El temor a un triunfo comunista acrecienta el rechazo de Mosc¨² a la celebraci¨®n de elecciones generales

Pese a la falta de respaldo del Tribunal Constitucional, altas personalidades pol¨ªticas de Rusia, que temen el triunfo de la oposici¨®n comunista y nacionalista en las elecciones parlamentar¨ªas del 17 de diciembre, no cejan en su intento de desacreditar los comicios y tratan de adivinar cu¨¢l ser¨ªa la reacci¨®n de los militares si los resultados de las urnas llegan a invalidarse con uno u otro pretexto. De momento, el ministro de Defensa, P¨¢vel Grachov, ha se?alado en una entrevista, que el Ej¨¦rcito "estar¨¢ muy agradecido si todo se realiza de acuerdo con la Constituci¨®n".

La decisi¨®n del Constitucional, que se ha negado a examinar la ley de elecciones, tal como solicitaba el Tribunal Supremo y un centenar de diputados de la Duma Estatal (C¨¢mara baja del Parlamento), no ha puesto fin a los intentos de modificar sobre la marcha las normas electorales que, seg¨²n los pron¨®sticos, pueden contribuir a una apabullante victoria de la oposici¨®n.Entre quienes se resisten a la prueba de las urnas destaca un conjunto de analistas y soci¨®logos que trabajan precisamente en las estructuras de la Administraci¨®n presidencial. El martes, Mark Urnov, el jefe del Centro Anal¨ªtico del Kremlin, manifest¨® su esperanza en que el Tribunal Constitucional sugiriera a las c¨¢maras que cambien algunos de los art¨ªculos de la ley antes de las elecciones. "No excluyo que algunos puntos de la ley puedan modificarse de forma bastante r¨¢pida", manifest¨® Urnov.

Los detractores de la ley electoral, que est¨¢n divididos sobre la t¨¢ctica a seguir, critican el list¨®n del 5% de los votos que las formaciones pol¨ªticas en liza deben superar para entrar en el Parlamento. Debido al sistema de recuento, se puede dar el caso -como ya ha ocurrido en Georgia- de que un n¨²mero muy limitado de formaciones, que en su conjunto han obtenido menos del 50% de lo votos, se adjudiquen la mayor¨ªa de los votos otorgados a otras muchas opciones que no superaron el list¨®n.

En una conversaci¨®n privada con esta corresponsal, un miembro del consejo presidencial opinaba que Bor¨ªs Yeltsin podr¨ªa en ¨²ltimo extremo recurrir a la disoluci¨®n por la fuerza de la futura Duma para librarse de una c¨¢mara hostil, como sucedi¨® en octubre de 1993. El interlocutor expresaba su punto de vista personal, pero est¨¢ claro que Yeltsin es bombardeado con estas ideas.

En plena campa?a electoral, los dirigentes de Rusia se han acordado de nuevo del Ej¨¦rcito, y el primer ministro, V¨ªktor Chernomirdin, ha prometido a las Fuerzas Armadas el pago inmediato de los salarios atrasados y otras deudas. El ministro de Defensa, P¨¢vel Grachov, no quiere verse enfrentado con los des¨®rdenes populares que una anulaci¨®n o retraso de las elecciones podr¨ªan causar. "No desear¨ªa que se repitiera la situaci¨®n de octubre de l993", declar¨® el ministro en una entrevista con el peri¨®dico Nezav¨ªsimaya Gazeta. "En lo que se refiere al Ej¨¦rcito, estar¨¢ muy agradecido si todo se realiza de acuerdo con la Constituci¨®n".

Los dirigentes rusos temen que la oposici¨®n comunista y nacionalista les pida cuentas por el ca?oneo del Parlamento en octubre de 1993, unos sucesos que son todav¨ªa una herida abierta entre los rusos.