Tiempos de sequ¨ªa
Tiene Madrid este oto?o un aspecto m¨¢s apagado de lo habitual. Como si, pese al sol intenso, la ciudad estuviera cubierta de una fina capa de color gris; quiz¨¢ contribuya a ella la contaminaci¨®n que se agolpa despu¨¦s de un verano ligero de coches y gente, que hace que todo parezca m¨¢s claro. Quiz¨¢ sea por la manta de polvo acumulada tras una larga sequ¨ªa. Quiz¨¢ sea que la ciudad se va haciendo vieja y se le empiezan a notar las arrugas.Lo cierto es que carece del brillo de otras ¨¦pocas. Y es que a Madrid se le han echado encima demasiadas cosas y tarde o temprano ten¨ªa que acusar los efectos de una agresi¨®n continuada. Empezando por las pu?aladas urban¨ªsticas, en lo ¨²ltimos a?os la capital no ha conocido otras reformas que el agujereo constante de sus entra?as. Unas veces para construir aparcamientos que luego se han revelado como un fiasco econ¨®mico y en otros casos para hacer pasos subterr¨¢neos.
Desde que el Gobierno local cay¨® en manos de la derecha, primero con una derecha ligth debido a su uni¨®n con el Centro Democr¨¢tico y Social (CDS), los regidores parecen haber encontrado en el subsuelo el vellocino de oro y, con el argumento de solucionar el tr¨¢fico, se han aplicado en la construcci¨®n de aparcamientos para residentes (PAR) y en los t¨²neles subterr¨¢neos. Ni uno ni otro han terminado con los atascos, las triples filas, ni con el predominio del coche sobre el peat¨®n. Los t¨²neles, salvo alguna honrosa excepci¨®n como el de la plaza de Castilla, no ahorran ni un segundo, ni una peseta de combustible. Dividen las calles mediante una frontera insalvable que, mata el comercio, la convivencia y la vida.
Seis a?os de gobierno conservador han pulverizado los servicios de atenci¨®n ciudadana (la Oficina de Informaci¨®n al Consumidor, los centros de asistencia sanitaria, la oficina de informaci¨®n a los j¨®venes y los centros culturales de los barrios). La desidia de los pol¨ªticos por este tipo de organismos ha ralentizado su funcionamiento hasta convertirlos en meras momias.
Pero donde quiz¨¢ queda m¨¢s patente la falta de ilusi¨®n por esta ciudad es en el terreno cultural. Los gobernantes se han limitado a mantener las fiestas tradicionales como el casero obligado a tapar las goteras para que el edificio no se le venga encima. Da la impresi¨®n de que la vida cultural de la ciudad es una pesada carga de la que hab¨ªa que salir del paso con meras faenas de ali?o. Los programas de festejos -navidades, San Isidro, Veranos de la Villa- han sido un ferial del que apenas queda otra memoria que los grupos de castizos, muy respetables, por otro lado. Al equipo de ?lvarez del Manzano se le desconoce una aportaci¨®n seria para dinamizar la vida cultural, y se ha limitado a rellenar programas chupando rueda de lo que hac¨ªan otras instituciones y salas comerciales. Que el Ayuntamiento no es un empresario teatral, como arguye sistem¨¢ticamente el Partido Popular para defender su pol¨ªtica privatizadora, lo sabemos todos, pero las instituciones tienen a veces responsabilidades que van m¨¢s all¨¢ del cargo.
No ser¨ªa del todo justo echar toda la culpa de la tristeza que respira la ciudad a su alcalde. Tambi¨¦n sufre los efectos de la recesi¨®n econ¨®mica, las convulsiones sociales provocadas por la llegada de una poblaci¨®n inmigrante a la que no estaba acostumbrada, al desarrollo de la violencia generada por la intolerancia, a la sequ¨ªa que evapora paciencia e ideas.
Atr¨¢s quedan los a?os en que Madrid viv¨ªa agitada en medio de una vor¨¢gine creadora que alguien bautiz¨® con el nombre de "la movida". Es verdad que muchos hicieron el agosto con el invento. Es verdad que despu¨¦s vino la calma para demostrar que algunos artistas no eran tales. Es verdad que no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero aqu¨¦llos fueron, sin lugar a duda, tiempos de esperanza. La ciudad estaba tocada de un halo especial -y otras muchas capitales sent¨ªan curiosidad por ver qu¨¦ pasaba. Ahora, Madrid, pese al intenso sol, tiene un aspecto cansado; quiz¨¢s es porque no llueve.- Leandro Crespo Valera es concejal del PSOE en el Ayuntamiento.
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