De los sones cubanos al paseo de los tristes
Aumenta en el festival la presencia de la m¨²sica americana, lo que me parece una feliz noticia. Ya en la iglesia de San Nicol¨¢s de Bari, la coral Salv¨¦, de Laredo, que dirige con toda competencia Jos¨¦ Luis Ocejo, nos trajo los aires populares de la habanera o la versi¨®n coral de Se equivoc¨® la paloma, de Alberti-Guastavino, junto a la excelente polifon¨ªa de la escuela de Comillas y la reformada por los autores posteriores, desde Garbizu a ?ngel Barja, Nobel S¨¢mano o Alfredo Carri¨®n.El violonchelista mexicano, hijo de espa?oles, Carlos Prieto, asumi¨® una antolog¨ªa de m¨²sicos americanos, empezando por la sonata del madrile?o-mexicano Rodolfo Halffter, de 1960, tan bella como limpiamente escrita; a Manuel Enr¨ªquez, jalisque?o muerto el a?o pasado, dedic¨® Prieto la sonatina que para ¨¦l escribiera, adem¨¢s de una preciosa transcripci¨®n de tres piezas de Silvestre Revueltas, mientras el admirable Ginastera (Buenos Aires, 1916-Ginebra 1983) volvi¨® con sus acentos nacionalistas de la Pampeana n¨²mero 2, de 1950. A modo de divertimiento, anim¨® el programa un espumeante Capricho del estadounidense Lukas Foss. La musicalidad y la t¨¦cnica virtuosista de Caflos Prieto estuvo asistida por el bien hacer de la pianista madrile?a Chiky Mart¨ªn, con lo que el recital celebrado en la sala de la Caja de Ahorros Mediterr¨¢neo se convirti¨®, en un ¨¦xito rotundo.
En fin, dos programas de la orquesta de C¨®rdoba, que dirige el tambi¨¦n compositor y guitarrista Leo Brouwer, y en cuyas filas forman algunos valiosos instrumentistas cubanos. Adem¨¢s de la transida, M¨²sica f¨²nebre dedicada por Lutoslawski a la memoria de Bela. Bartok en 1958, Bro¨²wer program¨® tres contrastadas p¨¢ginas espa?olas: Pasodoble, de Jes¨²s Villarrojo, en el que el m¨²sico de Brihuega transmigra al mundo del concierto y a la expresi¨®n actual el castizo aire; el granadino Jos¨¦ Garc¨ªa Rom¨¢n rindi¨® homenaje a Andr¨¦s Segovia en 1993 con la evocaci¨®n sonora del hermoso Paseo de los tristes, en lo que es y en lo que desde ¨¦l se contempla: todo un mundo est¨¢tico y cambiante que Garc¨ªa Rom¨¢n ha convertido en alta po¨¦tica musical para guitarra y orquesta contando esta vez con los m¨¦ritos de la solista sevillana Esther Guzm¨¢n.
Tres pinturas
La daliniana, presentada en Cadaqu¨¦s el a?o pasado por Crist¨®bal Halffter, parte de tres pinturas del surrealista catal¨¢n para crear desde el propio mundo del compositor una, sucesi¨®n coherente y paralela con la maestr¨ªa que le caracteriza.Con el tr¨ªo Mompou, los cordobeses y Brouwer estrenaron su triple concierto, nacido de sones cubanos para viol¨ªn, chelo y piano, y como toda la obra y las interpretaciones de Brouwer, tocada por la gracia y animada por un fascinante colorido orquestal. La mexicana Marcela Rodr¨ªguez se mostr¨®, en La f¨¢bula de las regiones, tradicionalista y de un expresivismo alquitarado.
Los dos norteamericanos, Charles Yves y Bolcom, sumaron atractivo al conjunto con dos obras espaciales y sustantivamente amables. La orquesta cordobesa y su director se ganaron el aplauso del p¨²blico por las versiones de una serie de obras de estreno o muy inhabituales en el repertorio.
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