Aqu¨ª mando yo
Los vestuarios est¨¢n gobernados por jugadores que hacen el papel de un jefe: mandan, negocian... fichan y despiden
Tarz¨¢n Migueli y Bernd Schuster se partieron literalmente la cara para disputarse el brazalete de capit¨¢n del Bar?a. Roberto Soloz¨¢bal se gan¨® el liderazgo indiscutible de la selecci¨®n ol¨ªmpica de Barcelona 92 al expulsar sin recato del vestuario a alg¨²n que otro ministro y varios secretarios de Estado. "Salgan de aqu¨ª, por favor, que m¨¢s importante que su visita es que hagamos ejercicios de estiramiento", espet¨® el hoy capit¨¢n rojiblanco.La capitan¨ªa, el mando de un vestuario, no es una cuesti¨®n balad¨ª. En todas las casetas del f¨²tbol espa?ol reina un jefe. Un tipo capaz de responder a la las ¨ªnfulas de cualquier presidente, negociar las primas, arengar a sus compa?eros, fumigar entrenadores, guiar a los novatos o elaborar alineaciones al borde de la piscina en cualquier conc¨¦ntraci¨®n. Su figura es determinante y, en muchos casos, altamente positiva. En las tertulias de Chamart¨ªn a¨²n perdura el recuerdo del triunvirato Camacho-Gallego-Juanito. Su jerarqu¨ªa fue decisiva en las remontadas europeas del Madrid en los ochenta. Los protagonistas de aquel Madrid jam¨¢s podr¨¢n olvidar c¨®mo aquellos tres futbolistas repartieron entre sus ompa?eros las faltas que hab¨ªa que cometer sobre cada jugador del Borussia Moenchengladbach. Semanas antes de los partidos Camacho aburr¨ªa al vestuario: "Cinco les vamos a meter"; "me han dicho que los del Inter est¨¢n temblando"; si alguno se levanta asustado el mi¨¦rcoles por la ma?ana mejor que no aparezca por aqu¨ª"; "los vamos a pasar por encima". ?Qui¨¦n manda hoy?
De los 'humos' de Cruyff a la soledad de Bakero
Hab¨ªa acabado el primer partido de Johan Cruyff como jugador del Bar?a. Era un amistoso. Cierto. Pero nadie pod¨ªa imaginar que iba a ser capaz de entrar en el vestuario, sentarse y, antes de quitarse las botas, encender un Camel sin filtro. Por si quedaba alguna duda, Cruyff encendi¨® otro cigarrillo despu¨¦s de ducharse. No hubo ninguna pregunta y menos dudas. La jerarqu¨ªa de Cruyff en el camerino azulgrana fue siempre incuestionable. Es cierto que intim¨® m¨¢s con Rexach, Costas y De la Cruz, pero su ascendente llegaba hasta el ¨²ltimo jugador del plantel. Paco Fortes, por ejemplo, relata que la renovaci¨®n de su contrato se la debe a la presi¨®n ejercida por el Flaco.Cruyff siempre le dio una trascenencia decisiva a la figura del capit¨¢n. Una de sus primeras decisiones al regresar al Bar?a, como entrenador, fue ratificar a Alexanco como representante del plantel profesional. Talin Alexanco fue quien ley¨® sin temblarle la voz el comunicado del Mot¨ªn de Hesperia. La plantilla pidi¨® la dimisi¨®n de N¨²?ez, y N¨²?ez dej¨® de tratar a sus f¨²tbolistas como si fueran sus hijos. Pero Cruyff impuso a N¨²?ez la continuidad de Alexanco, porque hab¨ªa sido elegido por sus compa?eros. Alexanco supo rodearse de un grupo de colaboradores especialmente s¨®lido y entre el que destacaba la figura de Andoni Zulizarreta. Pero Cruyff rompi¨® la solidaridad del vestuario con una serie de medidas unilaterales. La m¨¢s grave fue la de nombrar a Bakero capit¨¢n sin tener en cuenta la opini¨®n de la plantilla. Y ah¨ª se rompi¨® la baraja. Sus, intentos por ganarse la confianza del grupo tuvieron efecto mientras estuvo rodeado de futbolistas con el carisma de Zubizarreta, Laudrup o Koeman, jugadores capaces de decirle a la cara al entrenador que seimpon¨ªan cambios en el equipo (as¨ª sucedi¨® por ejemplo al regreso del viaje de Zaragoza en la temporada 1993-1994 cuando el Barcelona perdi¨® por 6-3). La irrupcion de un jugador individualista como Romario y el car¨¢cter de Stoichkov, portavoz del sector contestatario contra el entrenador, acab¨® por quebrantar la solidaridad del colectivo.
