Yo, Aznar
(D¨ªa 5 de octubre de 1995, comparecencia del Gobierno ante el Pleno de la C¨¢mara para informar sobre la operaci¨®n chantaje de Mario Conde con materiales sustra¨ªdos del Cesid. Ha hablado Juan Alberto Belloch. El presidente del Gobierno ocupa su esca?o, pero se ha negado a comparecer).El se?or presidente del Congreso:
Gracias, se?or Ministro de Justicia de Interior. ?Grupos que desean intervenir para fijar su posici¨®n? Por el Grupo Popular, tiene la palabra el se?or Aznar.
El se?or Aznar: Gracias, se?or presidente. En nombre del Grupo Popular tengo que manifestar mi profunda repulsa a la negativa del presidente, del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez [le mira fijamente y se?ala a su esca?o con el dedo ¨ªndice], a comparecer ante el Pleno de esta C¨¢mara en este momento, habida cuenta de que en la Junta de Portavoces la mayor¨ªa de los votos de esta C¨¢mara, respaldados por todos los grupos parlamentarios menos por el del se?or Gonz¨¢lez, le exigi¨® su comparecencia.
Ser¨ªa muy f¨¢cil renunciara fijar posici¨®n sobre la operaci¨®n chantaje de Mario Conde que el ministro de. Justicia e Interior -ha ilustrado ante el Pleno. En este caso es personalmente el se?or Gonz¨¢lez quien protagoniz¨® unas conversaciones y al que le afectan directamente unos hechos que son la base de esas posibles presiones denunciadas aqu¨ª. En este caso es personalmente el se?or Gonz¨¢lez [gira hacia el esca?o en el cual se encuentra r¨ªgido Felipe Gonz¨¢lez] quien conoce la totalidad de los hechos a los que un ministro, por fuerza, s¨®lo ha tenido acceso parcialmente. S¨®lo el se?or Gonz¨¢lez puede dar aqu¨ª las explicaciones.
Dec¨ªa que hubiese sido m¨¢s f¨¢cil indicar con un gesto a todos los grupos parlamentarios para que al un¨ªsono abandonasen el hemiciclo en se?al de boicot. Pero el Grupo Popular no pod¨ªa aprobar una t¨¢ctica semejante, sobre todo cuando se aproximan responsabilidades gubernamentales a plazo fijo y cuando, adem¨¢s, est¨¢ en juego el funcionamiento normal de las instituciones y del Gobierno. Por eso, hoy somos nosotros quienes desde esta tribuna daremos un mensaje n¨ªtido a. los que intentan chantajear para fines particulares al Gobierno y al Estado, a los que buscan extraer de la debilidad extrema de su Gobierno, se?or Gonz¨¢lez, beneficios de ¨²ltima hora. Vea usted, se?or Gonz¨¢lez, lo parad¨®jico de la situaci¨®n creada. Lo que usted deber¨ªa decir desde aqu¨ª a los representantes de la voluntad popular y a todo el pa¨ªs lo diremos nosotros a nuestra manera. No se atreve usted a dar los tres pasos que separan, su esca?o azul de esta tribuna.
Ha dicho el ministro que ser¨ªa conveniente estar a favor del Gobierno, aunque sea contra Rold¨¢n, contra Perote o contra Conde, por una vez en la vida. Nosotros no hemos contribuido a dar vida propia a estos personajes. Aun sin tener responsabilidad alguna en ello, no nos temblar¨¢ la voz para decir que estamos contra ellos y contra los actos que han cometido. Durante los trabajos de la comisi¨®n parlamentaria de seguimiento de la intervenci¨®n de Banesto, el Grupo, Popular mantuvo una posici¨®n firme e inequ¨ªvoca tendente a esclarecer las circunstancias de esa crisis bancaria. Los representantes de nuestro grupo recibieron incluso la cr¨ªtica del se?or Conde porque se supon¨ªa, dec¨ªa ¨¦l, que un grupo como el nuestro en cualquier pa¨ªs de Europa le hubiera defendido en lugar de atacarle. Nuestro grupo contribuy¨® sin ambages a desvelar la gesti¨®n aventurera y posiblemente fraudulenta en un momento en que a¨²n no hab¨ªan intervenido los tribunales de justicia de nuestro pa¨ªs. No se trata, pues, de hacer profesi¨®n de fe contra el se?or Conde, cuyas conspiraciones, por otra parte, las he sentido yo mismo en el interior del PP.
