Primer espada de Intxaurrondo
Le atormenta el avance de esa sospecha terrible que le arrastra hacia los GAL
Cuando luce todas sus medallas, cruces, divisas, ¨®rdenes, placas y emblemas, la guerrera del laureado Enrique Rodrl¨ªguez Galindo tiene poco que envidiar a las de los mism¨ªsimos generales sovi¨¦ticos. Componen un muestrario tan completo, tan preciado, que no hay hoy militar espa?ol que pueda oscurecer el brillo profesional del "primer espada en la lucha contra ETA". Algunas de estas condecoraciones llevan asignadas una gratificaci¨®n econ¨®mica vitalicia, as¨ª que no es el dinero lo que puede privarle del sue?o en estos momentos al ex jefe del acuartelamiento donostiarra de Intxaurrondo. Lo que le preocupa al general Rodr¨ªguez Galindo, lo que le atormenta desde hace ya varios a?os, es el coro incesante de imputaciones que arruinan vorazmente su nombre y ensombrecen su gloria, es el avance de esa sospecha terrible que le arrastra ahora hacia los sumarios de los GAL.A las viejas acusaciones de haber dado cobertura a esa docena de guardias civiles, siempre los mismos, que se repiten en las condenas por torturas en Guip¨²zcoa, a la sospecha vertida sobre ¨¦l en la investigaci¨®n sobre narcotr¨¢fico del frustrado Informe Navajas, se ha sumado el testimonio del polic¨ªa que afirma que en 1983 interrog¨®, encapuchado a los activistas de ETA secuestrados y asesinados por los GAL, Lasa y Zabala. Ni toda la presunci¨®n de inocencia esgrimida por el ministro Belloch ha podido levantar la losa de la sospecha hasta el punto de permitir satisfacer el deseo de Rodr¨ªguez Galindo de que se le impusiera el faj¨ªn de general en Intxaurrondo.
Al igual que el cuartel que ha dirigido, durante 12 a?os, el nuevo general de brigada ha sido engullido por las im¨¢genes, monstruosas construidas en estos a?os. "Galindo lleva el lazo azul", grita la gente de HB como suprema descalificaci¨®n del distintivo ciudadano que se opone a la violencia terrorista. Intxaurrondo, "Fort Apache", all¨ª donde no llegan los autobuses escolares, el recinto vallado donde residen 1.500 guardias civiles, muchos de ellos con sus familias, ha sido presentada como la fortaleza siniestra donde anida el monstruo. Durante todos estos a?os, con permiso del verdadero regidor municipal de San Sebasti¨¢n, Rodr¨ªguez Galindo ha ejercido de alcalde de este poblado que ha acomodado en sus f¨¦retros a un total de 89 de sus moradores asesinados por ETA. Inteligente, astuto, campechano, buen conversador, es caracterizado como un jefe duro, pero comprometido, un l¨ªder de oficiales, que trabaja a pie de obra y que no abandona a su gente ni siquiera a aquellos que han tenido que v¨¦rselas con la justicia. Aunque su disposici¨®n a intervenir en los puntos de riesgo -fue el ¨²ltimo funcionario espa?ol en abandonar Guinea- le hab¨ªa hecho acreedor ya con anterioridad de algunas condecoraciones, Rodr¨ªguez Galindo ha hecho carrera con los socialistas, que vieron en ¨¦l a un hombre disciplinado, altamente profesional.
Granadino, hijo de un oficial del cuerpo, el jefe de la 513? Comandancia sintoniz¨® enseguida con los nuevos mandos de Interior, y al frente de su equipo de oficiales, al calor de los ¨¦xitos obtenidos en la lucha contra ETA, se convirti¨® r¨¢pidamente en el elemento imprescindible, suscitando. en ocasiones los celos profesionales y los recelos de algunos de sus propios . mandos. Plenamente volcado en su trabajo, Galindo ha vivido f¨ªsicamente recluido en su cuartel, sin m¨¢s salidas que las de los servicios, obligados a Francia y a Madrid y sin otras distracciones que el cine, el mus y la lectura. En ocasiones, finalizadas las diligencias sobre los detenidos, el ex jefe de Intxaurrondo sentaba en su despacho a los activistas de ETA m¨¢s destacados y les preguntaba, sobre sus motivaciones.
Padre de cinco hijos, tres de ellos varones y uno de ellos tambi¨¦n guardia civil, el nuevo general, se ha manifestado siempre traumatizado por las acusaciones vertidas contra ¨¦l y subrayado su fragilidad y su impotencia para hacerlas frente. Al final de su larga trayectoria, Galindo ha obtenido el faj¨ªn de general y la gloria, pero no ha podido evitar que su honor haya quedado maltrecho, duramente cuestionado, en el tr¨¢nsito por el camino de las luces y las sombras.
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