Conciertos a contratiempo
Pensionistas y estudiantes mel¨®manos tienen su cita los lunes al mediod¨ªa en la Fundaci¨®n March
Por simple l¨®gica, las doce de la ma?ana de un lunes no parece la mejor hora para programar, por ejemplo, un recital de violonchelo y piano. Sin embargo, desde hace ya 12 a?os cientos de personas tienen su cita con la m¨²sica a esa hora, y en ese d¨ªa de la semana, en la Fundaci¨®n Juan March.Los Conciertos del mediod¨ªa nacieron porque a alguien se le ocurri¨® pensar en los aficionados a la m¨²sica que no pueden asistir a los conciertos por tener las tardes ocupadas. O porque pens¨® en aquellos que su tiempo de ocio empieza por las ma?anas y dura hasta que se acuestan.
Como le pasa a Francisco del Puerto, quien, fiel a su cita, el lunes pasado estaba entre el p¨²blico del recital de guitarra que ofreci¨® el maestro argentino Claudio Ferrer. Desde que se jubil¨¦, hace cuatro a?os, Del Puerto se ha convertido en un asiduo de estos conciertos matinales.
Privilegiados
A veces, este antiguo asistente sanitario acude a la Fundaci¨®n March con algunos amigos. Otras llega ¨¦l solo, pero dice que ya conoce a la gente de vista. Sentado cerca de ¨¦l, otro pensionista que el pasado lunes hab¨ªa acudido con su hijo aspirante a guitarrista dec¨ªa: "Me considero un privilegiado por poder acudir a estos recitales". Y casi con las mismas palabras se expresaba un ama de casa tambi¨¦n del p¨²blico: "Gracias a Dios que estoy jubilada, por eso puedo venir".
Los lunes por la ma?ana no suele quedar libre ninguna de las 280 butacas del auditorio de la Fundaci¨®n March. La gran mayor¨ªa de los que las ocupan son personas mayores, amas de casa o pensionistas. Tambi¨¦n alg¨²n profesional que ha hecho alg¨²n apa?o para acudir al concierto, como un grupo de maestras que asisti¨® a la ¨²ltima de estas sesiones. Y estudiantes que aseguran tener el turno de tarde, como una pareja de 19 a?os que se estren¨® el lunes pasado en estos recitales gracias a unos carteles que vieron en la facultad.
Media hora antes de que empiece a sonar la m¨²sica se abren las puertas para entrar a coger sitio. Los conciertos son gratuitos y no hay entradas numeradas. Cuando falta un cuarto de hora para que d¨¦ comienzo el concierto apenas quedan butacas libres. Y los que llegan apurando los minutos se tienen que conformar con escuchar el concierto, de pie, pegados a los pasillos de la sala.
Por eso Marisa, un ama de casa que acude a los Conciertos del mediod¨ªa desde hace siete a?os, se planta en la puerta a las 10.20. "As¨ª me siento siempre", dice esta aficionada a la m¨²sica que asegura que asiste a cuantos conciertos puede. "Esto me hace vivir, me quita las depresiones", declaraba.
Los Conciertos del mediod¨ªa no tienen car¨¢cter monogr¨¢fico: ni son ciclos dedicados a autores, ni a instrumentos ni a grupos. Los int¨¦rpretes y su especialidad siempre var¨ªan: cuartetos, d¨²os o solistas que tocan el piano, el viol¨ªn y cantan se suceden cada lunes del mes en este centro.
Entre las piezas que ofreci¨® el lunes pasado Claudio Ferrer hab¨ªa cuatro canciones del repertorio espa?ol muy conocidas por el p¨²blico que le escuchaba: La violetera, Los nardos, T¨¢pame, t¨¢pame y Nena. Hubo tambi¨¦n bis: Madrid. Al final, Francisco del Puerto y otro grupo de entusiastas coincidieron en el camerino del artista para llevarse su aut¨®grafo a casa.
Todos se deshac¨ªan en alabanzas Con el guitarrista. "Nos ha dado una hora de felicidad", "nos ha dejado anonadados", "a ver si vuelve usted por aqu¨ª", "lo de Madrid [por el bis] ha sido un detallazo", le dec¨ªan. Francisco del Puerto no pudo evitar hacer una cr¨ªtica constructiva: "Una sugerencia", le dijo al guitarrista: "Madrid, m¨¢s marcado".
Conciertos del mediod¨ªa. Fundaci¨®n Juan March (Castell¨®, 77, metro N¨²?ez de Balboa), a las 12.00. Lunes 23, recital de violonchelo y piano por Lourdes Lecuona y Patxi Aizpiri. Lunes 30, recital de piano por Lidia Tous Mayoral. Entrada libre.
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