Lucha contra la muerte
El pasado domingo 10 de septiembre lleg¨® a la urgencia del hospital universitario Pr¨ªncipe de Asturias, en Alcal¨¢ de Henares, el paciente Jos¨¦ V. G., de 28 a?os de edad. Ten¨ªa una herida de arma blanca en el cuello por la que sangraba de forma alarmante.En el cuarto de parada se le intub¨®, se le cogieron v¨ªas, y de forma inmediata se le traslad¨® al quir¨®fano mientras, a mano, alguien intentaba tapar la herida del cuello.
Los anestesistas esperaban en el quir¨®fano junto con tres enfermeras y dos auxiliares, por lo que la operaci¨®n comenz¨® en un instante.Cuando la otorrinolaring¨®loga y el residente de guardia hicieron la incisi¨®n de piel y abrieron campo, brot¨® un chorro de sangre por encima de sus cabezas. El hemat¨®logo facilit¨® dos litros de sangre. En una angustiosa operaci¨®n se comprob¨® que la yugular interna hab¨ªa sido atravesada por la cuchillada y la car¨®tida primitiva ten¨ªa un corte longitudinal de dos cent¨ªmetros en su parte anterior. Se lig¨® la yugular y se pinz¨® en paralelo la abertura de la car¨®tida. Ya todo m¨¢s sosegado, los cirujanos de guardia cosieron la arteria. El enfermo pas¨® a la UVI, al d¨ªa siguiente a una habitaci¨®n y a las 48 horas andaba por el pasillo. Como dato a?adido le dir¨¦ que el personal que atendi¨® al paciente sab¨ªa que era seropositivo, pues sus padres lo dijeron a la llegada. De todos estos acontecimientos fui testigo directo porque ese d¨ªa estaba de jefe de guardia.Si escribo esta carta es para rese?ar la calidad profesional y humana del personal que trabaja en el hospital de Alcal¨¢ de Henares, muy por encima de lo que, pudiese deducirse de las noticias de las que los medios de comunicaci¨®n se han hecho eco en los ¨²ltimos d¨ªas.Desde hace varios a?os, un grupo de profesionales nos esforzamos por sacar adelante un proyecto de hospital, muy imbricado con la poblaci¨®n, que conjugue la calidad con la docencia universitaria.
Puede que las buenas noticias como la que he relatado no importen, pero la sociedad deber¨ªa darse cuenta de la presi¨®n que ejerce sobre los m¨¦dicos de hospitales: por un lado demanda y consigue cada vez mayores indemnizaciones por casos cuyas sentencias hasta pueden excluir cualquier responsabilidad penal m¨¦dica, como en los dos de nuestro hospital, y por otro lado considera que estamos suficientemente compensados, cuando nuestro sentimiento, en relaci¨®n con la sociedad y la Administraci¨®n, es de que no.- Ignacio Cobea Marco. Jefe de otorrinolaringolog¨ªa del hospital universitario Pr¨ªncipe de Asturias.
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