Kary Mullis, un at¨ªpico e 'irresponsable' Nobel
Si s¨®lo fuera por su comportamiento estrafalario, por su abandono de la investigaci¨®n y por su afici¨®n a montar esc¨¢ndalos en los congresos, Kary Mullis no ver¨ªa mermado su prestigio. Nadie niega que su nombre pasar¨¢ a la historia unido a la PCR, tal vez m¨¢s como inventor que como cient¨ªfico.Lo que no se admite a Mullis es la ligereza que ha manifestado, por ejemplo, al afirmar que el sida no es una enfermedad infecciosa y que no est¨¢ causada por el virus VIH, en contra de las apabullantes evidencias acumuladas por los vir¨®logos de todo el mundo. Lo hizo el a?o pasado en un congreso internacional celebrado en Toledo, y los especialistas no dudaron en calificar sus declaraciones de "grav¨ªsimas carentes de fundamento" e "irresponsables", m¨¢s a¨²n en alguien encumbrado con el Nobel.
No habr¨ªa levantado tanto revuelo en Toledo si se hubiera referido a la PCR, como se le hab¨ªa pedido, y las fotograf¨ªas de mujeres desnudas con que ilustr¨® su charla o las escandalosas juergas con su acompa?ante femenina s¨®lo habr¨ªan provocado alg¨²n discreto comentario: "Se ha pasado un poco".
Mullis, estadounidense, de 50 a?os, definido por quienes le conocen como alguien que va por libre y saltando de un tema a otro, dej¨® los laboratorios de Cetus, donde ide¨® la PCR, y mont¨® una consultor¨ªa de empresas. Proclama desde hace alg¨²n tiempo su intenci¨®n de escribir un libro y se ha propuesto lanzar el sorprendente negocio de vender tarjetas o medallas con muestras del ADN de personajes famosos.
Cuando en 1993 la Academia Sueca le distingui¨® con el Premio Nobel de Qu¨ªmica, Mullis declar¨®: "No cre¨ªa que me lo dar¨ªan tan pronto".
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