El cuartel de Jes¨²s Gil
Donde en otros lugares manda la edad, o el talento, o el tiempo de estancia en el equipo, en el camerino del Atl¨¦tico gobierna el car¨¢cter. Soloz¨¢bal, por ejemplo, se convirti¨® en el l¨ªder espiritual de buena parte de la plantilla desde su llegada al club, con tan s¨®lo 20 a?os. Otros, como Patri, la perla que Jes¨²s Gil convirti¨® en millonario a los 15 a?os, se gan¨® el desprecio de sus compa?eros por un simple detalle: el primer d¨ªa que tuvo que entrenar con el primer equipo acudi¨® vestido con la camiseta de la selecci¨®n espa?ola juvenil, como queriendo ense?ar sus credenciales. Son gestos que no se perdonan.A Soloz¨¢bal le bast¨® el descaro para ganarse a la gente. En su curr¨ªculo figuran pasajes como atreverse a exigir a Rub¨¦n Cano (entonces con peso en el club) que apagara un cigarrillo que se hab¨ªa encendido en el vestuario; o a recordarle a Gil que hab¨ªa m¨¢s jugadores que Schuster para poder cobrar al d¨ªa; o a rogar al presidente que se callara de una vez en una comida de confraternizaci¨®n... Por ese car¨¢cter descarado, que le obligaba a decir siempre la ¨²ltima palabra, Soloz¨¢bal tambi¨¦n se gan¨® algunos enemigos en el grupo (Pizo G¨®mez y Futre no le pod¨ªan ver). El central madrile?o es uno de los l¨ªderes que a¨²n sobreviven en el equipo, de los pocos que ha esquivado por ahora todas las revoluciones de la casa.
En cualquier caso, la jefatura en el vestuario rojiblanco siempre ha estado directamente relacionada a la habilidad o los arrestos para negociar con el due?o del club y sus ac¨®litos. Durante los ¨²ltimos nueve a?os, los que lleva Jes¨²s Gil al mando absoluto de la entidad, el nombre de los futbolistas de mayor respeto entre la plantilla ha coincidido con el de los que se han atrevido a contestar alguna vez al propietario (Land¨¢buru, Juanito, Soloz¨¢bal, Tom¨¢s... ). Tambi¨¦n, con el de los futbolistas hacia los que el presidente sent¨ªa cierta debilidad (Futre, Caminero ... ).
Cada futbolista de peso tiene sus seguidores, aunque el n¨²mero de adeptos var¨ªa cada temporada por culpa del baile anual que sufre la plantilla. Acabar con las mafias del vestuario ha sido una de las principales obsesiones de Gil durante los ¨²ltimos anos. As¨ª, despidi¨® a Sabas y Quevedo para que "no influyeran negativamente" en Kiko; o reproch¨® a Soloz¨¢bal su excesiva capacidad de liderazgo; o recrimin¨® a Tom¨¢s, Manolo y Abel (el clan de los veteranos) determinadas actitudes con algunos entrenadores... Con la mitad del grupo nuevo, la actual direcci¨®n de la caseta est¨¢ por definir.
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