La nueva narrativa latinoamericana muestra sus contrastes en Marcela Serrano y Aguilar Cam¨ªn
La escritora chilena y el periodista mexicano presentan sus ¨²ltimas novelas
Cruzar el Atl¨¢ntico. El escritor y periodista mexicano H¨¦ctor Aguilar C¨¢min, y la escritora chilena Marcela Serrano han aterrizado en Madrid con sus dos ¨²ltimas obras.H¨¦ctor desembarca con El error de la luna, una novela "sobre la vida privada y secreta". Las dos anteriores (Morir en el Golfo y La guerra de Galio) fueron le¨ªdas como documentos pol¨ªticos o cr¨®nicas y "de ah¨ª loque se perdi¨® fue la lectura de personajes que a m¨ª me interesan y que ahora recupero" dice el autor. Marcela, feminista y esposa de un ministro de Frei, debuta en Espa?a con Antigua vida m¨ªa.
Reci¨¦n llegados a Madrid les llevaron de marcha hasta bien entrada la madrugada y todav¨ªa andan bajo los efectos del jet lag, pero los dos se presentan puntuales a la entrevista. Ella con un traje de ante verde y una camisa de seda y ¨¦l con un discreto terno gris. Marcela Serrano (Santiago de Chile, 1951) y H¨¦ctor Aguilar (Chetumal, M¨¦xico 1946) son autores dis¨ªmiles pero son dos buenos representantes de por d¨®nde camina la ¨²ltima narrativa latinoamericana. El error de la luna y Antigua vida m¨ªa han sido publicadas por la editorial Alfaguara en su colecci¨®n Hisp¨¢nica.La mujer como tendencia literaria de la novela de los noventa no est¨¢ de moda, pero los dos autores coinciden al elegirla como protagonista de sus ¨²ltimas obras. En el caso de Marcela parece obvio dado que las reivindicaciones feministas son su obsesi¨®n y su punto en la literatura es defender esos derechos. "Emma Bovary y Ana Karenina no nos bastan. Los hombres creen que por haber creado personajes femeninos tenemos bastante y es que escribir sobre mujeres no significa apropiarse del punto de vista de la mujer", asegura rotunda.
Marcela, que antes de escritora fue artista conceptual, es un personaje absolutamente popular en su pa¨ªs. A la presentaci¨®n de su ¨²ltima novela en Santiago acudieron la esposa de Salvador Allende, la de Eduardo Frei y la, de Patricio Aylwin. Est¨¢ casada y tiene dos hijas. Lo de ser la esposa del ministro chileno de Planificaci¨®n, Luis Maira, en muchos casos la obliga a una "permanente autocensura". Reconoce que en m¨¢s de una ocasi¨®n ha tenido que bajar el tono de sus cr¨ªticas para que "el presidente Frei no se moleste".
La novedad en las letras espa?olas, seg¨²n H¨¦ctor Aguilar, es que escritoras como Isabel Allende o Laura Esquivel han disparado el mercado: "Hay una peculiar habilidad en las mujeres para hablar de sus emociones, para registrar con detalle el mundo de la vida ¨ªntima lo que ha enriquecido los registros de la literatura". Su novela El error de la luna, un relato de la vida de la familia Gozalbo y el amor de Lucas Carrasco y Mariana, la protagonista, ha sido calificada por la cr¨ªtica como un trabajo digno de la tradici¨®n de la novela galante renacentista. "He querido quitar en la obra todo trazo expl¨ªcito de vida pol¨ªtica para probar recursos novel¨ªsticos y eso es lo que sali¨®. S¨®lo espero que El error de la luna no sea mi error", bromea H¨¦ctor.
Este escritor, que ha desarrollado la novela, el relato y el cuento, utiliza un s¨ªmbolo tan viejo como el de la luna para infundir extra?os placeres en los hombres. ?l, que se autodefine como un materialista vulgar que ha comprado toda la bisuter¨ªa agn¨®stica, asegura que nunca ha sido v¨ªctima de los influjos lunares. Reconoce, sin embargo, que una amiga le descubri¨®, a trav¨¦s de su carta astral, que su ascendente es C¨¢ncer y que los de ese signo est¨¢n marcados por ese astro.
Los dos autores son escritores comprometidos con la realidad de sus pa¨ªses. Los ensayos pol¨ªticos de Aguilar Cam¨ªn son tan famosos como sus novelas. "El 40% de la deuda mexicana la tiene la clase media. Esos s¨ª la van a arrr¨ªar", dice H¨¦ctor. "Ellos tienen pendiente el pago de las letras del coche y no pueden pagar los colegios de sus hijos. El aspecto indigenista es marginal. Los pobres no est¨¢n empezando a ser pobres ahora. El auge tampoco les lleg¨® y tampoco les afectar¨¢ tanto la crisis". A este autor le han ofrecido dos veces pasarse a la pol¨ªtica, una como ministro de Cultura y otra como jefe de gobierno de la localidad mexicana donde naci¨®, pero ¨¦l siempre lo ha rechazado. Huye de los discursos, las tribunas y las solemnidades. "Si te dicen que pilotes un avi¨®n te niegas, pero si te ofrecen un Ministerio de Finanzas piensas que puedes hacerlo y no es verdad; la pol¨ªtica mata a mucha m¨¢s gente que los aviones. He tratado a muchos pol¨ªticos y eso pide vocaci¨®n, talento, sensibilidad y insensibilidad espec¨ªfica. Personalmente prefiero seguir en el periodismo y en la literatura".
En el caso de Marcela, militante activa de la izquierda, todo novelista tiene un transfondo de dolor que quiere sacar a flote con la escritura. Ella no cree en la literatura neutra, en el discurso inocente. Ten¨ªa 21 a?os cuando fue derrocado Allende y la dictadura que le sigui¨® no se borrar¨¢ de su coraz¨®n hasta la muerte. "Ese transfondo no me puede ser ajeno, es una marca a cuchillo".
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