Marsella y Par¨ªs reciben a los grandes del flamenco

Una vez pasado el sarampi¨®n que llev¨® a las parisienses branch¨¦s (estar a la ¨²ltima moda) a comprarse un traje de faralaes e ir a cursos de sevillanas, el flamenco recupera su dimensi¨®n cultural y abandona el apartado moda. En Marsella y en Par¨ªs dos espect¨¢culos flamencos de gran calidad se presentan en condiciones bien distintas. En la ciudad portuaria del sur, dentro de un festival que precisamente lleva por nombre La Fiesta des Suds, las estrellas son el cantaor El Pele y la bailarina Eva la Yerbabuena. Ellos han tenido la responsabilidad de llenar los 13.000 metros cuadrados de un antiguo almac¨¦n decorado, seg¨²n la prensa, como "un refugio de piratas o la cueva de Al¨ª Bab¨¢". En este caso, El Pele y Eva la Yerbabuena se encuentran con un p¨²blico popular, que se identifica con sus gestos y sus tonadas.El espect¨¢culo parisiense ten¨ªa otra naturaleza. De entrada, porque las actuaciones han tenido como marco La Cit¨¦ de la Musique, es decir, un centro en el que se dan la mano Vivaldi y los percusionistas birmanos, Schoenberg y el flamenco. Entre el respeto, la devoci¨®n y la entomolog¨ªa, el p¨²blico de Par¨ªs ha acogido a cantantes como Paco el Lobo, Fosforito, Pepe Linares, Jos¨¦ de la Negreta, Carmen Linares, Hijo Bonela, Montse y Gabriel Cort¨¦s, El Boquer¨®n o Enrique Morente; a guitarristas como Tomatito, Mora¨ªto Chico o Pepe Habichuela, y a bailaoras como Angelita Vargas y La Tani, una lista de nombres no exhaustiva y que incluye a los laureados del Concours de Flamenco de N?mes, una instituci¨®n creada en 1991.