La sequ¨ªa pone en peligro la estabilidad de numerosos edificios en Murcia
El descenso del nivel fre¨¢tico causa grietas y reasentamientos en decenas de inmuebles
Si la sequ¨ªa no hab¨ªa causado ya suficientes estragos en los maltrechos regad¨ªos murcianos, la ausencia de lluvias provoca ahora un problema nuevo e inesperado: el descenso en el nivel fre¨¢tico del subsuelo afecta a los cimientos de, los edificios. La alarma surgi¨® ante el incremento de grietas en inmuebles de zonas muy dispares. Hasta el mism¨ªsimo Ayuntamiento, construido hace un siglo, luce una peque?a grieta en su fachada. Problemas similares han empezado a surgir tambi¨¦n en la vecina Orihuela. Fuera de Espa?a, ciudades como M¨¦xico y Bangkok saben del asunto.
En Murcia, el agua brotaba, l¨ªteralmente, bajo las piedras. De ah¨ª la famosa productividad de su huerta. Un estudio encargado por el Ayuntamiento, en 1975, fijaba el nivel fre¨¢tico a 0,8 metros de profundidad. Y con arreglo a esos datos se constru¨ªa. Los s¨®tanos y aparcamientos, por ejemplo, deb¨ªan de contar con una bomba de achique que trabajaba casi de continuo para evitar que se inundaran. Pero nadie cont¨® con la sequ¨ªa. A principios de los ochenta, reci¨¦n estrenada la autonom¨ªa, otro estudio, esta vez firmado por el Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a, reflejaba que el nivel ya se encontraba entre dos y cuatro metros por debajo del suelo. Informes de una empresa de geotecnia a los que ha tenido acceso este peri¨®dico reflejan c¨®mo en solares adyacentes al barrio del Infante Don Juan Manuel, uno de los m¨¢s afectados junto al del Carmen por el problema, el agua se situaba a 4,80 metros de profundidad en junio de 1991 y a 10,5 metros en octubre de este a?o. Por supuesto, las bombas de achique est¨¢n en el m¨¢s forzoso de los paros.El asunto agita a la opini¨®n p¨²blica murciana. En la gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento se insiste en que no hay estudios fiables y que la relaci¨®n causa / efecto no est¨¢ a¨²n probada. Para el director del departamento, Pedro Morillas, ser¨ªa dif¨ªcil de todas maneras, poner medidas "?Qu¨¦ medidas? ?prohibir regar con agua de pozo? Oiga, aqu¨ª vivimos de la agricultura..." El colegio de Arquitectos de Murcia, que encarg¨® un estudio a una empresa especializada, dice no estar a¨²n en disposici¨®n de dar un veredicto.
Patolog¨ªa com¨²n
Sin embargo, para Jacinto S¨¢nchez, ge¨®logo, especialista en estudios geot¨¦cnicos y uno de los primeros en alertar sobre el problema, no hay duda sobre el origen de las grietas: "El terreno sobre el que se asienta la ciudad es muy arcilloso y al secarse se comprime sobre el pilote del cimiento, colg¨¢ndose de ¨¦l y aumentando la carga sobre el edificio; esa es la causa de los reasentamientos y las grietas. Es una patolog¨ªa muy com¨²n". Respuesta similar a la proporcionada por Jes¨²s Alca?iz, director de otra empresa de estudios geot¨¦cnicos.La patolog¨ªa de la que habla S¨¢nchez es, en efecto, muy conocida y puede estudiarse en cualquier libro de texto sobre geolog¨ªa. La confirman, adem¨¢s, desde el Laboratorio de Geotecnia del Cedex, que el Ministerio de Obras P¨²blicas tiene en Madrid: la enfermedad se llama rotaci¨®n negativa y viene: provocada por la desecaci¨®n de terrenos arcillosos.
"No conviene ser alarmistas", afirma Jes¨²s Alca?iz, la situaci¨®n no es grave, aunque si preocupante. En el subsuelo murciano hay una capa de tierra firme a 20/25 metros. Los edificios cuyos cimientos llegan a esa profundidad no se ven afectados por el efecto del nivel fre¨¢tico, como tampoco los que utilizan el sistema de losas superficiales. S¨ª la sufren aquellos construidos con pilares flotantes enterrados a 15 o 18 metros; en estos casos, el terreno al secarse produce una distorsi¨®n angular y un asiento de cimentaci¨®n. Este tipo de cimentaci¨®n flotante se utiliz¨® masivamente en Murcia en la d¨¦cada de los setenta y ochenta.
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Salazar arquitecto t¨¦cnico y miembro de la comisi¨®n t¨¦cnica de su colegio profesional, sufre el problema en sus carnes: el edificio donde vive, en el barrio de La Seda, de dos a?os de antig¨¹edad, ha sufrido un reasentamiento y presenta una inclinaci¨®n de ocho cent¨ªmetros.
"No descubrimos la p¨®lvora. Cualquier estudiante de patolog¨ªa de las edificaciones sabe que este problema existe", dice Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Salazar. "Y aqu¨ª estamos cogiendo alegremente agua del subsuelo para regar c¨¦sped en una regi¨®n donde la climatolog¨ªa no lo permite. Est¨¢n, adem¨¢s, lo aparcamientos subterr¨¢neos. En pocos aos se han construido 21 en la capital, que son otras tantas cajas estancas presionando sobre el suelo y sobre el nivel fre¨¢tico. En Par¨ªs hubo una sequ¨ªa prolongada tambi¨¦n durante los setenta y el nivel del agua no baj¨® m¨¢s de uno o dos metros. Lo que est¨¢ ocurriendo aqu¨ª es una exageraci¨®n".
Hay quien cree firmemente que la culpa no es s¨®lo. de la sequ¨ªa, sino que la extracci¨®n de aguas subterr¨¢neas por parte del Ayuntamiento est¨¢ agravando el problema. Y mientras el baile de responsabilidades y opiniones sigue, lo ¨²nico cierto es que cada d¨ªa hay m¨¢s edificios agrietados y no se puede responsabilizar a arquitectos o constructores. Los desperfectos han de pagarlos las comunidades de vecinos, como ya est¨¢n haciendo algunas, que han recibido presupuestos de hasta varias decenas de millones de pesetas para reafirmar el inmueble mediante micropilotes.
Para las autoridades de la ciudad, la soluci¨®n es que llueva pronto. Otros, sin embargo, opinan que no estar¨ªa de m¨¢s echarle una mano a la Providencia, y dejar de extraer agua del subsuelo.
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