Parada en plancha
Busquets, el portero del Bar?a, cuenta c¨®mo se quem¨® las manos para evitar lesiones a su hijo
Carles Busquets ha sido siempre un portero tan singular que hasta sus lesiones no son propias de un futbolista. No consta que haya sufrido una contractura muscular, ni la fisura de un dedo de una mano, ni una fractura maxilar. Es algo sabido, en cambio, que el portero del Bar?a sufri¨® el pasado verano un accidente de tr¨¢fico y que tiene cierta debilidad por manosear las entra?as de los coches, como cualquier mec¨¢nico frustrado. Y se conoc¨ªa tambi¨¦n que era hombre de casa, aunque nadie le hab¨ªa supuesto facilidad para las tareas dom¨¦sticas.Quiz¨¢ por ello, cuando el martes, d¨ªa de fiesta del plantel azulgrana, se corri¨® a mediod¨ªa la voz de que Busi -como se le conoce en el Camp Nou- se hab¨ªa quemado las manos con una plancha, las muecas de sorpresa se alternaron con las de escepticismo. "?Yo no me puedo imaginar a Busi planchando!", dijo Johan Cruyff cuando se le advirti¨® del percance.
Nada extra?o. Puestos a dudar en su d¨ªa de si Busquets era un portero v¨¢lido para el Bar?a, era previsible que tambi¨¦n se le cuestionara ahora su vocaci¨®n de auxiliar del hogar. "?Pues es cierto!", intervino el doctor Fernando Ba?os, que fue el primer miembro del club azulgrana que tuvo conocimiento del accidente. "Yo tampoco veo a Cruyff con una plancha en la mano", replic¨® ayer el propio Busquets, "aunque eso s¨ª", matiz¨®, "yo no tengo chacha".
Cuenta Busi que s¨ª le gusta cocinar -hay quien asegura que una vez se cort¨® el pulgar-, pero que no sabe planchar. Todo fue mucho m¨¢s complicado. "Estaba jugando el lunes por la noche con mi hijo Aitor, de cuatro a?os", relata el mismo portero. "Jug¨¢bamos tumbados en el suelo, junto a mi mujer, Loli, que planchaba. Ya nos ¨ªbamos a levantar cuando Aitor resbal¨®, toc¨® una de las patas de la mesa de planchar y yo, boca arriba, vi el perfil de la plancha que iba a caer sobre la cara o el pecho de mi hijo, as¨ª que, en un acto instintivo, me tir¨¦ y cog¨ª la plancha en lugar de apartarla con un manotazo".
Busquets, como buen portero que es, actu¨® con la plancha como si fuera una pelota y, en lugar de despejarla, intent¨® atraparla con ambas manos. "Ten¨ªa el ni?o a la derecha", expone, "y era dif¨ªcil apartarla en la ca¨ªda. Puede que mi gesto sea propio de un portero, pero yo habr¨ªa actuado igual si, en lugar de mi hijo, hubiera sido el de mi vecino. Por un ni?o se hace lo que sea".
Lo cuenta sin darle importancia. "Tampoco se la di cuando pas¨®", advierte. "Pens¨¦ en el ni?o y en lo que le pod¨ªa pasar, pero nunca repar¨¦ en m¨ª. Me mir¨¦ las manos y pens¨¦: 'No pasa nada', pero luego empec¨¦ a chillar, el ni?o se asust¨®, y las manos comenzaron a dolerme cada vez m¨¢s. Nunca una patada me caus¨® tanto dolor. Llam¨¦ al doctor Ba?os, me puse lo que me recet¨® y me fui a la cama. Pero no pude dormir apenas. El martes ya me encontr¨¦ algo mejor, y hoy ya s¨®lo pienso en que no se me infecte".
Rep¨ªte a uno y otro periodista lo mismo y no pone reparos en descolgar cualquiera de los tel¨¦fonos ubicados en la sala de prensa del Camp Nou.
Lleva ambas manos vendadas, pero puede coger el auricular con los dedos, pues las quemaduras no le afectaron las yemas, aunque las palmas, sobre todo la izquierda, "son carne viva". Busi sufre quemaduras de segundo grado y no podr¨¢ volver a entrenarse hasta que cicatricen las heridas. No se sabe cu¨¢ndo ser¨¢. "Tiene la piel muy dura", asegura su padre. "Hay que esperar al viernes", interviene el doctor cuando se le pregunta si viajar¨¢ el s¨¢bado a Tenerife. "De momento, cada d¨ªa tengo que ir a la cl¨ªnica a que me curen", precisa el portero. "No creo que pueda jugar esta semana".
La situaci¨®n de Busi ha provocado una doble lectura entre el aficionado cul¨¦. Se ha ganado el afecto como padre y, en cambio, ha dejado hu¨¦rfana la porter¨ªa, una demarcaci¨®n muy cuestionada en el Camp Nou hasta hace algunos meses: uno de los porteros (Angoy) es yerno del entrenador; al otro le persigue una mala sombra (Lopetegui), y Busquets, tras cambiarse esta temporada los pantalones largos y la camiseta y hablar en catal¨¢n p¨²blicamente, se gan¨® el aprecio de la hinchada y, a ojos de la cr¨ªtica, pareci¨® m¨¢s portero que nunca.
A Busquets, un portero heterodoxo, siempre se le cuestion¨® todo (indumentaria, forma de hablar, falta de jerarqu¨ªa ... ), salvo su aptitud para jugar con los pies. Siempre se dijo que parec¨ªa m¨¢s un jugador de campo que un portero. Eldiario L'Equipe le llam¨® el portero sin manos. Hoy la gente se ha dado cuenta de que el mejor portero con los pies no puede jugar sin las manos.
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