La pol¨ªtica es una carrera con futuro
Algunos pol¨ªticos est¨¢n dando un vergonzoso ejemplo con sus actos de latrocinio, con su af¨¢n por conseguir el poder a cualquier precio, con esa innoble manera de lanzar acusaciones grav¨ªsimas con absoluta impunidad, y con todos los dichos y desmentidos que salen diariamente en la prensa, que permitir¨ªan incluirles entre la cala?a m¨¢s inmoral del g¨¦nero humano, carente, no ya de un m¨ªnimo de coherencia o actitud ¨¦tica, sino de la m¨¢s elemental decencia. Esa que no se aprende, esa que a la mayor¨ªa nos. llega por v¨ªa gen¨¦tica. Y si es cierto que estos bocazas hambrientos de poder son minor¨ªa dentro de su gremio, tambi¨¦n es cierto que son los ¨²nicos que trascienden, los ¨²nicos que son noticia y colman el morbo matutino dise?ando la imagen de la clase pol¨ªtica. A fin de cuentas, salvo espacios m¨ªnimos en la historia, son los que han mandado siempre, y el prestigio o desprestigio de las instituciones no les afecta lo m¨¢s m¨ªnimo. Siempre acaban haci¨¦ndose con el poder, por las buenas o por las malas.Pues bien, a pesar de este bochornoso espect¨¢culo, la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas registra un lleno hasta la bandera. Los estudiantes se arremolinan ante las ventanillas para recoger sus n¨²meros de matr¨ªcula, y en alguna ocasi¨®n se han producido altercados como en las colas de los toros o de los estadios de f¨²tbol. ?Se equivocan estos j¨®venes? ?Qu¨¦ es lo que les atrae de este oficio?
Yo creo que es una elecci¨®n cabal. Y digo que es cabal, no porque puedan hacerse ricos en poco tiempo aprovechando sus privilegios, ni por eso que llaman la er¨®tica del poder, que es la sensaci¨®n que uno siente cuando contempla las masas desde un balc¨®n y piensa que podr¨ªa hacerles a todos lo que en ese momento le est¨¢ haciendo a su secretaria. La base del ¨¦xito de esta carrera reside en el alt¨ªsimo grado de realizaci¨®n personal que permite el ejercicio del oficio. Ni siquiera los artistas trabajan con tanta libertad, ya que se les exige un m¨ªnimo de coherencia para no perder contacto con el p¨²blico al que parasitan. Sin embargo, el pol¨ªtico puede decir lo que. le d¨¦ la gana cuando le d¨¦ la gana. Vive en un estado intelectual que podr¨ªamos calificar de "coherencia el¨¢stica". Este t¨¦rmino define un espacio amoral. El discurso, las coordenadas que marcan la pauta de conducta; var¨ªan en funci¨®n de la coyuntura. As¨ª, un d¨ªa puede estar a favor de las pruebas nucleares, al d¨ªa siguiente en contra, al otro a favor de la privatiza ci¨®n, al siguiente defender las ventajas de la empresa p¨²blica, y, mientras, todos esos d¨ªas, por la noche, acudir a un programa de radio o televisi¨®n, a polemizar sobre la menstruaci¨®n de la rana.
El estudiante ve muchas ventajas en este ejercicio profesional. No existe (como en las carreras t¨¦cnicas) una base matem¨¢tica incuestionable que reduzca el campo de acci¨®n. El pol¨ªtico vive en esa disociaci¨®n que le permite brindar por el ¨¦xito de un secuestro y al d¨ªa siguiente denunciar ese secuestro con gran indignaci¨®n acusando a sus rivales de delincuentes. Y a¨²n m¨¢s, cuando le entra la prisa por gobernar puede acusar de asesinato a sus rivales pol¨ªticos (con nombres y apellidos) con total impunidad, lujo que no puede permitirse nadie dentro de su profesi¨®n. Se imaginan. ustedes lo felices que vivir¨ªan si pudieran publicar en la portada de un diario lo que piensan de sus jefes, compa?eros pelotas, acosadores, idiotas en general, y que, en vez de ser represaliados por ello, aumentara su prestigio profesional. El para¨ªso se debe de parecer mucho a eso, porque es un ejercicio absolutamente liberador.
Esa es la raz¨®n por la que nuestros j¨®venes en cuentran tan interesante la carrera de Ciencias Pol¨ªticas. A¨²na la retribuci¨®n peri¨®dica necesaria para la subsistencia con la terapia de identidad que permite, no s¨®lo expresar una opini¨®n p¨²blicamente, sino que ¨¦sta trascienda y, como estamos viendo, pueda alterar el curso de la historia por cauces diferentes a los que prev¨¦ la ley. Con total impunidad.
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