"Nos metimos en una mina de oro a detectar neutrinos solares"
Raymond Davis es qu¨ªmico y tiene 80 a?os. En la reuni¨®n de f¨ªsica subterr¨¢nea TAUP 95, celebrada en Toledo, dos centenares de cient¨ªficos de todo el mundo le han rendido un homenaje. Y es que Davis hizo, hace 30 a?os, un experimento pionero, hoy citado en cualquier libro, que se ocupa del Sol y de la f¨ªsica de las estrellas. "Nos metimos en la mina de oro de Homestake, en Dakota del Sur, para intentar detectar neutrinos solares", dice este cient¨ªfico estadounidense. En aquella mina, "abierta 10 a?os despu¨¦s de que el general Custer y su ej¨¦rcito fueran eliminados por los indios y a¨²n en explotaci¨®n", explica obtuvo unos resultados que desde entonces incomodan a los astrofisicos.El Sol brilla por las reacciones de fusi¨®n nuclear del hidr¨®geno en su interior, y en esas reacciones se generan neutrinos, unas part¨ªculas elementales que llegan a la Tierra (cientos de miles por segundo y cent¨ªmetro cuadrado) en ocho minutos. Como los neutrinos apenas interact¨²an con la materia, no hay quien los detenga. Davis mont¨® una trampa radioqu¨ªmica en aquella mina y logr¨® detectarlos, pero en una cantidad inferior a la calculada por los f¨ªsicos. Y ten¨ªa que hacerlo bajo tierra para que la roca protegiese su detector de otras radiaciones c¨®smicas que contaminar¨ªan el sutil recuento.
Davis se detiene en los detalles t¨¦cnicos de aquella aventura y recuerda: "El detector era un dep¨®sito con 400.000 litros de percloroetileno, un producto utilizado para la limpieza en seco". La clave es que cuando un neutrin¨® choca (muy rara vez) con un ¨¢tomo de cloro, lo convierte en argon radiactivo detectable.
Pregunta. ?C¨®mo era el detector de Homestake?
Respuesta. En la mina de oro tuvimos que hacer una cavidad de 15 metros de longitud, 10 de ancho y 10 de alto para la sala experimental. Fue en 1964-65 y elegimos Hornestake porque ten¨ªa que ser un sitio profundo y con roca resistente.
P. ?Cu¨¢ntos neutrinos cazaron?
R. Durante los tres primeros a?os, ni uno. Entonces los ingenieros electr¨®nicos mejoraron el sistema de detecci¨®n de la se?al y por fin logramos el primer neutrino, en 1970. Cuanto todo empez¨® a funcionar capt¨¢bamos unos cinco por ciclo que duraban unos dos meses.
P. ?Eran esos los resultados que no cuadraban con los c¨¢lculos te¨®ricos? ?Aceptaron los f¨ªsicos que un qu¨ªmico les dijera lo que pasa en el Sol?
R. Yo no pretend¨ª explicar como funciona el Sol; es trabajo de los astrof¨ªsicos y ellos saben mucho de eso, de las estrellas, de su interior y de su evoluci¨®n. En cuanto a nuestros resultados, al principio no nos creyeron del todo. Los f¨ªsicos hacen las cosas a su manera y aqu¨ª estaba un qu¨ªmico haciendo experimentos relacionados con la f¨ªsica del Sol que ellos cre¨ªan haber comprendido. Pero nuestros datos les dec¨ªan que sus c¨¢lculos estaban mal. Recuerdo que todos estaban muy fastidiados. Pero yo hice mi trabajo y era asunto suyo aceptar los datos o rechazarlos Claro que en ciencia no se aceptan los primeros resultados sin una confirmaci¨®n. Al final los aceptaron.
P. ?C¨®mo se le ocurri¨® hacer el experimento de H¨®rnestak¨¦?
R. Yo estaba en el Laboratorio Nacional de Brokhaven y hab¨ªa trabajado en los reactores nucleares de Savanah River, intentando medir los neutrinos generados en esas reacciones. Pero la idea que estaba detr¨¢s del experimento de Homestake era del italiano Bruno Pontecorvo; en una charla sugiri¨® la posibilidad y pens¨¦: ?por qu¨¦ no intentarlo? El experimento sigue funcionando y es b¨¢sicamente: igual.
P. ?Ha cambiado mucho la forma de trabajar en ciencia?
R. S¨ª, antes eran grupos peque?os -nosotros ¨¦ramos dos investigadores y un ingeniero-, mientras que ahora participan cientos de personas en estos experimentos de f¨ªsica y cada una se ocupa de una peque?a cosa. Yo creo que as¨ª no es tan divertido investigar... ?Es tan emocionante cuando lo conectas todo y empieza a funcionar!
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