El Ej¨¦rcito chileno dobla la cerviz
El encarcelamiento del general que orden¨® el asesinato de Letelier abre una nueva era en el pa¨ªs andino
ENVIADO ESPECIALDeferente con su interlocutor, Patricio Hales se toma un jerez en un restaurante frecuentado por pol¨ªticos chilenos. El secretario general del Partido Por la Democracia (PPD), miembro de la alianza gubernamental, se alza un poco al destacar la importancia del agua para la navegaci¨®n durante un prolijo recordatorio de los fundamentos de toda democracia. "?Pero, viejo, si esto parece una tontera. La legitimidad de nuestros actos surge del voto!".
No parecen entenderlo as¨ª las prusianas Fuerzas Armadas de Chile, dolidas por el encarcelamiento del general Manuel Contreras, aferradas a su propia legitimidad y reacias a una obediente subordinaci¨®n como instituci¨®n p¨²blica del Estado. Pero algo se mueve en este pa¨ªs. Sentenciados a cadena perpetua cuatro ex carabineros y un sopl¨®n civil por degollar a tres dirigentes comunistas, y una vez recluido en un penal quien en 1976 ordenase el asesinato del canciller, Orlando Letelier en Washington, Comenz¨® en Chile un trascendental debate.
La compleja discusi¨®n sobre el futuro nacional "Pos-Contreras" se desarrolla principalmente en los esca?os del Parlamento, en el seno de la alianza gubernamental y en las sedes de los partidos. Dos temas de dif¨ªcil consenso destacan: el tratamiento de los derechos humanos y los proyectos legislativos referidos a reformas constitucionales susceptibles de limitar la presencia castrense en las instituciones del Estado. El generalato, prietas las filas, observa.
Hace pocos d¨ªas, en una solemne efem¨¦rides, un tribuno en traje de campa?a glosaba la grandeza del golpe de 1973 contra Salvador Allende en presencia de Augusto Pinochet y de un representante del presidente Eduardo Frei, quien abandon¨® el recinto visiblemente irritado por el superlativo jubileo de la asonada. Era una de las muchas fricciones entre el poder civil y el castrense, con humillantes desplantes de los centuriones y preocupante curso en la ¨²ltima fase del proceso contra el ex jefe de la polic¨ªa secreta de la dictadura (1973-1990).
Tampoco sorprenden los preparativos del Movimiento Acci¨®n por Chile, 50.000 socios, para festejar a lo grande el 800 cumplea?os de Pinochet. Durante la entrega de una medalla de oro, el general¨ªsimo sure?o ser¨¢ declarado Segundo Libertador General de la Patria despu¨¦s del primero, el pr¨®cer Bernardo Higging, cuyo liderazgo independiz¨® al pa¨ªs de la colonial Corona, espa?ola. "'Yo dir¨ªa que m¨¢s del 30% de los chilenos apoya a Pinochet", sostiene un colega de la prensa local. Con ese elevado ¨ªndice de adhesi¨®n, y los cuarteles siempre en prevengan, o el Gobierno de la concertaci¨®n contin¨²a tragando sapos cuando se aventura mand¨®n por los cuartos de banderas o aprieta el dogal armando al pueblo. Mero ejercicio te¨®rico la segunda opci¨®n, la democracia chilena, a¨²n doblegada, prosigue con la ingesti¨®n de batracios procurando reducir la cantidad. En esa direcci¨®n, y para alegr¨ªa de los partidos en el Consejo de. Ministros, las propuestas de Eduardo Frei sobre los derechos humanos y reforma constitucional han logrado dividir a la conservadora Renovaci¨®n Nacional, cuyo flanco liberal se muestra proclive a compromisos y postula una democracia menos tutelada y m¨¢s aut¨¦ntica.
Adversa, sale al paso la Uni¨®n Dem¨®crata Independiente (UDI), atenta celadora de los principios fundacionales del alzamiento c¨ªvico-castrense de hace 22 a?os, y casi un¨¢nime en su oposici¨®n a toda enmienda de sustancia y f¨®rmulas diferentes a la Ley de Amnist¨ªa de 1978-, a la medida de los uniformes. Un diplom¨¢tico europeo alertaba contra el agresivo inmovilismo de muchos civiles, prehist¨®ricos y excluyentes en su concepci¨®n de la participaci¨®n pol¨ªtica. "Me asustan mas que los militares".
Despu¨¦s de Contreras, Chile se ha distendido sin haber resuelto todav¨ªa un distanciamiento fundamental: el existente entre las Fuerzas, Armadas y la legitimidad del r¨¦gimen democr¨¢tico. "Para ellos", explica Hales, "esa legitimidad nace de la concesi¨®n que ellos hacen, al establecer la Constituci¨®n de 1980, que organizan y garantizan. Para nosotros, la legitimidad la da el voto".
El secretario general del PP abord¨® este asunto en una reciente reuni¨®n con Frei y su ministro de Defensa. Les dijo que como para las Fuerzas Armada la legitimidad de sus actos nacen de ellos mismos, de su propia existencia, piden elaborar un ¨¦tica propia. "Nunca ser¨¢ mal un militar porque es de ellos mismos. Como soy militar y por tanto tengo legitimidad en todos mi actos, nunca podr¨¢ tener usted un militar en la c¨¢rcel. Lo podr¨¢ tener, pero como una derrota pasajera, como un gesto injusto de la pol¨ªtica hacia ellos".
"?Y qu¨¦ respondi¨® Frei?". "Cierto", dijo, "cierto". Hales atribuye a los pol¨ªticos una responsabilidad esencial: no haber sabido elaborar una pol¨ªtica de seguridad y defensa incorporando en su preparaci¨®n a las Fuerzas Armadas de manera que su di¨¢logo con el poder civil pueda normalizarse en un empe?o com¨²n. "En ese sentido, nos hemos farreado cinco a?os de democracia
Muy pr¨®ximo al Palacio de la Moneda, fotos con Frei, en campa?a o con otros compa?eros de partido, adornan el despacho de Gutenberg Mart¨ªnez, diputado de la mayoritaria Democracia Cristiana. "La primera sensaci¨®n (despu¨¦s del caso Contreras) fue de alivio, de confianza en la democracia. La sensaci¨®n de que con esto comienza a acabarse el tema de los derechos humanos en el pa¨ªs, lo cual no significa que no subsista el tema".
Mart¨ªnez admite la fijaci¨®n de la mayor¨ªa de los chilenos con la idea de administrar toda la justicia que sea posible y la gran importancia simb¨®lica del proceso al antiguo responsabIe de la Direcci¨®n de Inteligencia Nacional Anticomunista (DINA) fuera de la Ley de Amnist¨ªa debido a las fuertes presiones norteamericanas. "Es muy raro que en alg¨²n pa¨ªs del mundo hayan juzgado al jefe de la polic¨ªa secreta y lo encarcelen de verdad. La sensaci¨®n es que hemos logrado gran parte de la justicia posible, yo dir¨ªa que la porci¨®n m¨¢s grande". "?Hales dice que el ministro de Defensa es s¨®lo un buen relaciones p¨²blicas con los militares? No estoy de acuerdo. El ministro ha tenido un rol permanente en estos dos ¨¦xitos que comentamos (el encarcelamiento de Contreras y la renuncia del jefe de Carabineros, general Rodolfo Stange). Eso no se produce estando el ministro en su casa. Es muy f¨¢cil mirar desde fuera lo que hace, pero quisiera ver a cualquiera en su sayo".
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