Campa?a 'a la americana' de los comunistas portugueses
"El Partido Socialista [PS] siempre fue el seguro de vida de la derecha. Si no quieren arrepentirse ma?ana, voten a la CDU" (Coalici¨®n Democr¨¢tica Unida), la sigla bajo la cual el Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP) se presenta a estas elecciones generales, como ya lo hizo en los anteriores comicios. No se trata de un disfraz, porque el retrato del secretario general del PCP, Carlos Carvalhas, est¨¢ en todos los carteles de la CDU, sonriente, elegante y seguro de s¨ª mismo, en lo que constituye una concesi¨®n al estilo de campa?a a la americana, impensable hace un par de a?os por parte del ¨²nico partido comunista europeo que no reneg¨® de sus or¨ªgenes despu¨¦s de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn.El objetivo es desmentir la propaganda de todos los adversarios pol¨ªticos que acusan al PCP de ser un dinosaurio pol¨ªtico, un vestigio hist¨®rico de una era definitivamente acabada, testigo del atraso cultural en que vive todav¨ªa Portugal. Pero hace 10 a?os que, en cada proceso electoral, los socialistas esperan recoger los votos de esta izquierda anacr¨®nica y, seg¨²n los sondeos, no ser¨¢ todav¨ªa esta vez cuando lo conseguir¨¢n, a pesar de haber incluido en sus listas de candidatos a los m¨¢s populares disidentes del partido de ?lvaro Cunhal. El octogenario l¨ªder, en plena forma f¨ªsica y mental, ha hecho una campa?a pedag¨®gica, discreta pero eficaz, en los reductos de la resistencia comunista, en el Alentejo y el cintur¨®n industrial de Lisboa.
Apareci¨® una ¨²nica vez al lado de Carvalhas en el mitin de la plaza de toros del Campo Peque?o de Lisboa, donde centenares de j¨®venes nacidos despu¨¦s de 1974 revivieron el entusiasmo y el fervor de la revoluci¨®n de los claveles.
El problema, para los comunistas, es que perdieron la exclusividad del discurso sobre la miseria y los maleficios del capitalismo salvaje y del autoritarismo del cavaquismo, retomado por el PS. Y tambi¨¦n que el Partido Popular (PP) es mucho m¨¢s radical en el ataque al Tratado de Maastricht. Para que siga fiel un electorado tentado por el voto ¨²til contra la pol¨ªtica, del Gobierno que piden los socialistas, y por el radicalismo de la protesta de los populares, su ¨²nico argumento consiste en recordar que son "los ¨²nicos que nunca cambiaron de opini¨®n ni de pol¨ªtica".
Y puesto que los socialistas ya se proclaman vencedores, no necesitan del voto de los comunistas, y ¨¦stos, en el Parlamento, ser¨¢n la conciencia cr¨ªtica de la izquierda. No piden ministerios, pero quieren negociar su apoyo a un eventual Gobierno socialista minoritario, empuj¨¢ndolo, hacia la izquierda, y prometen no dejar pasar "pol¨ªticas que contin¨²en el legado del Partido Social Dem¨®crata".
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