Los hijos de S¨¢nchez
La memoria hispana -en su acepci¨®n yanqui: latinoamericana, espa?ola- y los EE UU como tierra de promisi¨®n, pero tambi¨¦n de desarraigo y de clonflicto son hasta ahora la materia prima inextricable del cine del chicano Gregory Nava. Con Mi Familia se remonta a la memoria familiar chicana, para contar nada menos que casi 50 a?os en la vida de un campesino mexicano, Juan S¨¢nchez, que atraviesa M¨¦xico, se instala en Los Angeles, funda una familia y la ve crecer con el tel¨®n de fondo de la propia historia americana.Es pues el empe?o de Nava el de recuperaci¨®n de una memoria filmicamente secuestrada, sino manipulada. Y su apuesta es por la normalizaci¨®n de la imagen chicana en las pantallas americanas, lo cual no est¨¢ mal, pero que est¨¢ en la base de la forma gene rica que elige para ¨¦sta, su ¨²ltima pel¨ªcula. Y en las: contradicciones que de esta forma derivan. El filme, que se aferra r¨ªgidamente a las constantes del cine familiar, una comedia con toques dram¨¢ticos se desarrolla casi por entero entre las cuatro paredes de la casa de S¨¢nchez, en la cual vemos de todo: bodas, peleas familiares, escenas de tierna comprensi¨®n, desgarros, traumas, amor y besos; tambi¨¦n claro, la muerte.
Mi familia
My family. Direcci¨®n: Gregory Nava. Gui¨®n: G. Nava y Anna Thomas. Fotograf¨ªa: Edward Lachman. M¨²sica: Mark McKenzie. Producci¨®n: Anna Thomas para Majestic / Nez Line / Zoetrope, EE UU, 1995. Int¨¦rpretes: Jimmy Smits, EW Morales y Elpidia Carrillo. Estreno en Madrid: cines Acte¨®n, Rex, Renoir (Plaza de Espa?a) y otros.
Nava no oculta, antes al contrario, que su toma de Postura est¨¢ rigurosamente a favor de esa familia. Y hay en su apuesta por la narraci¨®n torrencial el deseo de construir una ficci¨®n igual a cualquier. otra que, desde el prisma anglosaj¨®n, cuente historias semejantes. Con lo cual, Parad¨®jicamente, echa mano de similares lugares comunes de los que suelen aparecer asociados a la (mala) imagen de lo mexicano en el cine americano de consumo: peleas entre bandas de "pachucos", machos posesivos,religiosidad y mujeres volc¨¢nicas.
Contradicciones
No escapa Nava de la contradicci¨®n que supone no cuestionar nunca abiertamente a sus personajes. A quien esto firma le hubiese gustado un punto de vista m¨¢s autocr¨ªtico, menos complaciente con su materia narrativa; Nava, por lo que parece, se da por satisfecho con su apuesta pqF una imagen "normalizada" que no sea rechazable por el p¨²blico, blanco que, ocasionalmente, pueda ir al cine a ver las peripecias de esta peculiar familia.
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