La esposa y los hijos se quedan sin pueblo
Los familiares de los presuntos asesinos se refugian en otras casas
Los familiares m¨¢s directos de los presuntos asesinos de Anabel Segura se han refugiado en casas ajenas para escapar de los curiosos, de los periodistas y de la ira de algunos vecinos soliviantados. Mar¨ªa Jes¨²s de Mingo Fern¨¢ndez, la esposa de C¨¢ndido Ortiz A?¨®n, inculpado en el crimen, permanece junto a sus dos hijos oculta desde hace varios d¨ªas en el sencillo chal¨¦ de su padres, en una urbanizaci¨®n a las afueras del municipio toledano de Escalona (1.410 habitantes), con vistas a la sierra de Gredos.Sus padres y otros familiares aseguran que Mar¨ªa Jes¨²s de Mingo est¨¢ ingresada en un hospital de Toledo tras sufrir, como consecuencia de la noticia de la detenci¨®n de su marido, un amago de infarto. Su vivienda de Escalona, a 87 kil¨®metros de Madrid, estaba ayer cerrada, con las persianas bajadas y los columpios del jard¨ªn posterior varados en el vac¨ªo. Ni la Guardia Civil local, ni en el consultorio m¨¦dico de Escalona, ni en ninguno de los hospitales p¨²blicos o concertados de Toledo se pudo confirmar ayer esta circunstancia. M¨¢s bien lo contrario. Distintas fuentes se?alaron que los padres de Mar¨ªa Jes¨²s la esconden en su casa. Al parecer la vivienda-taller familiar -Tubo 3- estuvo a punto de ser incendiada el viernes por unos exaltados y la Guardia Civil intervino para controlar la situaci¨®n. Jes¨²s de Mingo, suegro de C¨¢ndido Ortiz, se limit¨® ayer a responder as¨ª a este peri¨®dico desde el alf¨¦izar de su chal¨¦: "Nosotros no sabemos nada y mi hija no est¨¢. Adem¨¢s, no queremos hablar con la prensa; la mitad de lo que se ha contado es mentira".
Jes¨²s de Mingo tampoco atraviesa un buen momento econ¨®mico. Se jubil¨® anticipadamente de su trabajo corno conserje de un banco por una grave enfermedad de la que fue operado en Estados Unidos -ayer apareci¨® con un parche en un ojo-, y con esa indemnizaci¨®n y lo que le pagaron por unas fincas que ten¨ªa en Guadalajara compr¨® el chal¨¦ que hasta el pasado viernes disfrutaba en la urbanizaci¨®n Miragredos, en la calle de la Sierra de Antequera. Ahora lo sufre, junto a su esposa, nietos y su perro doberman domesticado. En su jard¨ªn tambi¨¦n hay unos columpios est¨¢ticol.
En el pueblo se disputan las opiniones sobre su yerno, Los que le ve¨ªan frecuentar el bar El Punto con j¨®venes que fuman habitualmente porros dec¨ªan ayer que siempre iba con malas compa?¨ªas, aunque admiten que no cumpl¨ªa mal su trabajo de fontanero y reparador de calefacciones. Los m¨¢s imparciales se limitaban a se?alar: "Ahora, a ¨¢rbol ca¨ªdo, es f¨¢cil decir que era muy malo. En realidad se comportaba muy normal, aunque en los ¨²ltimos tiempos estaba algo retra¨ªdo, apocado. Pero, claro, despu¨¦s de lo que ha hecho, nada le puede justificar".
En Pantoja -a 77 kil¨®metros de Escalona por buenas carreteras regionales-, la churrer¨ªa-helader¨ªa de Felisa Garc¨ªa - detenida como encubridora- tambi¨¦n cerr¨® sus puertas. La madre de Felisa, Rosa Campuzano, protege a sus nietos -entre 5 y 17 a?os- en su casa de Vallecas.
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