Dinamitado el vestuario tanto por la irrupci¨®n de futbolistas de corte insolidario como por la salida forzada de figuras carism¨¢ticas, el Barcelona aparece hoy como un equipo sin l¨ªder ni en el campo ni en el Vestuario. Bakero no ha conseguido todav¨ªa aunar esfuerzos. Hay, adem¨¢s, el riesgo de una fractura generacional. La irrupci¨®n de la Quinta del Miniestadi, comandada por Iv¨¢n de la Pe?a, ha reunido a los j¨®venes en un bando y a los veteranos en otro, a la espera de que algui¨¦n los junte. Hoy impera el desgobierno en el camerino del Camp Nou.
Chamart¨ªn: un reino sin galones
Desde la desaparici¨®n del triunvirato formado por Camacho, Gallego y Juanito, el vestuario del Madrid es un lugar atomizado, sin l¨ªderes incuestionables y sin otro particular que la relaci¨®n m¨¢s o menos c¨¢lida que se guardan los jugadores. Pero caciques no hay. Es verdad que a Ram¨®n Mendoza le gustaba despachar con los muchachos de 'La Quinta', una terna de jugadores que en realidad nunca ha existido como grupo cohesionado. Butrague?o y Sanchis funcionaban por un lado; Michel y Mart¨ªn V¨¢zquez, por otro. El poder sobre la plantilla les interesaba poco o nada. Nunca han tenido una vocaci¨®n decidida de liderazgo, o al menos de esa manera f¨¦rrea de entender la jefatura que se tiene en el f¨²tbol.Ahora mismo el vestuario es un taifas sin ning¨²n jefe a la vista. La forma m¨¢s com¨²n de funcionamiento es el individualismo y la pareja. Sin apenas lazos cotidianos con los dem¨¢s funcionan por separado Sanchis, Redondo y Laudrup. Las parejas est¨¢n formadas principalmente por Buyo y Chendo, Amavisca y Zamorano, Quique y Ca?izares. Hay un grupo de j¨®venes nucleado en torno a Ra¨²l y Sandro, a la espera de la llegada de ?lvaro Guti, Rivera y Mor¨¢n. Y por ¨²ltimo el grupo que aglutina Michel, integrado fundamentalmente por Luis Enrique, Alkorta y Lasa. La vocaci¨®n de mando no existe como tal, o al menos nadie se anima a echar los galones sobre la mesa.
L¨®pez Rekarte y la familla
El Deportivo tiene un vestuario de aluvi¨®n. Excepto Fran, el ¨²nico futbolista formado en el propio club, todos los dem¨¢s jugadores han llegado en sucesivas oleadas de fichajes durante los ¨²ltimos cuatro a?os. En un colectivo de procedencia tan heterog¨¦nea es inevitable que las afinidades personales propicien el surgimiento de subgrupos. S¨®lo se dejaron traslucir ciertas tensiones en el vestuario a principios de este a?o, cuando Arsenio anunci¨® su retirada despu¨¦s de haber sido cuestionado en p¨²blico por los dos hist¨®ricos del vestuario, Fran y su hermano Jos¨¦ Ram¨®n, ahora en el Compostela.Uno de los hombres con mayor peso dentro del colectivo es L¨®pez Rekarte, el de m¨¢s edad (33 a?os) y experiencia de todos ellos. Pero su liderazgo tampoco abarca a toda la plantilla. Desde el ingreso del equipo en la ¨¦lite, Arsenio. y Lendoiro estuvieron de acuerdo en que prevaleciese el criterio de mayor antig¨¹edad en el club para designar al capit¨¢n. No lleg¨® a haber votaci¨®n y por eso se produjo una embarazosa situaci¨®n cuando se present¨® la plantilla. A trav¨¦s de la megafon¨ªa se anunci¨®: "Y ahora va a pronunciar unas palabras el capit¨¢n del equipo...". Un futbolista que ya se sent¨ªa investido para el cargo, por el apoyo de parte de sus compa?eros, dio un paso al frente. Al momento retrocedi¨® estupefacto al descubrirse la identidad del nuevo portavoz oficial del vestuario: "...Jos¨¦ Ram¨®n".
