Casticismo contra globalizaci¨®n
Vienen a cuento estas l¨ªneas por el desorbitado asunto de las gallinejas, del que este peri¨®dico tambi¨¦n se ha hecho eco. Con la que est¨¢ cayendo (explosiones nucleares francesas, matanza de comunidades, infarto ecol¨®gico, creciente desigualdad y pobreza), este tema no pasa de ser una nimiedad, vaya esto por delante.La pregunta (no la propuesta, enti¨¦ndase) dirigida al Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid se centraba en recabar informaci¨®n de ¨¦ste sobre sus posibles actuaciones en cuanto a conjugar la preservaci¨®n de cierto patrimonio gastron¨®mico-cultural madrile?o (denominaci¨®n de origen, etiqueta de calidad u otra) y la defensa de los consumidores de estos productos -por supuesto, de los que lo sean- a trav¨¦s de su normalizaci¨®n, control higi¨¦nico-sanitario, etc¨¦tera. Pero tambi¨¦n llevaba impl¨ªcita una carga castiza.
Madrid ha sido, desde siempre, una ciudad de aluvi¨®n, hospitalaria, sin forasteros. Donde la diversidad y la multitud de sus habitantes (v¨¦ase el Rastro un domingo por la ma?ana) es una de sus notas m¨¢s caracter¨ªsticas. Madrid tiene mucho de cultura oral, de crisol de civilizaciones, de ¨¢gora de los pueblos del sur, de mestizaje, de mezcolanza, quiz¨¢ de ah¨ª lo de los Madriles. Poco queda del casticismo del Foro, de aquel Madrid del "no pasar¨¢n", del Madrid de los ateneos y las casas del pueblo.
El poder es siempre serio, y la seriedad (tom¨¢rselo todo con "rigurosidad") es la privaci¨®n del pensamiento cr¨ªtico. El capitalismo en crisis no tolera el humor, las bromas; s¨®lo acepta las pesadillas.
Quiz¨¢ tambi¨¦n -desde lo local y con desenfado- sea otra forma m¨¢s de denunciar y combatir la disciplina neoliberal, la utop¨ªa reaccionaria de la globalizaci¨®n. Esa que hace que Madrid sea cada d¨ªa m¨¢s dependiente (menos aut¨®noma), que genere cantidades crecientes de residuos y emisiones contaminantes. Esa que nos empuja al abismo y a cuyo dictado se precariza el trabajo y la vida, se recortan los salarios y las prestaciones sociales, crecen la desigualdad y la exclusi¨®n social. Algunos seguimos prefiriendo un buen bocata de gallinejas y una birra fresquita en cualquier tasca que uno de esos burgers con ketchup & coca. Qu¨¦ le vamos a hacer.-
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