Espa?a saca punta al talento
La selecci¨®n de Clemente demostr¨® m¨¢s calidad que Argentina en el amistoso del Calder¨®n
Un sombrero de Alfonso sobre Simeone en el ¨¢rea explic¨® mejor que nada la supremac¨ªa de Espa?a sobre Argentina en un partido vigoroso y r¨¢pido que finalmente fue ganado a punta de ingenio. La jugada de Alfonso, un prodigio de belleza, precisi¨®n e insolencia, resumi¨® la diferencia final entre los dos equipos. Cuando se hizo necesario apelar a la clase, Espa?a tuvo mejores futbolistas que Argentina, que sali¨® del partido como un equipo sacrificado y fuerte, pero escaso de lustre, sin los c¨®digos de estilo que han dado identidad a su juego.El plan de Clemente fue muy interesante. M¨¢s que plan, hab¨ªa jugadores muy interesantes, la prueba de que el f¨²tbol espa?ol vive en la abundancia. La presencia de Donato, Fran y Manjar¨ªn en el equipo titular daba sentido, invenci¨®n y habilidad en cada puesto. La categor¨ªa de Donato es superior a su prestigio. Es un jugador que agrupa casi todas las cualidades de los buenos centrocampistas: cuidadoso con la pelota, generoso en el despliegue, fuerte para el quite y el valor a?adido del gol, que nunca le ha faltado. La titularidad de Fran permit¨ªa observarle en un partido de altura. Indicustible por su talento, Fran siempre se ha aproximado a la selecci¨®n con timidez, con una actitud temerosa hacia el juego, quiz¨¢ porque nunca se ha sentido querido por Clemente. Manjar¨ªn tambi¨¦n ofrece caracter¨ªsticas notables. Es r¨¢pido, pero maneja el freno, un aspecto que le distingue de esos velocistas disfrazados de extremos que atropellan a la humanidad y a la paciencia.
Los tres jugadores del Deportivo salieron con buena nota del encuentro, que fue favorable a Espa?a en casi todos los asaltos. Sin perder el aire vigoroso que siempre proclama Clemente, el equipo tambi¨¦n a?adi¨® el punto de sutileza y precisi¨®n que es necesario para traspasar la frontera del trabajo honrado al f¨²tbol bien hecho. Por este lado, Argentina fue decepcionante, una selecci¨®n brava, pero sin identidad, hu¨¦rfana de casi todos los rasgos que han definido el f¨²tbol porte?o.
Su ¨²nico argumento fue la presi¨®n, una patra?a moderna que habitualmente esconde la ausencia de criterio con la pelota. L¨ªnea por l¨ªnea, Argentina tuvo un aspecto muy vulgar, especialmente en el medio campo.
Por eso la supremac¨ªa de sus centrocampistas result¨® decisiva en la ventaja que cobr¨® Espa?a. Pero sobre todo fue crucial la mayor capacidad de desequilibrio de sus jugadores. La n¨®mina que tarde o temprano present¨® Clemente fue de primera calidad: Fran, Donato, Guerrero, Caminero y Alfonso, que apunt¨® casi todos los detalles que le hicieron deslumbrante hace dos temporadas. Cualquiera de ellos tiene el instinto y la clase para decidir sobre los partidos. Son futbolistas con un talento intempestivo, muy dif¨ªcil de controlar por sus rivales, que se ven sometidos a los elementos que m¨¢s temen los jugadores: lo inesperado, lo sorprendente. La invenci¨®n, en suma. Lo dem¨¢s -el car¨¢cter y la abnegaci¨®n- est¨¢ asegurada en la tropa de Clemente, integrada por futbolistas que acuden a los partidos con un indomable esp¨ªritu de combate. A veces, ¨¦se fue el duelo: una pugna dura e intensa, demasiado vertiginosa en ocasiones, un encuentro que se zarandeaba de ¨¢rea a ¨¢rea sin una pausa para tomar aire. Por eso result¨® sorprendente que Argentina -tradicionalmente trufada de calidad- s¨®lo se viera beneficiada cuando la noche se hizo carrusel. Cuando lleg¨® la hora del f¨²tbol, o a aquello que se entiende por pureza, el juego se inclin¨® hacia el lado espa?ol, quiz¨¢ para demostrar a todo el mundo que nunca como ahora se ha observado semejante explosi¨®n de talento en nuestro pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.