Los sondeos dan la victoria a los separatistas de Quebec en el refer¨¦ndum del lunes
Ahora m¨¢s que nunca puede convertirse en realidad la secesi¨®n de Quebec. Los habitantes de la provincia canadiense deber¨¢n pronunciarse en refer¨¦ndum el pr¨®ximo lunes sobre si apoyan o no la creaci¨®n de un pa¨ªs soberano aunque asociado pol¨ªtica y econ¨®micamente a la Federaci¨®n Canadiense. En apenas dos semanas, los nacionalistas, que fueron derrotados hace 15 a?os, han dado un vuelco a las encuestas y han logrado enjugar una diferencia de 10 puntos para situarse por primera vez por delante seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, que les otorgan de uno a tres puntos de ventaja.
No obstante, nadie descarta que en el ¨²ltimo minuto el miedo a un futuro incierto permita el triunfo de los federalistas.En cualquier caso, hay unanimidad en afirmar que esta vez no ser¨¢ como en 1980 y que el resultado ser¨¢ muy apretado en uno u otro sentido, lo cual constituye de antemano un triunfo moral para las tesis de los nacionalistas que propugnan el s¨ª en favor de la soberan¨ªa de esta rica provincia de siete millones de habitantes -la cuarta parte de la poblaci¨®n del pa¨ªs- y en la que la comunidad franc¨®fona sigue siendo mayoritaria a pesar del fuerte decrecimiento de la natalidad y del progresivo aumento de la inmigraci¨®n procedente de comunidades distintas a la franc¨®fona y la angl¨®fona.
"?Acepta usted que Quebec se haga soberano despu¨¦s de haber ofrecido formalmente a Canad¨¢ una nueva asociaci¨®n econ¨®mica y poliltica?". ?sa es la pregunta que han elaborado cuidadosamente los promotores de la consulta: el Partido Quebequ¨¦s (PQ), que lidera el primer ministro provincial Jacques Parizeau; el Bloque Quebequ¨¦s (BQ), de Lucien Bouchard, la segunda mayor fuerza pol¨ªtica en el Parlamento federal despu¨¦s de los liberales, y el peque?o grupo de la Acci¨®n Democr¨¢tica, del joven pol¨ªtico ex liberal Mario Dumond.El miedo y las vagas promesas son protagonistas en la recta final de la campa?a, en la que indirectamente ha intervenido el presidente norteamericano, Bill Clinton, echando un capote al Gobierno federal al confesar que ¨¦l conf¨ªa en que Canad¨¢ continuar¨¢ siendo un pa¨ªs unido. En sentido contrario se pronunci¨® el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, que ha declarado su voluntad de reconocer al nuevo Estado.La separaci¨®n de Quebec, "eso es lo que se esconde detr¨¢s de una pregunta ambigua", dijo el mi¨¦rcoles por la noche en un discurso televisado a toda la naci¨®n el primer ministro federal, Jean Chr¨¦tien. Entre las dotes de este pol¨ªtico liberal no figura, sin duda, la oratoria. Sin embargo, su intervenci¨®n fue esta vez una exhibici¨®n de dramatismo y emoci¨®n a fin de ganar para la causa del no al escaso 15% de la poblaci¨®n de Quebec a¨²n indeciso y persuadir a los representantes de la comunidad franc¨®fona menos radicales de que hay voluntad de cambio por parte del Estado federal.
Chr¨¦tien trata en la recta final de tender puentes al otro bando y reconoce a Quebec como "una sociedad distinta" por razones culturales y ling¨¹¨ªsticas, tal como subray¨® en el discurso el mi¨¦rcoles, donde anticip¨® una inconcreta promesa de programa de descentralizaci¨®n para Quebec y el resto de las provincias. "Promesas vagas que llegan demasiado tarde. No hay viento de cambio en Ottawa, sino de p¨¢nico ante el temor de que triunfe el s¨ª", contest¨® en un discurso airado de r¨¦plica Lucien Bouchard, el l¨ªder del BQ y alma del movimiento secesionista.Bouchard, pol¨ªtico transformista que ha militado en las filas liberales y conservadoras antes de fundar hace tres a?os este movimiento, ha conseguido en poco tiempo encender la pasi¨®n de los queb¨®queses y en factible lo que aun muchos consideran una ilusi¨®n basada en el coraz¨®n m¨¢s que en la cabeza. "Necesitamos un mandato fuerte para convertirnos en un pueblo soberano que pueda discutir con los vecinos del Canad¨¢ angl¨®fono de igual a igual", es decir, mediante una asociaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica. Eso significar¨ªa que los quebequeses podr¨ªan tener la doble nacionalidad, la misma moneda y hasta el mismo Ej¨¦rcito. Los nacionalistas defienden tambi¨¦n la presencia del nuevo Estado en el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canad¨¢ y M¨¦xico.
Entretanto, las dos etnias ind¨ªgenas m¨¢s representativas de la provincia, los inuit (esquimales) y los cris, se han pronunciado masivamente en contra de la soberan¨ªa en sendos referendos organizados por su cuenta esta semana.
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