Cultura recurre a los historiadores para poner orden en los archivos nacionales

Los conflictos surgidos en los archivos nacionales durante los ¨²ltimos meses han desbordado al Ministerio de Cultura. Medinaceli, Salamanca o los propios papeles de Franco son la prueba del desorden que sufre este cap¨ªtulo b¨¢sico para la investigaci¨®n. Para intentar arreglar la situaci¨®n, Carmen Alborch ha decidido crear la Junta Superior de Archivos, integrada por prestigiosos historiadores e Investigadores que empezar¨¢n a trabajar este mes. Son Francisco Tom¨¢s y Valiente, Gonzalo Anes, Santos Juli¨¢, Miguel Artola y Javier Tusell, Josep Fontana, y Julio Burriel.

Francisco Bobillo, director general del Libro y Bibliotecas, explic¨® a este peri¨®dico que la creaci¨®n de la Junta est¨¢ legalmente prevista en la Ley de Patrimonio Hist¨®rico, de 25 de junio de 1985, y que el desarrollo de este ¨®rgano consultivo consta en un decreto de 1992, aunque no se lleg¨® a poner nunca en pr¨¢ctica.Bobillo a?ade que la Junta estar¨¢ constituida por un presidente, un vicepresidente y entre 5 y 9 vocales. Entre los nombres contactados ya por Cultura se encuentra Julio Burriel, director general de Archivos y Protocolo; el catedr¨¢tico Francisco Tom¨¢s y Valiente, y los historiadores Miguel Artola, Santos Juli¨¢, Josep Fontana, Gonzalo Anes y Javier Tusell.

La mayor parte de los integrantes de la comisi¨®n prefiere esperar a celebrar una primera reuni¨®n con la ministra antes de hablar de su cometido y de cu¨¢les son, en su opini¨®n, los problemas m¨¢s graves de los archivos nacionales. Aunque, en general, celebran que, por fin, Cultura haya decidido que hablen quienes tienen que trabajar con el material de esos archivos.

Balance

El historiador Miguel Artola dice que ¨¦sta es una excelente ocasi¨®n para definir lo que debe ser cada archivo a. partir de lo que hay en cada uno de ellos y poder hacer un aut¨¦ntico balance de la situaci¨®n. "Esperemos a ver lo que plantea la ministra porque se trata de dar una nueva entidad a un tema muy importante. Pero veremos".El tambi¨¦n historiador Javier Tusell opina que en esta comisi¨®n consultiva se va a encontrar con numerosos problemas pendientes desde hace tiempo. "Hay problemas que podemos contribuir a solucionar, como es el de los archivos nobiliarios. Es el caso de Medinaceli, Tavera, etc¨¦tera. Creo que, en general, los conflictos que se han producido no hubieran llegado a ser un tema de orden p¨²blico si se hubiera hablado con los usuarios de los archivos; es decir, con los historiadores".

Tusell a?ade que la Junta tiene una funci¨®n claramente positiva. "Podremos sugerir a la Administraci¨®n medidas tales como la conversi¨®n en archivos p¨²blicos de los que ahora son s¨®lo privados, como es el caso de los papeles de Franco. O de personajes que han sido decisivos en la causa mon¨¢rquica, como Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n, Pav¨®n, Sainz Rodr¨ªguez, el conde de Fontanar, Eugenio Vegas, etc¨¦tera. Todos ellos son gente importante cuyos descendientes permiten el acceso a seg¨²n qui¨¦n, pero habr¨ªa que tener una soluci¨®n legal para su uso. Hasta ahora s¨®lo se ha ocupado de este tema el Archivo de la Academia de la Historia, pero hay que ir m¨¢s all¨¢. Tengo que decir que yo personalmente no suelo tener problemas, pero se debe a la actitud positiva de los familiares de turn¨®, aunque no deja de ser sorprendente que, por ejemplo, los papeles de Miguel Primo de Rivera est¨¦n en una casa particular".

Para Santos Juli¨¢ el mayor problema de los archivos es el acceso y la conservaci¨®n de los papeles. "Es muy grave la indefinici¨®n de lo que es un papel privado o p¨²blico, y m¨¢s despu¨¦s de una dictadura en la que cada cual se llev¨® lo que crey¨® oportuno. Por ejemplo, las memorias de L¨®pez Rod¨® se han podido publicar con papeles que ¨¦l se llev¨® siendo ministro. Se funciona con una discrecionalidad peligrosa, y archivos importantes, como el de la Guardia Civil, est¨¢n cerrados para los historiadores. Espero que en la Junta podamos hablar de estos temas".