Hoy, la marcha de Jos¨¦ Ram¨®n al Compostela ha dejado solo al hermano peque?o, de menos car¨¢cter que el mayor. Fran tiene a su favor la autoridad futbol¨ªstica, la devoci¨®n de la grada y las afinidades con otros hombres de carisma en el colectivo, como los tres brasile?os, Bebeto, Mauro Silva y Donato, o el serbio Miroslav Djukic.
Serra Ferrer y un solo mariscal
El t¨¦cnico Lorenzo Serra Ferrer es el ¨²nico jefe del vestuario del Betis. Serra es un amante del orden. Quien desaf¨ªe su manera de entender la organizaci¨®n tiene los d¨ªas contados en el Betis. Pero hay algunos comportamientos en el Betis que inspiran jerarqu¨ªa. Por ejemplo, Stosic. El serbio tiene aspecto de mariscal. Muy serio y propenso a crisparse. El mister ya lo dirigi¨® en el Mallorca y tuvo un antojo por llev¨¢rselo al Betis. El centrocampista, indiscutible en las alineaciones del Betis la pasada temporada, vio con cierto recelo la contrataci¨®n de Jarni. Ello supon¨ªa que el Betis tendr¨ªa cuatro extranjeros. No obstante, por ahora es titular.
Julen, veteranos y navarros
A juzgar por la opini¨®n que tienen del cargo quienes lo han ostentado en el Athletic, el capit¨¢n rojiblanco tiene m¨¢s de vasallo que de jefe, m¨¢s obligaciones externas que internas y m¨¢s compromisos sociales que intermediaciones deportivas. El an¨¢lisis se fundamenta en la tradicional calma que rodea al vestuario de San Mam¨¦s y que se debe a dos motivos: la identificaci¨®n del jugador con el club y el conocimiento entre los jugadores desde las categor¨ªas inferiores. Ciertamente, en la historia reciente del Athletic no se han vivido situaciones especiales en el vestuario, salvo en la traum¨¢tica destituci¨®n de Javier Clemente en 1986.En el Athletic de hoy el vestuario se niega a hablar de grupos estructurados, m¨¢s all¨¢ de afinidades personales. Sin embargo, siempre se apunta a tres grupos definidos: los navarros (Goicoetxea, Larrainzar, Ziganda), los veteranos rojiblancos (Andrin¨²a, Urrutia) y los j¨®venes (Julen -por encima de todos-, Valencia, Vales, Karanka). Hoy Julen es determinante. Este a?o tiene el brazalete e incluso la directiva le utiliza como libro de consulta para casi todo.
Felipistas y llorentistas
En el Tenerife, la veteran¨ªa es un grado. Ramis lo comprob¨® personalmente la temporada pasada, su primer a?o en el equipo: al principio de cada entrenamiento, siempre ten¨ªa que empezar los rondos en el centro. No hay excepci¨®n posible, es el c¨®digo del vestuario. En el vestuario isle?o dos voces sobresalen del resto. La de Felipe, el capit¨¢n, y la de Julio Llorente. Son los jefes de la caseta. Ambos cumplen las dos premisas fundamentales para acceder al cargo: a?os en el club y car¨¢cter. Felipe y Llorente, y sus respectivos seguidores en el plantel, postulan modelos futbol¨ªsticos distintos. Esas discrepancias futbol¨ªsticas llevaron al anterior entrenador, Vicente Cantatore, a quejarse de trabajar con un vestuario dividido.Este reportaje ha sido elaborado con las informaciones de Ram¨®n Besa, Santiago Segurola, Xos¨¦ Hermida, Eduardo Rodrig¨¢lvarez, Santiago Rold¨¢n y Jos¨¦ Migu¨¦lez.
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