Nazis y vinos franceses

Como ciudadana franco espa?ola, residente en Madrid desde hace m¨¢s de veinte a?os, no puedo dejar de expresar la consternaci¨®n que me ha causado la lectura de la columna de Rosa Montero en su peri¨®dico. del d¨ªa 12 de septiembre.Me parece leg¨ªtima, y la comparto, la indignaci¨®n de la se?ora Montero frente a la reanudaci¨®n, por parte del Gobierno franc¨¦s, de los ensayos nucleares en el Pac¨ªfico, pero ello no la exime de una elemental exigencia de rigor en la redacci¨®n de su art¨ªculo, aunque se trate de una columna pol¨ªtico-anecd¨®tica: en ella, la articulista, presa de una irrefrenable furia verbal, se en sana con gran virulencia contra los franceses, dispar¨¢ndoles todo tipo de insultos, desde tiranos y d¨¦spotas hasta matones de barrio, poniendo en el mismo plano la guerra de independencia de Argelia y el genocidio nazi, am¨¦n de un sinf¨ªn de calificativos a cual m¨¢s halagador... Seamos serios: si tan monstruoso relato de los franceses se corresponde con la realidad, proponer boicotear un producto de lujo como es el vino franc¨¦s contrasta abrumadoramente con la gravedad de los delitos y cr¨ªmenes imputados y es, por tanto, una propuesta fr¨ªvola; al no implicar m¨¢s que la fracci¨®n minoritaria de la poblaci¨®n espa?ola (a la que imagino debe pertenecer!) consumidora de vinos franceses, es una propuesta insolidaria y por tanto tremendamente ineficaz . Todo hace pensar que m¨¢s all¨¢ de la leg¨ªtima condena encabeza el art¨ªculo, la autora se ha dejado llevar por el sentimiento antifranc¨¦s m¨¢s primario, sentimiento tan f¨¢cil de despertar en cualquier pueblo hacia cualquier otro y en particular entre dos pa¨ªses vecinos; y son precisamente estos sentimientos irracionales los que acaban dando lugar a las atrocidades que luego hemos de lamentar juntos y, de las que, desgraciadamente, ninguna naci¨®n se libra a lo largo de su historia-.