Escepticismo espa?ol con la Biblia 'pol¨ªticamente correcta'
La biblia "pol¨ªticamente correcta" reci¨¦n traducida en Estados Unidos no es la primera alusi¨®n al Dios padre-madre. En su brev¨ªsimo papado, Juan Pablo I revolucion¨® por unos d¨ªas su entorno vaticano acu?ando el concepto de Dios madre. Y no era suyo, dec¨ªa. Era nada menos que del profeta Isa¨ªas.Para la actual jerarqu¨ªa cat¨®lica, el texto sagrado es eso, sagrado. No hay que hacer ideolog¨ªa donde no existe, argumenta una fuente, de la Conferencia Episcopal Espa?ola. "Dif¨ªcilmente se autorizar¨ªa esta versi¨®n", mantiene.
Sus defensores la alaban precisamente por considerar que deslegitima un lenguaje secular androc¨¦ntrico. Pero no se hacen ilusiones sobre su aparici¨®n en Espa?a por el inevitable rifirrafe con la Iglesia cat¨®lica.
La edici¨®n norteamericana ha borrado cualquier huella de lo que puede considerarse ofensivo para cualquier grupo social. As¨ª, se ha quitado que los jud¨ªos mataron a Jesucristo. La oscuridad deja de ser el sin¨®nimo del infierno para no darle un sentido negativo al color negro, y ahora ya no hay en el mundo esclavos, ni ciegos, ni paral¨ªticos, sino "seres sometidos a la esclavitud", "faltos de visi¨®n" o personas de "diferentes habilidades".
Como negocio parece jugoso, a juzgar por las cifras de ventas en EE UU. Ya s¨®lo el anuncio de la primera tirada de 35.000 ejemplares, hace diez d¨ªas, caus¨® tales expectativas que hubo que doblarla en menos de una semana.
La idiosincrasia de un pa¨ªs como EE UU justifica el ¨¦xito de un texto que elimina todo tipo de discriminaci¨®n ling¨¹¨ªstica en raz¨®n de sexo, raza o condiciones f¨ªsicas. Aqu¨ª, o no nos ofendemos tanto por alusiones a ciegos y cojos, o no hay tantos negros como para eludir la palabra "oscuridad", o ya el tarde para quedar bien con la comunidad jud¨ªa, cinco siglos despu¨¦s de haberla despojado de sus propiedades. El caso es que el tema no levanta pasiones. No despierta airadas cr¨ªticas o encendidas alabanzas, con la excepci¨®n de alg¨²n lector realmente molesto con la nueva versi¨®n del padrenuestro, que propone ir¨®nicamente en una carta a este peri¨®dico la denominaci¨®n de "tionuestro" para "aquellos que no tienen claras las figuras paternas".
Para la te¨®loga Isabel G¨®mez Acebo, "se trata de utilizar eufemismos para no ofender al otro, con la ventaja de que en ingl¨¦s es m¨¢s f¨¢cil, porque es un idioma que no tiene sexo. Pienso que la traducci¨®n al espa?ol ser¨ªa muy dif¨ªcil, resultar¨ªa muy pesada de leer. Pero como filosof¨ªa me parece bien".
"Pues no ser¨ªa tan dif¨ªcil la traducci¨®n", opina Rafael Mart¨ªnez Al¨¦s, de Alianza Editorial. "Tendr¨ªa un enorme inter¨¦s".
Pero ni esta ni otras editoriales laicas y religiosas consultadas se manifiestan de momento sobre la posibilidad de hacer una traducci¨®n al castellano, por la oposici¨®n de la Iglesia. Seg¨²n el C¨®digo de Derecho Can¨®nico, de 1983, toda nueva traducci¨®n de los textos sagrados debe ser revisada por la Conferencia Episcopal Espa?ola, que puede no impedir su publicaci¨®n, pero s¨ª desautorizarla.
"No quiero adelantar un juicio, pero creo que dif¨ªcilmente se autorizar¨ªa esta versi¨®n", afirma finalmente una fuente de la Conferencia Episcopal, tras varios intentos. El trasfondo maldito es la ideologizaci¨®n de un texto que para la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica carece de ideolog¨ªa.
De la nueva versi¨®n desaparece el t¨¦rmino "el Se?or" como sin¨®nimo de Dios para evitar una forma excesiva de jerarqu¨ªa. "No tiene sentido", indica, por su parte, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, director del secretariado de la Comisi¨®n para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal. "Dios y Se?or ;son t¨¦rminos equivalentes. Por esa regla tambi¨¦n deber¨ªa desaparecer la palabra Dios, porque algunos la consideran alienante. A veces las ideolog¨ªas dificultan la tarea cient¨ªfica".
La traducci¨®n ha seguido el cauce de los avances ling¨¹¨ªsticos. Santiago Guijarro, director de la Casa de la Biblia, explica c¨®mo las adaptaciones de la Biblia han pasado de la equivalencia formal a buscar el sentido cultural para los lectores a quienes va dirigida. "Y en m¨ª opini¨®n ¨¦sa traducci¨®n rebasa el l¨ªmite del respeto a la cultura de la Biblia. Quienes hacen esta adaptaci¨®n tienen demasiado presente al hombre actual. Ser¨ªa una equivocaci¨®n traducirla al castellano".
En una reciente traducci¨®n autorizada de este organismo ya se sustitu¨ªa la diestra de Dios por la alusi¨®n a un lado u otro. Se trata de no discriminar a los zurdos. En otros textos religiosos actuales es frecuente hablar indistintamente de patria y matria o soreidad en lugar de fraternidad, seg¨²n indica la editorial religiosa Trota.
Si s¨®lo fueran estos matices, la feminista estadounidense Elisabeth Cady Stanton, autora de la primera Biblia de la mujer, probablemente no hubiera escrito en 1895 que "la Biblia ha sido utilizada para mantener a la mujer en la sumisi¨®n". No cre¨ªa a pie de la letra en una obra escrita por hombres "que ni han visto n han hablado con Dios".
El te¨®logo progresista Jose Tamayo alaba la adaptaci¨®n anglosajona: "El cambio de lenguaje comporta un cambio de significados y la carga de poder que ¨¦stos comportan, como el poder patriarcal o la estructura vertical que est¨¢n depositados en la jerarqu¨ªa. Desde el momento en que se hace referencia a la mujer se produce una deslegitimaci¨®n que la jerarqu¨ªa tiene concedida en Dios padre. Soy absolutamente partidario y me brindo gustoso a cualquier editorial que estuviera interesada".
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