Bor¨ªs YeItsin prepara la destituci¨®n de K¨®zirev

El presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, anuncio ayer que est¨¢ considerando la destituci¨®n del ministro de Exteriores, Andr¨¦i K¨®zirev, aunque no tiene, a¨²n ni fecha ni candidato para sustituirle. Con esta declaraci¨®n, efectuada a un grupo de periodistas en el Kremlin en v¨ªsperas de su viaje a Francia y EE UU, el l¨ªder ruso dio un paso par a distanciarse de los miembros de su equipo que comprometen su imagen de jefe del Estado en la re?ida campa?a para los comicios parlamentarios de diciembre pr¨®ximo y las elecciones presidenciales en junio de 1996. Yeltsin asegur¨® tambi¨¦n que no permitir¨ªa a la OTAN que instale armas nucleares en Europa del Este si la organizaci¨®n se extiende a estas regiones.

Yeltsin se?al¨® asimismo que el emplazamiento de armas nucleares en las fronteras de Rusia "no es permisible"- y generar¨ªa una situaci¨®n de guerra fr¨ªa que afectar¨ªa a las relaciones entre Rusia y EE UU.El "patriotismo", entendido corno la reivindicaci¨®n de un pa¨ªs fuerte y capaz de hacerse respetar en el mundo, es hoy el motivo dominante en la campa?a electoral en Rusia y uno de los puntos d¨¦biles de la pol¨ªtica de Bor¨ªs Yeltsin. Por eso, no es sorprendente que el presidente, pensando en su propio futuro, est¨¦ planeando sacrificar a los colaboradores que a los ojos del ruso de a pie est¨¢n m¨¢s vinculados a la decadencia del Estado, la p¨¦rdida de posiciones de influencia internacional, la corrupci¨®n y la prolongaci¨®n cr¨®nica de los conflictos ¨¦tnicos como el de Chechenia.

Entre los pol¨ªticos que empa?an la imagen del presidente est¨¢n K¨®zirev, que lleva en el cargo de ministro de Exteriores de Rusia desde 1990, y el ministro de Defensa, P¨¢vel Grachov, al que Yeltsin ha obligado a presentarse en los tribunales la semana pr¨®xima para resolver un pleito con un peri¨®dico que le trat¨® de corrupto. En una reuni¨®n del Gobierno celebrada ayer en Mosc¨², Grachov y el jefe del Gobierno, V¨ªctor Chernomirdin; se enfrentaron a causa de la asignaci¨®n militar en el presupuesto del Estado para 1996. Seg¨²n el ministro de Finanzas, VIad¨ªmir Panskov, Grachov reivindic¨® recursos para la guerra de Chechenia.

Yeltsin eligi¨® la v¨ªspera de su periplo internacional, en el que le acompa?ar¨¢ K¨®zirev, para insistir en que estaba "insatisfecho" del trabajo de ¨¦ste por no haber sabido coordinar la pol¨ªtica exterior rusa. Se?al¨®, sin embargo, que el ministro continuar¨ªa trabajando hasta que se le encuentre "un candidato digno", e indic¨® que tal cosa puede llevar varios meses.

La perspectiva de que K¨®zirev abandone su cartera fue bien acogida por los adversarios pol¨ªticos del ministro. Con gran celeridad, Sergu¨¦i Karag¨¢nov, miembro del consejo presidencial y director del Instituto de Europa, declar¨® a la agencia Itar-Tass que compart¨ªa totalmente la cr¨ªtica de Yeltsin y que se deb¨ªa elaborar una "pol¨ªtica presidencial", dirigida por el presidente y su aparato.

Centro coordinador

Sin embargo, la funci¨®n del Kremlin como centro coordinador de la pol¨ªtica exterior tambi¨¦n deja mucho que desear, ya que Karag¨¢nov reconoci¨® que la Comisi¨®n de Pol¨ªtica Internacional adscrita al Consejo de Seguridad de Rusia no se re¨²ne desde hace 18 meses.

Por su parte, el ultranacionalista VIad¨ªmir Zhirinovski, que exige constantemente el cese de K¨®zirev, opin¨® que en los ¨²ltimos 10 a?os Mosc¨² no tuvo un "ministro de, Exteriores normal" y que tanto K¨®zirev, como Edvard Shevardnadze, el ministro de Exteriores de Mija¨ªl Gorbachov, "vendieron a Rusia en. todos los aspectos".

El domingo, en la cadena de la Televisi¨®n Independiente, K¨®zirev, que suele reaccionar con tranquilidad a la dimisi¨®n que le pronostican desde hace ya tiempo, aludi¨® a la falta de recursos que impide a Rusia mantener una pol¨ªtica de superpotencia. El ministro compar¨® los medios que tienen los negociadores norteamericanos en Bosnia, que seg¨²n ¨¦l viajan en sus propios aviones con cart¨®grafos y etn¨®grafos, y los negociadores rusos, que tienen que ir en aviones de l¨ªneas regulares.

Las palabras del ministro pon¨ªan de manifiesto las dificultades para compaginar la imagen de gran potencia que reclaman los sectores "patri¨®ticos" con los medios econ¨®micos reales del pa¨ªs, que impiden incluso una participaci¨®n eficaz en el proceso de paz en Bosnia.