Una bomba estalla en Par¨ªs poco despu¨¦s del entierro del presupto terrorista Kielkal

La muerte de Jaled KeIkal, enemigo p¨²blico n¨²mero 1 hasta que fue abatido a tiros el viernes pasado, fue conmemorada ayer de dos maneras muy distintas. En un peque?o cementerio cercano a Ly¨®n, la familia Kelkal enterr¨® en silencio al joven de origen argelino. En Par¨ªs, horas m¨¢s tarde, estall¨® una bomba, la s¨¦ptima colocada en Francia desde julio. El atentado, que caus¨® heridas a 13 personas, estaba cargado de simbolismo: se produjo junto a la estaci¨®n de metro de Maison Blanche, precisamente el nombre del suburbio lyon¨¦s donde fue acribillado KeIkal por la polic¨ªa.
Fue un nuevo cap¨ªtulo de la otra guerra de Argelia que se libra en territorio franc¨¦s. La bomba estall¨® a las cuatro de la tarde. Consist¨ªa en una bombona de gas cargada de metralla oculta en una papelera. Un cartero descubri¨® un paquete sospechoso y avis¨® a la polic¨ªa, que dispuso de menos de un minuto para despejar la zona. Seg¨²n fuentes policiales, la alarma permiti¨® evitar una matanza. En opini¨®n del ministro de Justicia, Jacques Toubon, no cab¨ªa duda alguna sobre los autores del atentado: la bombona con metralla hab¨ªa sido utilizada por los extremistas vinculados con el Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA) argelino desde que en julio, con una salvaje explosi¨®n en la estaci¨®n de metro de Saint-Michel, comenz¨® la campa?a de terror.Una vez llegados al lugar, el 121 de la Avenida de Italia, los gendarmes dispusieron de unos 40 segundos para despejar los alrededores de la papelera sospechosa. La explosi¨®n hiri¨® a 12 personas, entre ellas dos polic¨ªas. Ninguno de los heridos parec¨ªa anoche en peligro de muerte. El lugar donde se coloc¨® la bomba no s¨®lo era simb¨®lico por el nombre de la esta ci¨®n de metro contigua, Maison Blanche, sino por la proximidad del domicilio del rector de la mezquita de Par¨ªs. El rector, jeque Haddam, ha sido muy criticado por la poblaci¨®n franco-argelina por su silencio tras la muerte de Kelkal.
Quejas del mufti
"El rector de Par¨ªs ya no me recibe. El rector de Par¨ªs no ha dicho nada de Kelkal, un hermano musulm¨¢n y un hombre, fuera o no criminal. El rector de Par¨ªs participa en el bloqueo al que nos somete el poder", dec¨ªa ayer, indignado, el mufti Kaniel Mansour, delegado de la mezquita de Par¨ªs en la regi¨®n lyonesa, a pocos metros de la tumba de Jaled Kelkal. "Exigimos di¨¢logo con las autoridades, di¨¢logo sobre el terreno y acerca de nuestros problemas", sigui¨® Mansour. "Hasta ahora, la administraci¨®n ha respondido a nuestras quejas de marginaci¨®n instalando mesas de pin-pon y futbolines, y estamos hartos de eso". Mientras hablaba el mufti, un hombre de 40 a?os ataviado con ropaje religioso, un grupo de j¨®venes franco-argelinos asent¨ªa a su alrededor.Mansour insinu¨® que ¨¦l sab¨ªa, o pod¨ªa haber averiguado f¨¢cilmente, el escondite de monta?a donde se ocultaba Jaled Kelkal durante las semanas de agosto y septiembre en que fue el hombre m¨¢s buscado de Francia. "Pod¨ªa haber negociado con ¨¦l, pod¨ªa haberle convencido de que se entregara.
Pero la polic¨ªa no quiso saber nada de m¨ª, ni de ning¨²n miembro de la comunidad. Kelkal pod¨ªa haber sido capturado vivo, pero quiz¨¢s prefirieron que muriera", dijo.
Kelkal era buscado por su implicaci¨®n en un atentado frustrado contra un tren de alta velocidad. La bombona de gas portaba las huellas digitales del joven, conocido por la polic¨ªa a causa de asuntos de gamberrismo y diversos delitos menores. La r¨¢pida transformaci¨®n de un peque?o delincuente en terrorista asombr¨® a la polic¨ªa y a la opini¨®n p¨²blica francesa. Fue una primera se?al del desconocimiento general sobre la situaci¨®n en los barrios norteafricanos, donde la marginaci¨®n es caldo de cultivo de fanatismos religiosos.
El presunto terrorista recibi¨® 11 balazos, dos de ellos con bala de perdigones para cazar jabal¨ªes, durante su ¨²ltimo enfrentamiento con la polic¨ªa, el viernes 29 de septiembre. Dos d¨ªas antes hab¨ªa escapado a tiros de un control policial. La muerte de Kelkal fue ofrecida casi en directo por la televisi¨®n, con im¨¢genes que hirieron a gran parte de la comunidad musulmana: uno de los paracaidistas de la gendarmer¨ªa volte¨® su cad¨¢ver de una patada.
Luego se supo que una c¨¢mara hab¨ªa captado un inquietante grito de un gendarme: "Finis-le" ("?Rem¨¢talo!"). La cadena de televisi¨®n M6, en posesi¨®n del fragmento, opt¨® por no emitirlo. Para muchos, en los barrios franco-argelinos, fue la confirmaci¨®n de que Kelkal hab¨ªa sido ejecutado a sangre fr¨ªa. Las posteriores declaraciones de Jean-Louis Debr¨¦, ministro del Interior, atribuyendo a Kelkal una participaci¨®n "directa o indirecta" en diversos atentados sin aportar prueba alguna de ello, colmaron el malestar en los centenares de peque?as Argelias diseminadas por Francia.
"Jaled Kelkal es un h¨¦roe. Espero que vaya directamente al para¨ªso y que otros, hombres o mujeres, tomen su relevo". Nadia, de 24 a?os, antigua compa?era de colegio de Kelkal, reflejaba con sus palabras la inmensa grieta abierta entre la Francia blanca y la Francia norteafricana. La joven caminaba por el cementerio lyon¨¦s de Rilleux-le-Pape con su amiga Ghania tras asistir al entierro de Kelkal. La inhumaci¨®n de Kelkal fue breve, dolorosa y sin incidentes.
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