El 'miedo' a Madrid
'M¨¦tele ca?a' se estrena hoy en La Abad¨ªa tras un periplo por otros teatros
Cuatrocientas personas aplaudiendo de pie y gritos de "bravo". El peso de la gloria aplastaba a los actores. Aitor Mazo, Chema Mu?oz y Beatriz Santana salieron varias veces al escenario, pero sus rostros, por encima de la emoci¨®n, reflejaban cansancio. Atr¨¢s quedaban las duras e intensas jornadas de ensayos que durante m¨¢s de dos meses han llevado a cabo Santiago Ramos, el director y los tres actores."El impulso que daba estrenar en Madrid se ha esfumado. Muchas compa?¨ªas optan por representar la obra en provincias y llegar despu¨¦s a la capital suficientemente rodados", asegura Paloma Villota, de la productora Calenda. Es el caso de M¨¦tele ca?a, que se estren¨® en Segovia el pasado 13 de octubre, y que hoy se representar¨¢ en el madrile?o teatro de la Abad¨ªa.
Al estreno en Segovia no acudieron los cr¨ªticos especializados quienes ver¨¢n la obra hoy en el teatro de Jos¨¦ Luis G¨®mez. Por delante tienen 140 funciones en distintos escenarios del pa¨ªs. David Mamet, su autor, que ha trabajado en Hollywood, satiriza en esta obra sus propios conflictos ¨¦ticos. Esta producci¨®n se estren¨® en Broadway en 1988 con Joe Maptegna, Ron Silver y Madona en el reparto.
M¨¦tele ca?a es una obra de formato mecano, con s¨®lo tres actores, y una escenograf¨ªa m¨ªnima, pero levantar el tel¨®n -pago de derechos de autor, traducci¨®n, iluminaci¨®n, ensayos, figurines, sastrer¨ªa, programas, seguros sociales...- se acerca a los 17 millones de pesetas, financiados por la productora Calenda, que recibi¨® dos millones de subvenci¨®n.
Santiago Ramos, que por primera vez en su carrera art¨ªstica ha asumido el papel de director -"es m¨¢s duro que ser actor-, define la obra como una reflexi¨®n sobre la moral del ¨¦xito y una meditaci¨®n, sobre la amistad y la integridad. Bob Gould tiene que elegir entre un gui¨®n pol¨ªticamente correcto, y otro, de acci¨®n, tra¨ªdo al estudio por su amigo Charles Fox.
Semanas antes del estreno de la obra, el director mascaba chicle intensamente sentado en una de las butacas de un antiguo cine madrile?o reconvertido en local de ensayo. "Ponle un poco m¨¢s de ansiedad", "no tan sonriente", "no pases tantas p¨¢ginas del libro, eso no es real", "un poco de mala hostia", apuntaba a los actores.
Sobre el escenario, iluminados por un foco, estaban Bobby Gould, el jefe de producci¨®n (Chema Mu?oz) y Charlie Fox a la caza del gran gui¨®n (Aitor Mazo), sentados frente a una destartalada mesa de despacho:
- Qu¨¦ solo se est¨¢ en la cumbre", dice Fox.
-S¨ª, pero no hay atascos", replica Gould.
El director corrige constantemente, pero los actores paran y retoman la funci¨®n sin inmutarse. Chema Mu?oz reconoce que el teatro lo "mascas" m¨¢s que ning¨²n otro medio. "Eres m¨¢s responsable. Todav¨ªa conserva algo de artesan¨ªa frente al cine, que cada vez es m¨¢s esclavo de la industria. Aqu¨ª se hacen planos que duran hora y media por eso nos lleva tanto tiempo prepararlo". En 20 a?os de profesi¨®n Chema Mu?oz ha visto de todo. Una vez, incluso, se le subi¨® un espectador al escenario y se qued¨® un rato charlando con los actores hasta que le convencieron para que lo abandonara. Sus papeles no los prepara memorizando frases: "Construyo una l¨ªnea de comportamiento en la que las frases encajan. Lo que yo estudio es un proceso de emociones".
Este actor asegura que "nadie se mete en esto por dinero". La retribuci¨®n "m¨ªnima para un protagonista, seg¨²n los convenios vigentes para 1995, es de 15.576 pesetas diarias; un secundario 9.614 pesetas d¨ªa y de reparto 6.992 pesetas. El sindicato de los actores reconoce que el convenio se incumple sistem¨¢ticamente.
Aitor Mazo corrobora las palabras de Mu?oz. "El teatro no da dinero, pero muchos actores nos forjamos aqu¨ª", dice Mazo, para el que los principales enemigos del teatro son "el f¨²tbol y las absurdas programaciones televisivas". Mazo reniega de los directores y las compa?¨ªas que se empe?an en hacer teatro insoportable. El mismo -"Y eso que soy actor"- abandon¨® no hace mucho una sala de teatro antes de que cayera el tel¨®n.
Para Beatriz Santana, que debuta con la obra de Mamet, hacer teatro es una forma de completar una carrera que empez¨® en televisi¨®n y que ha tenido algunas incursiones en el cine. Su papel en la obra fue interpretado en Nueva York por Madonna, pero a ella no le preocupan las comparaciones. "Yo estoy aqu¨ª, aprendiendo".
Babelia
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