Al rojo vivo

Aunque hac¨ªa viento, ¨ªbamos sin fuerzas camino de Calatayud. Se nota que es el final: la gente ya ha ido muy tranquila. Unos, los que vamos a disputar la contrarreloj, porque buen calent¨®n nos espera en Alcal¨¢; los dem¨¢s, porque esto se acaba. Sin embargo, unos cuantos hemos tenido que visitar al m¨¦dico, la mayor¨ªa con el mismo problema que yo: llevaba al rojo vivo ah¨ª donde me siento y la ingle. Iba totalmente escocido. El m¨¦dico me dio vaselina y me sent¨® de maravilla, pero antes tuve que hacer un numerito. Con el tubo de vaselina en la mano me ha tocado pasar a todo el pelot¨®n y decirles que me dejaran adelantarme unos metros para poder aplic¨¢rmela tranquilamente. Los desconfiados me dec¨ªan entre risas que a ver, que les ense?ara la vaselina.Al principio de la etapa, en la que hubo ataques continuos, grupos y m¨¢s grupos, nos hemos despistado -no nos hemos metido en ning¨²n corte- y nos ha tocado trabajar para echarlos abajo. Suena triste pero es as¨ª. Luego ya hemos estado m¨¢s atentos y nos hemos introducido, pero el trabajo del ONCE y el CastelIblanch ha impedido escapadas. As¨ª que sprint masivo y vaya ca¨ªda. Se ve¨ªa venir. En las bajadas, un par de kil¨®metros antes de la meta, ¨ªbamos a noventa y tantos por hora; los que llev¨¢bamos el 53 por 12 no d¨¢bamos abasto y me he fijado que muchos hab¨ªan puesto el 11. A nosotros nos enga?¨® el croquis: los repechos que hab¨ªa al final no eran tan duros.

Ten¨ªan que ir muy r¨¢pido los que entraron en el sprint: Wust intent¨® pasar por donde no cab¨ªa en el mismo momento en que Hincapi¨¦ empezaba a, remontar. Y menos mal que ya ¨ªbamos enfilados, por la velocidad de la bajada, porque si hubi¨¦ramos ido apelotonados pod¨ªa haber pasado algo masivo.