Esto no es la Vuelta a Alemania
Olano se queda m¨¢s solo tras el abandono de su lugarteniente Gin¨¦s
Aunque no lo parezca esto es la Vuelta a Espa?a y no la de Alemania, que, por otra parte, ya no existe. Parece necesario recalcarlo porque Marcel Wust, el veterano sprinter rescatado del paro por el Castellblanch, consigui¨® ayer en Valencia su segunda victoria de etapa. Cuatro llevan los alemanes, que han repetido los tres ¨²ltimos d¨ªas, las mismas que los italianos, y dos m¨¢s que los espa?oles. Y no parece, precisamente, que los potenciales ciclistas de esos paises sean comparables, ni Alemania se presente como la alternativa de futuro. Todo es m¨¢s simple: la Vuelta es un nido de sorpresas.No es tan sorprendente que Wust moje la oreja a Minali o a su compatriota Zabel -dos reputados llegadores, los ¨²nicos que quedan tras el abandono de Blijlevens- como que lo haga sin un equipo especializado o que lo logre despu¨¦s de que fueran el Novell -que a¨²n no se ha estrenado- y el TVM -ya sin la opci¨®n de Blijlevens- los equipos que llevaran el peso del pelot¨®n para anular la fuga solitaria de un ?lvaro Gonz¨¢lez de Galdeano (Euskadi) que lleg¨® a tener m¨¢s de ocho minutos y cay¨® a pasos agigantados frente al viento. Entre los nueve corredores que present¨® el -Mapei al inicio hab¨ªa un sprinter -Baffi-, un capit¨¢n de ruta -Etxabe-, dos hombres del l¨ªder -Fern¨¢ndez Gin¨¦s y Unzaga-, dos aguadores -Beltr¨¢n y Pe?a-, un rodador -Leyseny dos l¨ªderes -Olano y Della Santa-. S¨®lo se echaba de menos a Escart¨ªn para considerarlo un equipo sumamente competitivo sobre el papel. En la pr¨¢ctica: Baffi est¨¢ pasado y no llega m¨¢s all¨¢ de la cuarta plaza; Etxabe est¨¢ tocado de la mu?eca y corre capitidisminuido; Unzaga lleg¨® de relleno y desentrenado, abandon¨® el viernes; Leysen ha hecho trabajo de equipo, como los j¨®venes Pe?a y Beltr¨¢n; Della Santa ha ido a lo suyo, que no se sabe bien lo que es. S¨®lo han seguido el papel asignado Olano y Fern¨¢ndez Gin¨¦s.
Eso fue hasta ayer. A partir de hoy, cuando la Vuelta entra en su trilog¨ªa m¨¢s caliente -Barcelona, Pla de Beret y Luz Ardiden-, Olano est¨¢ m¨¢s solo. Gin¨¦s, acatarrado y lloroso, abandon¨® ayer. Si la t¨¢ctica en la monta?a es cruzar los dedos y esperar el fallo de Jalabert, poco apoyo le queda al bravo Olano para forzar el fallo. Si no se le somete a prueba, si s¨®lo se atiende a que el terreno escapardo haga su labor y Jalabert no lo trague, crudo lo tiene Olano.
La aniquilaci¨®n del Mapei no s¨®lo puede cerrar el debate por la victoria final. Puede que hasta la composici¨®n del podio -mal menor de los olanistas- est¨¦ decidida a favor de Mauri.y Bruyneel.
Los primeros lugares de la general est¨¢n plagados de atentistas a la espera de la ca¨ªda del compa?ero para avanzar puestos, de conformistas que s¨®lo esperan quedarse como est¨¢n y de aprovechados a la espera de lucirse. No hay m¨¢s.
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