Federalistas y soberanistas

Los federalistas sostienen que los soberanistas han enga?ado a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n que votar¨¢ por el s¨ª, que les apoya porque cree que la consulta pretende s¨®lo una reforma de la Constituci¨®n federal. Los soberanistas hablan de humillaci¨®n y de interferencia cada vez m¨¢s grosera por parte del Estado federal en los asuntos provinciales.La repatriaci¨®n de la Constituci¨®n canadiense del Reino Unido en 1982, con la oposici¨®n de la provincia de Quebec, reabri¨® la herida que hab¨ªa causado la derrota nacionalista en el refer¨¦ndum de 1982. El entonces primer ministro federal, Pierre Elliott Trudeau, propugn¨® una reforma constitucional, respaldado por todas las provincias a excepci¨®n de Quebec, que se tradujo en la incorporaci¨®n y modificaci¨®n del Acta de Am¨¦rica del Norte Brit¨¢nica, con la que Londres sancion¨® en 1867 la fundaci¨®n de la Federaci¨®n Canadiense.

A Quebec no se le concede ning¨²n estatuto especial, ni siquiera el reconocimiento de su singularidad cultural y ling¨¹¨ªstica. Dos intentos bald¨ªos de ampliar esa reforma en 1990 a trav¨¦s del Acuerdo de Meech y posteriormente dos a?os despu¨¦s con el Acuerdo de Charlottetown impidieron que al menos el resto de las provincias admitieran el hecho de "sociedad distinta" para Quebec.

Muchos creen que esas ¨²ltimas tentativas de reforma de la Carta Magna son las que facilitaron, en septiembre del a?o pasado, el retorno de los nacionalistas al Gobierno provincial, y las que han devuelto ahora la ilusi¨®n y la rabia a una gran parte de la comunidad franc¨®fona, que representa m¨¢s del 80% de los siete millones que componen la poblaci¨®n de Quebec. El resto lo integran angl¨®fonos (un 9% aproximadamente) y otras etnias (5%). El movimiento del s¨ª se basa en razones pol¨ªticas antes que econ¨®micas y destaca la necesidad de que la provincia obtenga un tratamiento de igual a igual con el Estado.