Marcos adorna su estreno

Fue la mano de Marcos, el nuevo entrenador, la que ayud¨® a que el Rayo se reencontrara con la victoria y, por momentos, con el buen juego. Y fue precisamente la mano de Marcos, el portero rival, la que impidi¨® que Vallecas saboreara el cambio con una goleada mayor. Bueno, la mano de Marcos, el portero rival, y la falta de punter¨ªa de Guilherme, que ayer malgast¨® kilos y kilos de ocasiones. 0 tuvo el brasile?o un af¨¢n publicitario -estrell¨® la mayor¨ªa de sus remates contra una valla de Ponche Caballero- o definitivamente tiene el punto de mira averiado. El Albacete no existi¨®.No tuvo tiempo Marcos Alonso, el nuevo entrenador, de inventar otro Rayo desde el punto de vista t¨¢ctico. Meti¨® un poco de alegr¨ªa y arroj¨® por Vallecas a los mejores jugadores posibles: Baroja, Ezequiel, Andrijasevic, Calder¨®n, Aquino, Guilherme, On¨¦simo... Todos en el campo de una sola tacada. Es decir, lo que no se hab¨ªa atrevido a hacer Pedro Mar? Zabalza, su antecesor en el cargo. Y Mart¨ªn Gonz¨¢lez, el s¨ªmbolo del zabalzismo, en la grada.

Con el simple hecho de revolver la alineaci¨®n, Marcos logr¨® darle un aire nuevo al equipo. M¨¢s festivo y de mejor gusto. Busc¨® el Rayo manejar el encuentro a su manera, con la pelota en sus pies, y el Albacete no puso pegas. Se limit¨® a tirar fueras de juego a diestro y siniestro -con ¨¦xito- y a explotar la cita al contragolpe -sin ¨¦xito-. Cay¨® en la trampa el Rayo tantas veces como en 200 partidos juntos. Siempre aparec¨ªa un vallecano por detr¨¢s de la defensa del Albacete, en posici¨®n ?legal. Ni aunque el linier de turno tuviera obsesi¨®n por levantar la bandera, como reclamaban, tendr¨ªa justificaci¨®n tama?a falta de atenci¨®n rayista.

El Albacete mejor¨® ligeramente en la segunda parte, cuando Zalazar tom¨® el volante del partido. Aunque s¨®lo durante 12 minutos, los que tard¨® el Rayo en abrir la puerta del gol (Guilherme, al fin, descubri¨® d¨®nde estaba la dichosa cajita rival). Luego, tras el 2-0 de On¨¦simo y ya sin la presi¨®n del resultado, los de Vallecas se concedieron incluso un buen rato de f¨²tbol. Fue la hora de Marcos, el portero rival, que apareci¨® con su mano salvadora para evitar una goleada m¨¢s ruidosa.

El otro Marcos, el sucesor de Zabalza, super¨® con ¨¦xito su estreno, el primer paso en su carrera de entrenador. Su curr¨ªculo, vac¨ªo hasta ayer, ya tiene un dato. Y bueno.