Berlusconi anuncia una moci¨®n de censura tras la ca¨ªda del ministro Mancuso

Oscar Luigi Scalfaro considera in¨²til inspeccionar a los jueces de Mil¨¢n, "porque se est¨¢n autodestruyendo, y no vale la pena". El ministiro de Justicia, Filippo Mancuso, lo asegura ante el Senado, mientras los ujieres distribuyen una versi¨®n de su discurso con denuncias m¨¢s graves sobre supuestas manipulaciones judiciales del presidente de la Rep¨²blica. Mancuso no las lee y pide que no consten en acta. Tambi¨¦n dice que todo el Gobierno respaldaba, las inspecciones que ¨¦l ordenaba. El Senado le retir¨® la confianza. El primer ministro, Lamberto Dini, asumi¨® anoche su cartera. Silvio Berlusconi anunci¨® otra moci¨®n de censura.

La moci¨®n del presidente de Forza Italia ser¨¢ contra todo el Gabinete, y no contra un s¨®lo ministro, como la que pas¨® ayer con los votos de la izquierda. Y es posible que la nueva moci¨®n prospere, ya que puede contar incluso con los votos de Refundaci¨®n Comunista, seg¨²n dijo ayer la portavoz de ese partido en el Senado, Ersilia Salvato.Concluy¨® as¨ª una jornada parlamentaria desastrosa para todos sus protagonistas. En primer lugar, para la izquierda, promotora de una moci¨®n de censura individual que, aunque aprobada por 173 votos frente a ocho abstenciones y tres votos en contra, no fue m¨¢s que una victoria p¨ªrrica. Ante todo, porque el Partido Popular Italiano (PPI) se desmarc¨® de la iniciativa, dando libertad devoto a sus 21 senadores y dejando solos en el frente del no a la Liga Norte y al Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS). Pero, sobre todo, porque el desarrollo del debate y la virulenta intervenci¨®n de Mancuso dio homogeneidad a la derecha y plante¨® pol¨¦micas concretas sobre un jefe de Estado que, para Silvio Berluconi, representa el principal apoyo de Dini y es el gran obst¨¢culo para que Italia vuelva a las urnas. Scalfaro cancel¨® anoche un viaje oficial que deb¨ªa iniciar hoy a EE UU.Todos los senadores del centro derecha, los de Forza Italia (FI), lo s ex democristianos e incluso los de Alianza Nacional (AN) -que antes de la intervenci¨®n de Mancuso manten¨ªan reservas sobre las consecuencias de un debate en el que el Polo de a Libertad corre el riesgo de aparecer como enemigo de los jueces y encubridor de su l¨ªder, Silvio Berlusconi, procesado por corrupci¨®n en Mil¨¢n- se ausentaron del hemiciclo en el momento de la votaci¨®n, "para no ser c¨®mplices de un procedimiento anticonstitucional, de un acto jur¨ªdicamente nulo".

El debate de ayer ha reforzado argumentos del Polo, como el de que, tras el voto de censura, el Gobierno de Dini ha dejado de ser t¨¦cnico y que su naturaleza pol¨ªtica no ha sido bendecida en las urnas. Ello fue expuesto por un Francesco Cossiga que vuelve a mostrarse decididamente activo en las filas de la derecha. La presidencia de Dini -quien estuvo ausente del debate- queda m¨¢s d¨¦bil que nunca frente a la pol¨ªtica agresiva que conviene de nuevo a Berlusconi, El debate dio coartada a la subida del tono. La aprobaci¨®n de los presupuestos de 19961- de la que depende la continuidad del Gobierno, parece, en cualquier caso, m¨¢s remota.

Claro que la derecha tambi¨¦n pagar¨¢ un precio por este retorno a una virulencia que, hace s¨®lo tres meses, y demostr¨¢ndose entonces ineficaz para desestabilizar el Gabinete, result¨® muy negativa para Berlusconi.

Un presunto moderado de Forza Italia, como Enrico della Loggia, tach¨® ayer la moci¨®n contra Mancuso de "proyecto comunista y, por tanto, iliberal, que ni Lenin, Stalin, Beria o Gomulka hubieran urdido mejor". Termin¨® su intervenci¨®n con gritos de "verg¨¹enza" e "infamia".

Pero el peor parado fue, sin duda, el, ministro Mancuso, ya que su deslealtad al Estado y su juego torticero de hablar en doble versi¨®n, la oficial y la ap¨®crifa, quedaron m¨¢s demostrados que los elogios de honorabilidad que le verti¨® la derecha.

Mancuso elev¨® ayer mismo un recurso ante el Tribunal Constitucional, en el que niega al Senado la. facultad de votar la censura contra un s¨®lo ministro y no contra todo el Gobierno.

Muchos italianos se quedar¨¢n, sin embargo, sin una idea clara de lo sucedido, debido a una huelga total de televisi¨®n, radio y prensa. Mancuso y Della Loggia afirmaron que la huelga estricamente laboral, era parte de la "conjura comunista".