Plaza de las Cortes, 3
El otro d¨ªa pas¨¦ por delante del n¨²mero 3 de la plaza de las Cortes, pero estaba cerrado a cal y canto. Seg¨²n los porteros de dos edificios cercanos, lleva m¨¢s de tres a?os as¨ª y nadie sabe qu¨¦ destino tiene el inmueble. Las oficinas, las pensiones, una editorial... ya no queda nada.Tambi¨¦n est¨¢n echadas las persianas de la agencia United Press International, la UPI, en un entresuelo que da a la calle del Marqu¨¦s de Cubas. Est¨¢ cerrada esa ventana por la que la mujer del periodista Jos¨¦ Antonio Nov¨¢is pasaba sus implacables cr¨®nicas antifranquistas, que la UPI mandar¨ªa por t¨¦lex hasta Le Monde. Desde dentro cog¨ªamos las cr¨®nicas y las le¨ªamos con asombro y deleite. "?Hostia! ?C¨®mo s¨¦ atreve a escribir estas cosas?". A Nov¨¢is, las autoridades le hac¨ªan, la vida imposible, pero ¨¦l nunca dio su brazo a torcer.
Claro que sus problemas comenzaban casi inmediatamente con los censores que le¨ªan nuestro t¨¦lex a su paso por el Ministerio de Informaci¨®n. De vez en cuando, los censor es tambi¨¦n molestaban a otros corresponsales extranjeros por cr¨®nicas que podr¨ªan ofender al r¨¦gimen. Algunos, de estos guardianes todav¨ªa tienen la osad¨ªa de llamarse periodistas; aquel ministro que les guiaba da ahora lecciones de democracia en Galicia.
En estos casi treinta a?os desde que empec¨¦ en la UPI, la tecnolog¨ªa ha cambiado radicalmente. Las cr¨®nicas de Nov¨¢is -tambi¨¦n, las de la agencia, que redact¨¢bamos en maquinas de escribir de los anos veinte- primero se ten¨ªan que picar: copiarlas en el teclado de un aparato especial para que se: produjera una cinta de papel agujereado -cada grupo de agujeros correspond¨ªa a una letra-, que luego se pasaba al t¨¦lex. Lamento no haber aprendido nunca a leer esas cintas, como sab¨ªan hacer algunos de mis compa?eros.
Escribimos pocas, noticias pol¨ªticas de importancia: por lo menos durante su vida, Franco s¨ª lo ten¨ªa todo atado y bien atado. Los enviados especiales que de vez en cuando pasaban por Madrid se dedicaron a redactar sesudos reportajes sobre lo que iba a pasar tras. la muerte del dictador. A¨²n estaba lejos la transici¨®n, de la que tanto se, habla en. estos d¨ªas.
Algunos de los corresponsales extranjeros que viv¨ªan en Madrid organizaban encuentros con la, oposici¨®n. "Vamos a conocer a unos miembros de Comisiones Obreras que nos van a explicar la situaci¨®n actual. Coge, un taxi y vete al metro de Sol, donde subir¨¢s a un tren con destino a Cuatro Caminos. Bajar¨¢s en San Bernardo para coger otro tren a Col¨®n, donde te esperar¨¢ un coche verde". El coche verde te llevaba a un humilde apartamento de Carabanchel, donde durante horas hablaban tres sindicalistas, hombres de coraz¨®n grande y aspecto abatido. Te contaban cosas de gran inter¨¦s humano y m¨ªnimo inter¨¦s period¨ªstico, por lo menos para una agencia.
Otro encuentro tuvo lugar en 1973 o 1974, en un restaurante madrile?o, con un joven pol¨ªtico socialista cuyo nombre yo no hab¨ªa captado. A lo largo de varias horas traz¨® los destinos de Espa?a despu¨¦s de la muerte de Franco y mencion¨® un sinfin de siglas de grupos de oposici¨®n. Durante los postres le pregunt¨¦ qu¨¦ es lo que se pod¨ªa hacer para reducir esa sopa de letras y trabajar todos juntos. Contest¨®, con una soberbia que me sorprendi¨®, que los dem¨¢s grupos no eran gran cosa; s¨®lo importaba el PSOE. Se llamaba Felipe Gonz¨¢lez..
Ahora bien, siempre hab¨ªa que estar alerta. Desde los a?os cincuenta, tal vez antes, exist¨ª¨¢ en la United Press Internacional un documento con c¨®digos de emergencia para utilizar en el caso de que nuestro tel¨¦fono se cortase o el t¨¦lex fuera intervenido durante acontecimientos de gran envergadura: el asesinato de Franco, la toma. del poder. por las Fuerzas Armadas, luchas callejeras. Dar¨ªamos cuenta de los hechos con mensajes en clave.
As¨ª que ante la muerte natural de Franco el mensaje ser¨ªa -y no estoy inventando esto: una periodista que trabaj¨® despu¨¦s en la UPI todav¨ªa guarda en marcado ese documento-: "Necesitamos inmediatamente facturas del env¨ªo de frigor¨ªficos n¨²mero.-" (En el espacio se pondr¨ªa en cifras la fecha y la hora aproximada del fallecimiento). Si el Gobierno era derribado de forma violenta, el mensaje ser¨ªa: ."Necesitamos cuanto antes la v¨¢lvulade carburador Chevrolet n¨²mero.-"
La proclamaci¨®n de una monarqu¨ªa se dar¨ªa as¨ª: "Dile a Elizabeth que vamos a llegar este a?o". Si, adem¨¢s, don Juan de Borb¨®n era designado rey, este mensaje terminar¨ªa "love to Johnny" y si el agraciado era su hijo, Juan Carlos, se pondr¨ªa "love to Charles".
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