El desaf¨ªo mediterr¨¢neo
Ser¨ªa claramente err¨®neo reducir el alcance de la Conferencia de Barcelona s¨®lo a la dimensi¨®n econ¨®mica. La creaci¨®n de una zona de libre comercio de aqu¨ª al 2010 no deja de plantear serios problemas, pero la Conferencia de Barcelona abarca otros dos aspectos importantes: el de la seguridad y el de la democratizaci¨®n y desarrollo de la sociedad civil.Se puede lamentar que estos dos aspectos no est¨¦n ligados org¨¢nicamente al proyecto econ¨®mico, y todo hace pensar que constituir¨¢n no tanto objetivos concretos como temas generales cuyo prop¨®sito es fomentar la adopci¨®n de posturas t¨¢cticas o bloquear el curso de las negociaciones. Pero, el inter¨¦s de la Conferencia radica en que es la primera vez en la accidentada historia del Mediterr¨¢neo que se re¨²nen todos los pa¨ªses del contorno mediterr¨¢neo -con las lamentables excepciones de Libia y Albania- para discutir su futuro com¨²n. Es un acto altamente simb¨®lico. Est¨¢ claro que esta reuni¨®n corre el riesgo de transformarse en un foro de propaganda de unos y otros, y nadie se hace ilusiones respecto al seguimiento de las decisiones que se tomen. Pero el hecho es que los mediterr¨¢neos se re¨²nen para hablar. Ya era hora. Porque este mar no s¨®lo suena a los conflictos que enfrentan desde siempre a los pa¨ªses ribere?os, sino que sufre una dolencia m¨¢s grave: la de no pertenecerse, la de haberse convertido, desde la Segunda Guerra Mundial, en campo de batallas extramediterr¨¢neas. Hasta la ca¨ªda de la URSS, la oposici¨®n de las dos superpotencias bloqueaba, merced a las alianzas contrarias de los pa¨ªses ribere?os, toda posibilidad de construcci¨®n aut¨®noma de un espacio mediterr¨¢neo. Pero hoy las amenazas no son las mismas. Es el aumento de la miseria lo que engendra el auge de los integrismos, el fortalecimiento de las dictaduras militares y la huida de emigrantes. Estos fen¨®menos que envenenan las relaciones entre las dos orillas no pueden conjurarse sin un convenio entre los pa¨ªses ribere?os. Pero est¨¢ claro que se ha emprendido una carrera de velocidad entre Europa y las potencias extramediterr¨¢neas. Por ejemplo, EE UU, en pleno control de las principales riquezas de Oriente Pr¨®ximo desde la guerra del Golfo, trata ahora de ampliar su presencia a todo el sur del Mediterr¨¢neo. Con la Conferencia de Casablanca de 1994, y en alianza con los medios financieros magreb¨ªes y de Oriente Pr¨®ximo, adelant¨® la idea de una pol¨ªtica mediterr¨¢nea financiada por el sector privado. Ahora bien, Europa pareci¨® reaccionar ante esta novedad impulsando de manera decisiva el proyecto de la Conferencia de Barcelona. A ella est¨¢n invitados EE UU y Rusia, pero como potencias observadoras. Ha llegado el momento de que europeos, turcos y ¨¢rabes tomen las riendas de su destino. ?se es el significado pol¨ªtico que debieran dar a esta conferencia. No ser¨¢ sencillo. Los intereses de las potencias del Norte no parecen convergentes. Mientras que Francia pretende tener una pol¨ªtica independiente en el Mediterr¨¢neo, Alemania no muestra inter¨¦s en la cuesti¨®n mediterr¨¢nea. De ah¨ª la dificultad de elaborar una pol¨ªtica europea hacia el Sur. No obstante, ser¨ªa deseable que de Barcelona salieran dos o tres grandes ideas.
Aparte del proyecto de la zona de libre comercio, habr¨ªa que comprometerse en una gran pol¨ªtica de ayuda p¨²blica que limitara los inevitables efectos negativos de la liberalizaci¨®n, brutal de las sociedades. El presupuesto de 112.500 millones de pesetas acordado por la CE para los pr¨®ximos cinco a?os es insuficiente, deber¨ªa triplicarse y repartirse seg¨²n una aut¨¦ntica estrategia de codesarrollo: ideando pol¨ªticas de lucha contra la exclusi¨®n social. Eso implica reforzar la cooperaci¨®n bilateral y multilateral y la cooperaci¨®n descentralizada.
Tambi¨¦n convendr¨ªa plantear el problema de la democratizaci¨®n de las sociedades del Sur en t¨¦rminos realistas. No debe ser impuesta a los Estados involucrados ni utilizada como arma t¨¢ctica para debilitarlos en la negociaci¨®n. La democratizaci¨®n es un asunto interno de cada Estado. Europa debe lograr que se admita la idea de que sin democratizaci¨®n, sin liberaci¨®n de la energ¨ªa de las sociedades, no puede haber desarrollo econ¨®mico: la democracia es el principal factor de estabilizaci¨®n de estas sociedades, aunque s¨®lo sea porque ofrece un marco de integraci¨®n de los conflictos sociales, pol¨ªticos y culturales. A partir de esta estrategia de estabilizaci¨®n -crucial para Europa-, debe plantearse la relaci¨®n entre ayuda econ¨®mica y desarrollo de Estados de derecho en la orilla sur.
Por ¨²ltimo, la cuesti¨®n de los movimientos migratorios. Los pa¨ªses de la ribera norte tienen leg¨ªtimamente derecho a inquietarse por los movimientos incontrolables. Pero no se debe separar este fen¨®meno del contexto de las condiciones nacionales e internacionales que lo producen. El texto oficial de la Conferencia de Barcelona no tiene, por desgracia, esta precauci¨®n. Ve los movimientos migratorios como una coacci¨®n negativa para las relaciones entre las dos riberas, mientras que las migraciones del Sur al Norte han contribuido en gran medida al desarrollo de las sociedades del Norte. Pretende imponer a los pa¨ªses del Sur la obligaci¨®n de readmitir a sus s¨²bditos sin pronunciarse claramente acerca de los derechos imprescriptibles de aquellos que est¨¢n instalados legalmente en Europa. Legitima la reducci¨®n del derecho de asilo en diversos lugares de Europa sin tener en cuenta las situaciones de guerra civil que se dan en algunos pa¨ªses del Sur (Argelia principalmente). Las relaciones migratorias entre las dos orillas deber¨ªan ser concertadas, comunes y basadas en la gesti¨®n de la emigraci¨®n como logro para el codesarrollo de las dos orillas. La declaraci¨®n final de la Conferencia de Barcelona debe ser un alegato en favor del codesarrollo, de una pol¨ªtica com¨²n e independiente de seguridad, de un proceso de democratizaci¨®n apoyado econ¨®micamente, de la gesti¨®n serena y positiva de la migraci¨®n. Los pa¨ªses mediterr¨¢neos deben ponerse a la altura de este desafio.
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