Nueva York rescata la imagen del sue?o 'beat'
Una exposici¨®n recoge en el Whitney Museum la diversidad art¨ªstica de la generaci¨®n
Una ambiciosa exposici¨®n multimedia que recorre todos los escenarios y manifestaciones de la cultura beat en los a?os cincuenta y sesenta se inaugura hoy en el Whitney Museum of American Art de Nueva York. La muestra consta de m¨¢s de 200 manuscritos, pinturas, publicaciones y fotograf¨ªas, as¨ª como unas cincuenta pel¨ªculas y documentales en un ciclo paralelo. Las claves de la llamada Generaci¨®n beat, una experiencia desatada a finales de los a?os cuarenta por los escritores Jack Kerouac, William Burroughs y Allen Ginsberg, se muestran en una visi¨®n de conjunto en la que no s¨®lo tiene cabida la letra impresa, sino tambi¨¦n la m¨²sica, la pintura y el cine de una etapa rom¨¢ntica y atormentada de la posguerra estadounidense.
Beat culture and the new America, 1950-1965 permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el pr¨®ximo 4 de febrero y el a?o que viene se trasladar¨¢ a Minneapolis y San Francisco. Sin entrar en la pol¨¦mica de si los beats eran una generaci¨®n o no, o si se mov¨ªan dentro de una parcela delimitada, el Whitney ha optado por tomar una muestra vertical de la cultura estadounidense alrededor de los a?os en que Kerouac public¨® En el camino y Ginsberg ley¨® su poema Howl en San Francisco, y a partir de ah¨ª dejar entrar en sus salas todo lo que tenga que ver con "la b¨²squeda de nuevos valores" de la intelectualidad y el arte americano del momento. El jazz, los albores del cine independiente, los cuadros de De Kooning y Rauschenberg y las esculturas de Oldenburg son as¨ª tan protagonistas de la exposici¨®n como los mapas de Estados Unidos que sirvieron de gu¨ªa espiritual a Jack Kerouac y su amigo Neal Cassady en sus viajes existenciales de costa a costa.En realidad, Beat culture and the new America tampoco aspira a dar explicaciones finales sobre la Generaci¨®n beat. En palabras de Ray Carney, que ha organizado el programa de cine y video de esta exposici¨®n, "los beats apreciaban la vida como un proceso. Son el equivalente estricto de los cambios interesantes y obsesivos de un m¨²sico de jazz. Los significados est¨¢n escritos en el agua".
Arquitect¨®nicamente, la exposici¨®n se divide en dos partes, que corresponden a los dos puntos geogr¨¢ficos de referencia b¨¢sica en la Generaci¨®n beat: Nueva York y San Francisco. Una serie de fotograf¨ªas tornadas por Allen Ginsberg sirve como introducci¨®n de la muestra y de los protagonistas principales de la Generaci¨®n beat.
Manuscritos
Dibujos y acuarelas del propio Jack Kerouac preceden al primer manuscrito de la exposici¨®n: un rollo de papel de teletipo mecanogr¨¢fiado con todo el texto de En el camino. Otros muchos textos esenciales de la cultura beat, como el poema Howl, de Ginsberg, han sido recuperados para la exposici¨®n. Cuadernos de trabajo pintarrajeados y descuartizados por William Burroughs, entre ellos uno con notas de El almuerzo desnudo, dan una idea sobre qu¨¦ corr¨ªa por sus venas en el momento de elaborarlos. La exposici¨®n cuenta tambi¨¦n con un sistema de audio mediante el cual se puede escuchar una grabaci¨®n realizada expresamente por Allen Ginsberg comentando algunos de los objetos y obras de arte.Aparte de la multitud de cuadros, collages y muestras de arte-basura que adornan la muestra, pero que ya han podido verse en exposiciones individuales o retrospectivas de cada artista, lo m¨¢s interesante es sin duda el cap¨ªtulo de manuscritos y blocs de trabajo. En uno de ellos, Kerouac anotaba uno por uno todos los pueblos por los que pasaba en sus viajes por las carreteras de Estados Unidos. En otro escribe: "La mera idea de la Generaci¨®n beat me repugna (...). Ese desprecio de la literatura, ese desorden arbitrario, la condena de mi madre hacia la Generaci¨®n beat y sus actitudes ...".
A Kerouac se le puede ver leyendo pasajes de En el camino acompa?ado de un piano en un v¨ªdeo de 45 minutos que muestra continuamente cientos de im¨¢genes y r¨¢fagas de sonido de la ¨¦poca. Es un poco abusivo este derrame de v¨ªdeos musicales al estilo de un montaje de la MTV, pero sirven para hacer un resumen de la situaci¨®n. La herencia audiovisual de la cultura beat se explora mucho m¨¢s a fondo en un ciclo filmogr¨¢fico paralelo que incluye documentales como Pull my Daisy (protagonizado por Kerouac, Ginsberg y Gregory Corso); Beat generation: an american dream; largometrajes como Rebelde sin causa, de Nicholas Ray, o Scorpio rising, de Kenneth Anger, y multitud de cortometrajes.
El Whitney tambi¨¦n ha encontrado interesante seguir el proceso de comercializaci¨®n de la cultura beat. A finales de los cincuenta, los medios de comunicaci¨®n ya hab¨ªan sacado a los beats de los s¨®tanos ahumados del Black Cat Cafe, el Coexistence Bagel Shop o el Fivespot y las galer¨ªas de San Francisco y Nueva York. Criticados por vagos y malos poetas en las p¨¢ginas de la revista Life, parodiados intencionadamente en algunas publicaciones y no intencionadamente en las coloridas portadas de ediciones tipo best-sellers de bolsillo, la breve existencia de los beats estaba ya lista para dar paso a una nueva generaci¨®n de liberaci¨®n y oposici¨®n al sistema: el hippismo y la contracultura de los sesenta.
Babelia
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