Poca, pero buena uva

Un se?or de unos 60 a?os tocado con sombrero verde de fieltro lleg¨® al pabell¨®n de la bodega Castej¨®n, se hizo sitio en el mostrador y dijo: "Oiga, quiero un litro de vino". "?De cu¨¢l, joven, de crianza o afrutado"?, le pregunt¨® la bodeguera. "Uno corriente, como ese", fue la respuesta. "Bueno, ¨¦se es, tinto, pero ligeramente envejecido en roble". El del sombrero cambi¨® de t¨¢ctica: "?Y cu¨¢nto cuesta?". "Pues 300 la botella". "D¨¦melo", concluy¨® el se?or que, aparentemente convencido, sali¨® para su casa sin saber que se llevaba la botella de uno de los caldos con denominaci¨®n de origen de la Comunidad de Madrid.

El hombre aprovech¨® que ayer se celebraba, por octavo a?o, la Fiesta de la Vendimia, el d¨ªa en que por una ma?ana, la c¨¦ntrica y popular plaza Mayor se transforma en bodega.

A la fiesta acudieron m¨¢s de 500 personas que liquidaron, copa a copa, las existencias de vinos que regalaban los bodegueros. Fue un gusto compartido. Tomen nota los aficionados: 1996 ser¨¢ un buen a?o para el vino de la regi¨®n, seg¨²n los bodegueros que ayer se reunieron en la plaza Mayor para mostrar sus caldos. Se ha cosechado poca uva, debido, entre otras calamidades, a las heladas de la primavera, a la sequ¨ªa del verano y a la fenomenal tormenta de pedrisco que cay¨® el d¨ªa de la final de la Copa. Pero la recogida es de gran calidad. "Cuando en la cepa queda poca uva, ¨¦sta lleva m¨¢s az¨²car y menos agua; el vino ser¨¢ un poco m¨¢s caro, porque habr¨¢ menos producci¨®n, pero ¨¦ste ser¨¢ mejor", explica Fernando Benito, uno de los propietarios d¨¦ Bodegas Ricardo Benito, de Navalcarnero.

El p¨²blico asistente a la VIII Fiesta de la Vendimia, adem¨¢s de escuchar la m¨²sica folcl¨®rica que sal¨ªa de los altavoces, ten¨ªa tres posibilidades: hablar con los bodegueros, pagar por las botellas o degustar copa a copa, gratuitamente, los vinos con denominaci¨®n de origen que las seis bodegas participantes regalaban

Para esta tercera posibilidad -la m¨¢s elegida- s¨®lo hab¨ªa que aguardar una cola que terminaba en un mostrador donde, tras el pago de 300 pesetas, se le prove¨ªa a cada uno de una copa. As¨ª, la plaza se llen¨® de copas de cristal con el sello de la Comunidad: por ah¨ª paseaban el comprador de pe ri¨®dico con la copa, el japon¨¦s de la c¨¢mara con la copa, la se?ora de la bolsa del pan con la copa o los americanos de la gu¨ªa tur¨ªstica, el mapa y la copa.

En Madrid hay una cincuentena de vinos con denominaci¨®n de origen, repartidos en tres comarcas: Arganda, Navalcarnero y San Mart¨ªn de Valdeiglesias. El presidente del consejo regulador de estos vinos; F¨¦lix Mart¨ªnez, explic¨® ayer que el problema para ¨¦stos caldos no es tanto la calidad como la comercializaci¨®n.