Galindo proclama que todo lo que hizo contra ETA fue "por la patria"
Enrique Rodr¨ªguez Galindo, 12 a?os al mando de la lucha antiterrorista en el cuartel de la Guardia Civil en Intxaurrondo (San Sebasti¨¢n) consigui¨® ayer el faj¨ªn de general y algo que llevaba buscando con af¨¢n desde que el PNV, EA e Izquierda Unida, principalmente, vincularon su nombre a la guerra sucia contra ETA: el reconocimiento expreso del Gobierno a su gesti¨®n en el cuerpo. El acto, fr¨ªo, protocolario y breve, se celebr¨® a puerta cerrada y en Madrid -¨¦l hab¨ªa sugerido el cuartel donostriarra-, pero ello no impidi¨® que trascendieran los vivas al instituto armado que dieron los asistentes, entre ellos, dos ministros y dos ex ministros. Todo lo que se hizo en Intxaurrondo fue por la patria, lleg¨® a proclamar Galindo.
Faj¨ªn, aplausos, asistencia concurrida -aunque con ausencias- y discursos enardecidos. En el homenaje a Rod¨ªguez Galindo -"un acto de justicia", resalt¨® el ministro Belloch- s¨®lo faltaron los periodistas, a quienes no se les permiti¨® entrar. Los periodistas, la secretaria de Estado Margarita Robles y representantes de la Polic¨ªa. No asisti¨® ninguno; ni de la c¨²pula actual ni de la anterior.El general, que ve¨ªa as¨ª ratificado el nombramiento aprobado en Consejo de Ministros el 4 de agosto, estuvo rodeado de familiares, amigos y compa?eros del Cuerpo, y de una significativa, representaci¨®n del Gobierno, todos ellos mandos y ex mandos directos de Galindo. Dos ministros, el de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch -fue quien le impuso el faj¨ªn-, y el de Defensa, Gustavo Su¨¢rez Pertierra. Los ex ministros de Interior Jos¨¦ Barrionuevo y Jos¨¦ Luis Corcuer¨¢. El ex secretario de Estado para Seguridad Rafael Vera. El director general de la Guardia Civil, Ferran Cardenal, el ex director S¨¢enz de Santamar¨ªa y el ex jefe del Estado Mayor Andr¨¦s Canissello. El ex gobernador civil de Guip¨²zcoa Jos¨¦ Ram¨®n Go?i Tirapu. Y otros ex altos cargos de Interior.
La importancia de esta concurrencia se encarg¨® de subrayarla el propio Juan AIberto Belloch, quien dijo que si ¨¦l y Su¨¢rez Pertierra estaban all¨ª era precisamente para ratificar "el apoyo que el Gobierno ha dado a este ascenso."
El nombramiento, enfatiz¨® el ministro de Justicia e Interior, sali¨® adelante a pesar de las "Presiones externas", primero, para que no se planteara la propuesta y, despu¨¦s para que el Consejo de Ministros no la asumiera. La iniciativa, revel¨® Belloch, la tomaron conjuntamente "los departamentos de Justicia e Interior y Defensa, desoyendo la voces cr¨ªticas con el general. Unas cr¨ªticas que, en opini¨®n del ministro, pretend¨ªan algo m¨¢s serio e importante: cuestionar globalmente la presencia o actuaci¨®n de la Guardia Civil en el Pa¨ªs Vasco".
Mientras Belloch pronunciaba su discurso, puertas afuera la oposici¨®n a Galindo se cebaba con el ministro. Para Rosa Aguilar, portavoz parlamentaria de Izquierda Unida, el ministro, con este acto lo que ha hecho es "echar por tierra su trayectoria democr¨¢tica", y deber¨ªa dimitir. Seg¨²n Aguilar, el faj¨ªn es el precio que paga el Gobierno para "comprar el silencio de Galindo. Pilar Rahola, diputada de Esquerra Republicana de Catalunya, igualmente acalorada, a?ad¨ªa: "L¨®s dem¨®cratas no podemos dejar que se marche con honores de general y sin ser investigado". En su opini¨®n, durante el mandato, de Galindo en Intxaurrondo "ha habido una vulneraci¨®n reiterada del Estado de derecho".
"Un esperpento
El portavoz de Eusko Alkartasuna, Rafael Larreina, sum¨® su voz con la misma crudeza. "?ste es el ¨²ltimo acto de un esperpento que ofende a la inteligencia de los ciudadanos dem¨®cratas y amantes de la paz". "Es un acto de resistencia muy t¨ªpico de la mentalidad de Intxaurrondo", advirti¨® el PNV.Frente a estos exabruptos, la ceremonia transcurr¨ªa sin alteraciones, aunque con la misma frialdad inicial, en la sede de la Direcci¨®n General de la Guardia Civil. Hab¨ªa comenzado a la una en punto, con la lectura del real decreto de ascenso. A continuaci¨®n, cuartillas en mano, Galindo hab¨ªa comenzado a relatar las vicisitudes de su vida militar. Se par¨® especialmente en el cap¨ªtulo del Pa¨ªs Vasco, sin duda pensando en sus cr¨ªticos. "Todas las actuaciones, por heroicas que sean, est¨¢n sometidas a un dur¨ªsimo juicio contradictorio", se lament¨®.
Galindo relat¨® "c¨®mo se siente la soledad con desgarro" y por contra "no se siente el orgullo de la victoria, ni el honor de la derrota digna." Era el pre¨¢mbulo para llegar donde quer¨ªa: la lucha contra ETA. "Fue una lucha contra un enemigo irracional, organizado e ideologizado hasta el paroxismo. Una lucha en la que se llev¨® hastalas ¨²ltimas consecuencias la consigna, ya ancestral, de nuestros acuartelamientos: 'Todo por la Patria'.
En su opini¨®n, el faj¨ªn supone que el Gobierno ha recompensado el trabajo de toda la Comandancia. Por eso, prometi¨®, lo llevar¨¢ a 'Intxaurrondo "para que permanezca a los pies de la imagen de la Virgen del Pilar mientras quede all¨ª un guardia civil". "Bien pod¨¦is estar orgullosos de vuestro trabajo. A nadie le debeis nada, y s¨ª os deben a vosotros algo de tanto valor como la vida propia", concluy¨® dirigi¨¦ndose a los agentes que han estado a su mando.
Belloch fue breve. La Guardia Civil, garantiz¨®, continuar¨¢ en Euskadi, "y cualquier Gobierno democr¨¢tico", advirti¨®, "har¨¢ siempre lo mismo, -entre otras cosas porque la Constituci¨®n as¨ª lo exige". Seg¨²n el ministro, el ascenso de Galindo -a¨²n sin destino decidido- es una "satisfacci¨®n" para el Ejecutivo, y el reconocimiento a "la extraordinaria labor" de la 513 Comandancia por su lucha contra "la lacra del terrorismo". Sus palabras fueron coronadas con vivas a la Guardia Civil y un vino espa?ol. El ministro abandon¨® pronto la sede del instituto.
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