El gran 'amiguete' de Antic
Pantic, del que Gil sospechaba que era un 'colega' del t¨¦cnico, releva a Futre como ¨ªdolo atl¨¦tico
El f¨²tbol tiene gui?os curiosos, Hace unos meses Jes¨²s Gil, todopoderoso propietario del Atl¨¦tico de Madrid, se levant¨® con la mosca detr¨¢s de la oreja. Radomir Antic le hab¨ªa pedido el fichaje de un yugoslavo desconocido en los circuitos: Milinko Pantic. Gil, tan susceptible, pens¨® que se trataba de un "amiguete" -seg¨²n sus propias palabras- que quer¨ªa colocar su en¨¦simo entrenador. Al cabo de 10 jornadas de Liga, el supuesto colega de Antic florece en el Calder¨®n. Si la pelota no hubiera entrado, ese mismo futbolista quiz¨¢ hoy fuera v¨ªctima del verbo incendiario del presidente. Estar¨ªa en la hoguera: Gil ya ten¨ªa argumentos. Lo curioso es que Pantic s¨ª es amigo de Antic, que le descubri¨® para el f¨²tbol profesional en 1985.Milinko, hijo de una familia de clase media sin antecedentes futbol¨ªsticos, estaba perdido por la tercera divisi¨®n yugoslava, en el Jedinstvo. Era el equipo de su pueblo, Loznica, a 100 kil¨®metros de Belgrado. En tres a?os Pantic hab¨ªa sido m¨¢ximo goleador de la categor¨ªa, con 42 goles en su ¨²ltima temporada. Ya entonces practicaba con machaconer¨ªa los lanzamientos de falta. ?l se miraba en el escaparate de Platini y Zico. Pero no quiere que le etiqueten como un excelente lanzador de faltas. Cree que s¨®lo es una facefa "secundaria" de su juego, una suerte que domina desde sus inicios gracias a su "constancia" en el entrenamiento. "Manejo las dos piernas y quien quiera fijarse se dar¨¢ cuenta que aporto otras muchas cosas al equipo", apostilla con rotundidad.
El Partiz¨¢n de Belgrado, uno de los equipos poderosos del pa¨ªs, ech¨® sus redes en el Jedinstvo, y enrol¨® a Pantic en sus filas. Antic era el primer entrenador. El jugador del Atl¨¦tico coincidi¨® all¨ª con Bogdanovic (jugador del Espanyol). Juntos ganaron dos t¨ªtulos consecutivos, y Pantic, con goles decisivos, se convirti¨® en uno de sus principales valores. "Sorprendentemente, mis primeros pasos profesionales fueron muy buenos", recuerda el serbio. Pero no tard¨® en llevarse el primer batacazo.
Sus ¨²ltimas dos temporadas en Belgrado -89-90 y 90-9-1 no fueron f¨¢ciles. Aquel jugador que hab¨ªa enamorado a la hinchada del Partiz¨¢n con s¨®lo 19 a?os acab¨® enquistado en el banquillo. ?l atribuye aquel declive a "la ley de los grandes". "El Partiz¨¢n logr¨® t¨ªtulos, se hizo grande y comenz¨® a fichar estrellas. Los que ya ¨¦ramos de la casa pagamos las consecuencias. Est¨¢bamos muy vistos".
Curiosamente su traspi¨¦ coincidi¨® con la salida de Antic, que en 1988 cambi¨® el Partiz¨¢n por el Zaragoza. Las colas comenzaron a torcerse para Pantic, y de nuevo el t¨¦cnico se cruz¨® en su camino como un ¨¢ngel salvador. Intent¨® su fichaje por los aragoneses en 1989. "La directiva del Partiz¨¢n puso todo tipo de trabas y al final no me dejaron salir", lamenta a¨²n el diez rojiblanco.
Pantic se qued¨® sin estrella, cobijado, en un banquillo durante casi dos temporadas. Hab¨ªa participado con la selecci¨®n B de Yugoslavia, pero la suplencia le margin¨® de la absoluta. Adem¨¢s, el gran mercado europeo se cerr¨® para ¨¦l y tuvo que conformarse con ofertas de Turqu¨ªa, Suiza y Grecia, mercados futbol¨ªsticos sin pedigr¨ª. El Panionios griego le ofreci¨® la titularidad, y el jugador, ansioso por pisar el c¨¦sped regularmente, acept¨® el traspaso.
En Grecia dej¨® un rastro imborrable. En cuatro temporadas siempre fue el m¨¢ximo goleador del equipo. Y en la pasada fue el tercer mejor realizador de la liga griega con 17 goles (seis de penalti) en 32 partidos. Pantic valora con resignaci¨®n su irregular trayectoria: "El f¨²tbol es cuesti¨®n de suerte; yo explot¨¦ a los 18 a?os, me apagu¨¦ a los 23 y he vuelto a resurgir a los 29. Nunca se sabe". Su explosivo rendimiento en la liga griega coincidi¨® con el estallido del conflicto b¨¦lico de los Balcanes. Su familia a¨²n resid¨ªa en su Loznica natal "y nadie se vio afectado directamente". Sin embargo, ¨¦l esquiva cualquier interrogante sobre la guerra. Su gesto se tuerce y s¨®lo apunta con desgana que "el mundo no ha entendido bien el problenia". "Pero yo soy un deportista y los deportistas no debemos hablar de pol¨ªtica, por eso en muchos equipos conviven sin problemas serbios y croatas".
Fichaje complicado
Durante su estancia en el Panionios siempre estuvo en contacto con Antic. Pensaba que su estrella se hab¨ªa fugado para siempre, pero a¨²n so?aba con afiliarse de nuevo con su compatriota. Pero cuando Antic llam¨® a su puerta, el pasado verano, su fichaje no result¨® sencillo. "Los grandes equipos griegos ya se hab¨ªan fijado en m¨ª y todo se complic¨® un poco, pero yo sab¨ªa que donde estuviera Antic habr¨ªa un gran conjunto". El mister forz¨® la situaci¨®n: se comprometi¨® incluso a financiar la operaci¨®n.
Antic se encarg¨® de introducirle en el vestuario. A su vez, el hijo del t¨¦cnico se prest¨® como traductor ante la prensa (al igual que en esta entrevista). Luego, sobre el campo, todo qued¨® en sus manos. Sus lanza n-fientos de falta, sus bicicletas y visi¨®n de juego r¨¢pidamente encandilaron a la hinchada. Desde Futre, y quiz¨¢ Schuster, ning¨²n extranjero del Atl¨¦tico hab¨ªa logrado semejante comuni¨®n con la grada. Y es que la hinchada est¨¢ encantada de tener en la pandilla al gran "amiguete" de Antic.
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