos de las cintas. Indignaci¨®n de la defensa, que llama a declarar de nuevo al polic¨ªa: Fuhrman se sienta en el banquillo y el abogado Cochran le pregunta por su afici¨®n a usar la. palabra "negro" en su acepci¨®n m¨¢s despectiva. El inspector se ampara en la Quinta Enmienda e invoca su derecho a no autoincriminarse. La defensa pide que se anulen todas las pruebas relacionadas con el polic¨ªa, por mentiroso y racista. El juez se niega y decide que, puesto que Fuhrman no quiere declarar, ¨¦l explicar¨¢ al jurado -que sigue fuera de la sala- que el testigo "no est¨¢ disponible".
El viernes pasado, cuando la opereta parec¨ªa estar en su momento cumbre y el juicio a punto de concluir, un tribunal de recursos contradice al juez y le niega el derecho ¨¢ que explique al jurado que un testigo clave de la acusaci¨®n "no est¨¢, disponible". La defensa debe rehacer su estrategia tras este espectacular giro. La acusaci¨®n respira despu¨¦s del viacrucis de las palabras que empiezan por ene, a pesar de que el rumbo del proceso se le ha puesto cuesta arriba y de que, ahora la mayor¨ªa cree que Simpson jam¨¢s ser¨¢ declarado culpable.
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