Males de todas las especies
Algunas an¨¦cdotas en una tarde de consultas veterinarias
El perro Humphrey lleva una semana hospitalizado con el gota a gota; en las radiograf¨ªas se vislumbran nuevos achaques. Alejandro, su amo, no se separa de ¨¦l; en la cl¨ªnica lo animan, mientras Humphrey, que ya ha cumplido 15 a?os, es observado y medicado.Transfusiones, operaciones de m¨¦dula, embarazos psicol¨®gicos e indigestiones desfilan cada d¨ªa por las cl¨ªnicas veterinarias. Los animales pueden tener casi las mismas enfermedades de los humanos, y cada vez m¨¢s se les cura y medica con igual atenci¨®n. '
En la Comunidad de Madrid los veterinarios tienen identificados 320.000 animales dom¨¦sticos. En estos ¨²ltimos a?os, la cifra se ha disparado: la moda de ser acompa?ado por un can ¨²ltimo grito se ha hecho itresistible. A pesar de la moda la mayor¨ªa de los animales de compa?¨ªa son muy queridos y visitan al m¨¦dico siempre que lo necesitan. Los veterinarios, en Espa?a, han ido especializ¨¢ndose en determinados animales o materias -incluida la homeopat¨ªa- para perfeccionar su trabajo.
Vibratina, 15 d¨ªas; Decort¨ªn, tres d¨ªas, y Protovit, un mes, era la medicaci¨®n que recib¨ªa un canario maltrecho que dos venerables se?oras llevaban a urgencias.
"Es mi obligaci¨®n decirles antes de sacarlo de la jaula, que corre peligro de un ataque cardiaco", advert¨ªa Maripi Lanzarot, ornit¨®loga y veterinaria de una cl¨ªnica en Madrid. Las se?oras dieron un paso atr¨¢s diciendo: "Por Dios, doctora, no nos diga eso". Una vez que las due?as aceptaron el riesgo, la veterinaria cogi¨® con asombrosa facilidad al canario y procedi¨® a su observaci¨®n. En pocos d¨ªas, Holand¨¦s, el canario, volvi¨® a entonar sus melod¨ªas preferidas.
Vivir con animales
Cada vez son m¨¢s las personas de edad que comparten su vida con alg¨²n animal. Esto es recomendado incluso por los m¨¦dicos, con muy buenos resultados. Conversaciones y paseos son habituales y benefician a ambos.
Tom¨¢s Fern¨¢ndez es cirujano y tiene como sana costumbre salvar vidas animales y hacer andar a los que llegan cojitos. Los animales que han pasado por sus manos no quieren volverlo a ver, pero los amos no saben c¨®mo agradecerle que les devuelva a su Rintint¨ªn sano y salvo. Eran las siete de la tarde y parte del equipo de quir¨®fanos no hab¨ªa ido a comer. "Hoy ha sido el d¨ªa de las hernias discales y tenemos otro paciente esperando", comentaba, sudoroso, Tom¨¢s.
"Los responsables de los animales deben traerlos cuando los encuentran raros, y no esperar a que diga ?ll¨¦vame al hospital!, porque no lo van a hacer; y porque los milagros no existen ni tenemos pociones m¨¢gicas; prevenir sale m¨¢s barato y agradable".
Los veterinarios se recomiendan unos a otros, seg¨²n las necesidades. A Tom¨¢s le env¨ªan para operar hernias discales de toda Espa?a. "Somos pocos los que realizamos este tipo de operaciones para todas las demandas que hay", a?ade Tom¨¢s.
Tara es una joven perrita que tuvo un embarazo psic¨®l¨®gico, y mientras un gatito aprovech¨® para mamar de ella. Al poco, Tara tuvo que pasar por la mesa de operaciones. Ana R¨ªos, la veterinaria que se ocupa de hacerle la revisi¨®n, se admira de la fortaleza y la rapidez con que se recuperan los animales. Ana es dermat¨®loga y cardi¨®loga, y siempre toma de todos los animales muestras para analizar y pasar por su microscopio.
Los animales con embarazo psicol¨®gico adoptan cualquier objeto a modo de cr¨ªa. No se debe molestar su ficticia maternidad o se encargar¨¢n de enviar un aviso sin mediar palabra. Tara y el gatito tuvieron suerte de encontrarse.
El conejo Twist se sirvi¨® de comida el cable del tel¨¦fono, pero le debi¨®, de sentar de perlas, porque cuando sus amos, alarmados, le llevaban a urgencias, el roedor se echaba la siesta pl¨¢cidamente y no quer¨ªa saber nada de m¨¦dicos. Ana aprovech¨® para sacarle costrillas de las orejas con un bastoncito de algod¨®n y pasarle el peine. "Todo para mi microscopio", comenta Ana. Sin embargo, un joven pastor alem¨¢n con las orejas tristes llegaba con toda la familia despu¨¦s de haberse metido entre pecho y espalda medio. pollo, incluida la carcasa. Mientras que la veterinaria le tocaba la barriga pregunt¨® a las ni?as: "?No os falta un juguete en casa?".
Cuando los ni?os crecen donde hay animales, y si el ambiente familiar acompa?a, pueden ampliar con facilidad sus conocimientos, se vuelven m¨¢s observadores e interesados por la naturaleza en general.
La veterinaria Mar L¨®pez recuerda el d¨ªa en que lleg¨® otra familia con un gato al que los ni?os le hab¨ªan hecho la manicura. "El pobre minino estaba desesperado con sus u?as de colores; nunca pude entender c¨®mo consiguieron hacerle eso a un felino".
Sin mirar a nadie, el mast¨ªn Ron entra en la cl¨ªnica seguido de una peque?a fox terrier de nombre Bruja. Ron le da su sangre a Bruja, an¨¦mica por una infecci¨®n parasitaria.
Todas las enfermedades que sufren los animales las curan los veterinarios, menos la depresi¨®n o el estr¨¦s, males que el hombre contagia a sus animales. De las depresiones o angustias se tienen que ocupar los amos; los animales se dan cuenta de todo lo que sucede a su alrededor y sufren y se alegran como ellos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.