No, se?or Gonz¨¢lez. Nosotros no somos sospechosos de mantener una posici¨®n ambigua frente al se?or Conde y sus devaneos. Lo que pasa es que usted no quiere, por las razones que alguna vez deber¨¢ explicar, dar la cara cuando han sido, precisamente usted y su d¨¦bil Gobierno, y a trav¨¦s de ustedes, el Estado, los destinatarios del chantaje.
Hemos meditado mucho la posici¨®n ante este Pleno. La cerrada negativa de usted, se?or Gonz¨¢lez, a comparecer y un deseo genuino de boicotearle por parte de todos los grupos hubieran acentuado la orfandad pol¨ªtica en nuestro pa¨ªs. Entre su negativa y nuestra desaparici¨®n hubi¨¦ramos contribuido a generar un vac¨ªo pol¨ªtico que, en definitiva, beneficiar¨ªa a un atajo de chantajistas. Por eso hemos mantenidola cabeza fr¨ªa. Los hechos que ha narrado el se?or ministro no son, por lo que ha dejado entrever, todos de los que el Gobierno dispone. Se impone elevar inmediatamente un escrito al fiscal general del Estado con todos los hechos ocurridos desde el comienzo de la operaci¨®n chantaje, el pasado mes de febrero. A. usted, como presidente de un Gobierno en crisis, le decimos: ha sido precisamente su debilidad lo que ha envalentonado a un grupo de chantajistas; a los que le intentan extorsionarle, les aclaramos: aun cuando se les ha recibido en La Moncloa y en otros despachos ministeriales, aun cuando el mero hecho de recibirles pudiera haber autogenenerado grandes expectativas en el cambio del juez Manuel Garc¨ªa Castell¨®n al frente de la instrucci¨®n del caso Banesto o en el pago de 14.000 millones de pesetas en concepto de presunta indemnizaci¨®n, nada de esto pod¨ªa ni podr¨¢ materializarse. El veredicto pol¨ªtico sobre Banesto fue pronunciado en el Congreso al aprobarse por unanimidad el dictamen de la comisi¨®n parlamentaria de seguimiento. El veredicto judicial tendr¨¢ lugar cuando acusadores y acusados terminen los trabajos a los que tienen derecho. A los espa?oles todos les aseguramos: ning¨²n chantaje, sutil o brutal, ser¨¢ admitido aun cuando tengamos que defender puntualmente a un Gobierno que ha sido objeto del mismo. Se?or Gonz¨¢lez: su rechazo a comparecer indica que los efectos del chantaje todav¨ªa se hacen sentir sobre usted. Muchas gracias.
(Charles Cunningham Boycott fue un capit¨¢n del Ej¨¦rcito brit¨¢nico que se retir¨® como administrador de fincas en Irlanda durante un periodo de gran agitaci¨®n por la cuesti¨®n de la tierra en dicho pa¨ªs. En 1880, el presidente de la Liga de la Tierra, Charles Stewart Parnell, lanz¨® la, consigna de romper, sin violencia, todo tipo de comunicaci¨®n con aquellos que rechazaban su programa de reducir el precio de los arrendamientos rurales a fin de paliar los efectos de las malas cosechas. El primer destinatario fue Boycott, quien debi¨® abandonar Irlanda ese mismo a?o. Desde entonces Boycott es el ep¨®nimo que s¨ªrve para definir el verbo y sustantivo com¨²n boicot. No era esto lo que se necesitaba el jueves 5 de octubre).
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